En mi casa están pasando cosas que no me gustan en lo absoluto.
Las veces que se me caen los libros del altillo, cuando se me cambian los canales de la tele, o cuando mi perro ladra sin ningún sentido… ¿Serán coincidencias? No creo.
Estoy ahora mismo volviendo del trabajo, rumbo hacia mi casa, estoy a una cuadra y media y bajo la velocidad por miedo; miedo por el simple hecho de llegar a mi casa. Siempre fui miedoso, además me perturba demasiado este tipo de cosas “paranormales”, y más si pasan en mi casa. Tengo miedo de consultarlo con alguien, no quiero quedar en ridículo, y menos que piensen que estoy volviéndome loco.
Finalmente llegué a mi casa, por ahora todo normal, mi perro duerme, no hay libros caídos, nada raro.
Siento que hoy, será un mejor día, ayer no sentí nada en todo el día. Supongo que estas cosas ya no van a ocurrir otra vez.
Seguramente, me asusté bastante porque pensé que no iba a pasar nunca más, y cuando pasó, me sorprendió. Sentí unos murmullos en el altillo, aunque yo mismo no lo creía, subí a ver que era.
Debe ser mi imaginación, pensaba, mientras subía las escaleras. Cuando subí no había nada. Investigué un poco el lugar antes de bajar. Estaba todo en orden, excepto por los libros, algunos desordenados, otros mordidos, o trozos de páginas levemente arrancados, me asusté, me asusté mucho. Bajé rápido y salí más temprano al trabajo, me senté en el parque, al aire libre, quizá despejaría mi mente.
Estoy saliendo del trabajo, estoy decidido de que tengo que aceptar que, todo lo que me ha pasado hasta ahora, no ha sido nada más que producto de mi imaginación.
Llegué a mi casa, mi perro me recibe asustado, como pidiendo auxilio, me metí adentro de casa, con miedo, pero decidido. Mi perro no se acercaba para nada a las escaleras que daban al altillo, así que subí, con un cuchillo.
Estaba muy nervioso, no tenía idea de que me iba a encontrar arriba, pero igualmente, seguí subiendo.
No tengo palabras para describir con lo que me encontré.
Era un cuerpo humano, todo negro, como quemado, bajo y extremadamente delgado. Sus ojos brillaban, daba asco solo verlo, estaba arrinconado en un rincón, como asustado, traté de apuñalarlo, pero escapó por la ventana. Esa fue la primera y última vez que lo vi
Estoy más tranquilo, los libros ya no se caen, la tele no se cambia, y mi perro está más tranquilo. ¿Habrá acabado todo ya? Todavía lo dudo. Mis compañeros de trabajo dicen que estoy como más vivo, una gran satisfacción es lo que siento al despertarme y saber que no va a ocurrir nada ese día.
Pero… Igualmente, me está costando más trabajo dormir, ¿Será que sigo siendo un miedoso, que sigo teniéndole fobia a las cosas paranormales? ¿O serán aquellos acelerados suspiros que siento debajo de mi cama?