Era un día muy feliz, conseguí comprarme la nintendo ds por la que tanto había esperado, y que mejor que estrenarla con uno de los mejores juegos que han existido, el super mario 64. Esta consola era muy importante para mí, ya que por fin era solo mía, sin tener que compartirla con mi hermano.
Llegué de la tienda, ansioso por poder jugar a Mario 64, siempre fui amante de sus juegos, y este, en cierto modo, cambió mi vida, tal vez no como quisiera.
No sé exactamente cuánto tardé en pasar el juego, pero tenía mucho tiempo libre por aquel entonces, así que podéis imaginar que todo lo que hacía se resumía a avanzar el juego. La verdad es que estaba disfrutando muchísimo, jugando a un juego de Mario en mi nueva consola, pensaba que era todo un lujo, de hecho, lo era, hasta que acabé el juego. Conseguí las 150 estrellas de la versión de ds en poco tiempo, y sentía que en ese cartucho aún había hueco para mas aventura.
Como yo quería seguir jugando, y no creía que ese juego hubiera acabado, me dispuse a revisar cada rincón de todos los mundos del juego, para encontrar algún secreto no descubierto o simplemente una curiosidad. Puedo decir que estuve horas pegado a la consola sin lograr nada. Casi rendido, salí del castillo, y ahí me surgieron unas dudas ¿Qué ha pasado con la princesa Peach? ¿Dónde está, si yo la había salvado por qué no aparece en ningún lado?
Acto seguido miré durante varios segundos el cuadro de Peach que hay a las afueras del castillo, en la entrada. Era el único sitio en el que no había probado entrar de todo el mundo de Mario 64, así que fui corriendo a coger a Luigi, ya que si alguno podía llegar, iba a ser ese, pero lo dejé para otro día, ya que había jugado durante mucho tiempo y dudaba mucho que ocurriera algo.
Al día siguiente, de nuevo cogí el juego para terminar lo que empecé, y comprobar si realmente había algo en ese cuadro. No confiaba mucho en que sucediera nada, pero hice el triple salto y llegué al cuadro de suerte, y para mi sorpresa, lo traspasé. En ese momento me encontraba muy nervioso pero a la vez excitado por el hecho de descubrir algo inédito en el juego, y que nadie había logrado.
Una vez dentro, todo era con temática de palacio, pero bastante más rosa, era una sala muy grande, parecía la habitación secreta de Peach. Lo único que me pareció extraño es que al entrar, en vez de ser Luigi, pasé a ser Mario, no sé por qué. Cuando di el primer paso, escuché un grito, y reconocí que venía de Peach, aunque la voz parecía distorsionada, decía así »MAAARIOOO…» de esto solo pude deducir que era la verdadera batalla final contra Bowser, rescatar de una vez por todas a la princesa, y ver el auténtico final del juego. No fue así.
Naturalmente lo primero que hice fue explorar todo, fijándome en todos los detalles o buscando algún tipo de secreto dentro de aquella sala. No encontré nada más que una puerta por la que pasar, así que decidí entrar. Fue muy extraño, la sala era la misma que hay tras la puerta de la primera lucha contra bowser, en la que caes por una trampilla.
Caí en esa trampa y aparecí en ese mismo nivel. Solamente puedo resaltar que no había ni un solo enemigo, ni tenía música. Era mucho más solitario, y el procedimiento era el mismo, llegué a la tubería sin complicación. Estaba bastante nervioso, porque esto no se me hacía familiar en juegos de nintendo, casi estaba empezando a creer que esto era un bug.
Al entrar por la tubería, llegué a un lugar que me resultaba familiar. Y tanto que lo era, era el sitio al que entramos por el cuadro de peach fuera del castillo. Pero era diferente, se sentía mucho más desolador. El tono había pasado de rosa a gris tirando a negro, y había muchos cuadros de Peach en las paredes, rasgados, medio negros, viejos… Y había una puerta, mucho más grande que la original, y si te acercabas podías escuchar unos flojos gritos que parecían lamentos. Ese sitio cada vez me hacía sentir más miedo, al fin de al cabo no era lo que yo buscaba en un juego de Mario, así que, asustado, quité el juego para siempre.
Desconozco si esta especie de mundo secreto puede aparecer en otros juegos de Mario 64, pero, sinceramente, yo no probaría, la experiencia fue bastante fea al final, y no sé que habría tras esa gran puerta, y espero no saberlo nunca, aunque la curiosidad me corroe.