Esta historia se desarrolla en el pueblo isleño de Crestazul en los mares venezolanos en una época donde el aislamiento era común para estos poblados, pronto su calma se interrumpiría por tan dramáticos sucesos.
diario de francisco montenegro
24 de marzo de 1903
Hace mucho que no escribo en este diario, pero me siento en el deber de registrar los misteriosos sucesos que se ciernen sobre nuestro pequeño pueblo, desde hace varios días han habido varias desapariciones, hemos encontrado las barcazas de los pescadores vacías y con signos de lucha abordo, varios ciudadanos que salieron en la noche también desaparecieron, no sabemos que sea, con los otros miembros del concejo lo estamos investigando.
26 de marzo de 1903
Las desapariciones no han cesado, y se siguen multiplicando, mas barcazas vacias y llenas de algas han llegado a nuestras costas, mas ciudadanos han desaparecido encontrando solo algas y extrañas huellas, los ciudadanos asustados han dejado de salir y no hay rastro de ninguno de los desaparecidos.
27 de marzo de 1903
Otros cuatro han vuelto a desaparecer, pero esta ves hay testigos, la anciana ursula gomez vio como su pequeño nieto fue agarrado por una mano escamada y arrastrado a las profundidades mientras jugaba en la playa, el herrero federico sarmiento a reunido a un grupo de ciudadanos y han tomado armas rudimentarias para salir a cazar a lo que sea que se esta llevando a las personas.
28 de marzo
Los gritos de una mujer nos despertaron en la madrugada, en la arboleda cercana se encontraron los arpones partidos y los cuchillos regados, sin el menor rastro de federico o los 27 hombres que lo acompañaban, varios ciudadanos intentan huir de la isla, ruego a Dios porque logren pedir ayuda.
29 de marzo
Todas las embarcaciones que salieron de la isla regresaron pocas horas después completamente vacías, el pánico se apodera de nosotros, escribo esto mientras mi cuerpo tiembla descontroladamente, nos resignamos a nuestro destino, bloqueamos las calles con lo que encontramos y nos armamos con lo que pudimos, en mi cinturón traigo mi machete, la gente se a amontonado en el centro del pueblo… se que están ahi, esas cosas, sueño con ellas, con sus rojos y reptilescos ojos mirándome, ya vienen puedo sentirlo, probablemente esta sera mi ultima nota, se que nos han rodeado y nos miran como un depredador apunto de atacar a su presa, oigo un alboroto, debo irme.
reporte del capitan naval ramiro cifuentes
17 de abril de 1903
Llegamos al pueblo de Crestazul del cual no se tenían noticias hace casi un mes, mientras nuestras barcazas cruzan por la bruma solo se oye el sonido de las olas, no había rastro alguno de un ser humano, las tropas y yo entramos a el pueblo, hallando aparentes barricadas completamente desmoronadas, las puertas de las casas o sus ventanas han sido rotas, por las calles yacen todo tipo de armas rudimentarias así como ropa y todo tipo de pertenencias pero ni un solo rastro de alguna persona también había algas marinas en todas partes, finalmente encontramos algo cuando llegamos una casa, en un ropero se hallaba un hombre que grito intensamente tan pronto como abrimos, era incapaz de articular oración alguna, lo poco que se le entendía era algo acerca de como unos hombres pez se habían llevado a las personas, no encontramos a nadie mas luego de registrar toda la isla, ese lugar me erizaba la piel, al hombre lo levamos en nuestra embarcación pero lo hallamos muerto, colgado en la habitación que le dimos, gritaba que vendrían por el, halle un pequeño libro, dice «diario de francisco monenegro», un concejal de crestazul que desapareció, sus revelaciones me han impactado por no decir aterrado, solo la providencia sabe que guardan las insondables profundidades, solo ella sabe que asecha bajo las mareas.