Por amarte

Jamas sentí lo que sentía en ese momento, era algo nuevo para mi, jamas pensé que esta situación llegaría a estas alturas. Tenia 15 años cuando la conocí, era la única razón por la cual quería ir a la escuela, jamas me gustó la secundaria, la odiaba a sobremanera, si me levantaba cada mañana la razón era ver sus ojos una vez más, solo quería escuchar su voz, ver su sonrisa. De un momento a otro se convirtió en una persona perfecta ante mis ojos.

Llegó el día en que decidí decirle lo que sentía por ella, la respuesta que recibí no fue la que yo esperaba, ese momento no fue nada agradable, jamas me sentí de esta manera, sentía una extraña mezcla de tristeza y enojo.

Seguía asistiendo a la escuela, pero ya no era lo mismo, era como volver a la vacía rutina de todos los días, fue entonces cuando me di cuenta que había alguien más, supuse que cualquier otra persona en mi situación se habría preocupado, en mi caso no fue así puesto que ya lo conocía, era de mi grupo, no hablábamos a diario pero el siempre estaba allí, me acerque a el y comencé la conversación, llegamos al punto en que me preguntó -Te gusta ¿verdad?-, me calle unos 5 segundos y le respondí con un -si, me gusta bastante- no entramos a ninguna clase, hablamos por horas, fue hasta que llego la hora de irnos cuando me sentí mejor, me di cuenta que ya no me agradaba mucho la presencia de aquel compañero.

Pasó una semana, era un día como cualquier otro, me acerque a el, lo saludé y de repente solo salieron tres palabras de mi boca que no pude evitar decir en voz baja, -aléjate de ella- no me pude controlar, no sabia que me pasaba, fue solo un impulso que tenia que quería salir y así fue, mi compañero sonrió y me preguntó en un tono algo burlesco -¿Estas celoso?- Pasó tan rápido que ni me di cuenta, me quede en silencio y me aleje. Nada de eso me permitía verla de nuevo, en el descanso hablábamos como si nada hubiera pasado, pero fue en ese momento en el que me di cuenta que una de mis miedos ya se estaba haciendo realidad, a pesar de que solo eramos amigos sentía que la perdía poco a poco y todo por culpa de ese entrometido, no me sentía bien así que me fui a mi casa. Tenia un montón de pensamientos en mi cabeza, no sabia que hacer, supuse que la única razón era encargarme de aquel imbécil que me impedía estar con ella.

Días después los miraba juntos, paso tiempo suficiente para planear mi venganza, no quería que nada ni nadie se interpusiera entre nosotros, así que comencé a actuar. Me acerque a ambos, le dije a el que si después de la escuela podía ayudarme con un trabajo, el aceptó sin pensarlo mucho tiempo, solo fue cuestión de tiempo para que mi problema llegara a su fin. Lo lleve a mi casa, como de costumbre estaba sola, todo estaba saliendo a la perfección, lo lleve a la parte trasera a una especie de «punto ciego» para evitar testigos y fue allí donde comencé a golpearlo con todas mis fuerzas con un tubo de metal, mire como brotaba su sangre, jamas pensé que salpicaría tanto, mi odio era bastante intenso, estaba fuera de control, cerré mis ojos muy fuerte, me detuve cuando ya no pude más, abrí mis ojos y allí estaba el en el suelo, con el rostro completamente destrozado, me quede quieto por un momento, lo observe completamente y me di cuenta de que le había roto un brazo, me aseguré de que no tuviera signos vitales, cuando me di cuenta de que estaba muerto lo único que hice fue sonreír, extrañamente sabia que lo que había hecho no estaba para nada bien y aun así sentía una gran satisfacción, me apresure a terminar con todo, destrocé su celular y tire el cuerpo lejos de mi casa, el regresar mire de nuevo por todas partes en busca de no haber dejado ninguna pista de lo que había pasado, todo quedó exactamente como lo había pensado, ahora solo pensaba en abrazarla muy fuerte, besarle, ver su sonrisa, eso era lo que más me gustaba de ella, y yo quería ser el causante de esa sonrisa.

Al día siguiente ya se estaba hablando de aquel compañero desaparecido y como era de suponerse fingí preocupación, no pasó mucho tiempo para que me acercara a mi niña especial, la encontré tan triste, tan destrozada por dentro, fue entonces cuando mi satisfacción se fue en tan solo segundos, ¿Donde estaba eso que tanto anhelaba? lo único que pude hacer fue salir de ahí, corrí hasta mi casa y solo me encerré en mi cuarto y ya no quería saber nada de lo que pasaba detrás de esas cuatro paredes que me rodeaban, solo me invadía el remordimiento, en mi mente solo estaba aquel momento en que borraba evidencia, el momento en que golpeaba tan fuerte a una persona inocente, la culpa me consumía lentamente, fue hasta entonces que recordé que en el cuarto de mis padres había un pistola, si no la había usado en el hecho anterior era para no llamar la atención, corrí al cuarto de mis padres y la tome, la guarde en mi mochila y regrese a la escuela, cuando llegue ya era la hora del descanso, entonces busqué a la persona que había comenzado todo esto, me acerque a ella y la llevé a un lugar algo retirado de la escuela diciéndole que tenia que hablar con ella, lo único que ella hizo fue darme un abrazo muy fuerte y comenzó a llorar, también la abracé con todas mis fuerzas y con lagrimas en mis ojos le dije que todo estaría bien, ella no paraba de llorar y gritaba -¡Por que!- Gritaba tanto que no lo pude soportar, la solté, saqué la pistola, la cargue, ella estaba aterrada le dije que todo lo había hecho para estar con ella, no podía estar en una situación peor que esta, lo único que pude decir fue -No me merezco tu perdón por lo que hice, no se que me estaba pasando, lo que mas me dolía era verla sufrir por algo que yo había hecho con una intención que no era esa, si no todo lo contrario, es mejor que esto acabe de una vez- Puse el arma en mi cabeza, y le puse fin a todo mi sufrimiento.

Creación Propia

EL LOCO