La última llamada

Son las 23:15 de una fría noche de jueves y diversas son las llamadas recibidas por los oficiales de policía. Como cada noche, se reciben varias llamadas de algún bromista ocioso, pero también otras reales y muy serias.

 

 
Transcurren las 23:45 cuando la oficial jacqueline ortiz recibe una llamada de ayuda.

 

 
-¿aló? ¿911?-

 

 

 

la voz denotaba miedo y nerviosismo.
-buenas noches. Soy la oficial Jaqueline Ortíz. ¿En qué podemos ayudarle?-

 

 

 
-hay un hombre vestido de negro en la calle que ha estado mirando mi casa por una media hora, no alcanzó a ver su rostro, pero ha estado allí inmóvil mirando por varios minutos.Estoy muy asustada –

 

 

 
Se podía apreciar el miedo y angustia al otro lado del auricular.
La oficial con una voz serena respondió.

 

 
-Mantenga la calma señora. Dígame su nombre y dirección para mandar una patrulla a ayudar-

 

 

 
Se alcanzaba a escuchar la respiración de la señora por el auricular.

 

 
-me llamo Ingrid Ramirez y vivo el 853 de la calle el cerezo. Por Favor, estoy sola aquí vengan pronto-

 

 
El miedo crecía con cada segundo en la señora Ramirez quien podía aún ver al acechador nocturno por la ventana de su habitación en el segundo piso.

 

 
-Mantenga la calma, ya va una patrulla en camino, espere en un lugar seguro porfavor-

 

 
No pasaron más de 10 minutos cuando golpearon a la puerta de la señora Ramirez. Son dos oficiales de policía. La señora les abrió la puerta y con una expresión de alivio les dijo:

 

 
-oh gracias al cielo que son uds, el miedo me estaba matando y…¿atraparon al extraño hombre de negro?-

 

 

 
Los dos oficiales se intercambiaron miradas hasta que uno de ello levantó las cejas en señal de “ dicelo” .

 

 
-¿señora Ingrid Ramirez, cierto?-

 

 
La sólida voz del oficial dio aire de seguridad para la anciana que respondió rápidamente que si a la pregunta del oficial.

 

 

 
-Señora. No encontramos a ningún tipo de negro frente de su casa ni en sus inmediaciones. Ahora, otra patrulla está dando un ronda para localizar al sujeto, pero ¿está segura que lo vio y que este vigilaba su casa?-

 

 

 
La señora con evidente molestia alzó la voz.

 

 
-Pero, qué desfachatez. Yo no estoy loca! Yo lo vi,yo vi al hombre vestido de negro! Debió, debió haberse escondido por algún lado, no se queden allí mirándome como si estuviera loca-

 

 

 
Los oficiales moviendo las manos tratando de calmar a la señora Ramirez. Dijeron que estarían patrullando los alrededores. Esto calmó a la señora quien cerró la puerta de su casa y subió a su dormitorio, algo más calmada, pero aún con incertidumbre de que alguien la acecha fuera de su casa y sus intenciones no fueran buenas.

 

 

 
Una semana después entró una llamada al 911, es otra vez la señora Ramirez, quien volvió a pedir ayuda por un hombre vestido de negro vigilando su casa, pero esta vez se encontraba más cerca, ya en la acera del lado de su casa. La oficial que atendió la llamada, increíblemente por jugada del destino,  fue atendida por la oficial Jaqueline Ortiz.

 

 
-Buenas noches. soy la oficial Jaqueline Ortiz ¿puedo ayudarle? –

 

 

 
-¿911? ayúdeme. hay un hombre vestido de negro fuera de mi casa, está parado, inmóvil, observando.por favor envíen a alguien. Vivo en el 853 de la calle cerezo.

 

 

 

 

La oficial recordó  a la señora y el reporte de la última vez , en el cual no se encontró a dicho sujeto, pero aún así acogió la petición de la señora enviando otra patrulla.

 

 

 

Era medianoche y la escena se repetía, los oficiales no encontraron a nadie con la descripción del sujeto, dieron varias rondas sin éxito y pensaban que la señora Ramirez estaba enloqueciendo por la edad y la soledad.

 

 
Así pasó un mes, donde las llamadas de ayuda de la señora ramírez eran cada vez más recurrente y con cada llamada era aún mayor el terror y la desesperación. Fue tanto que llegaban a poner patrullas frente a la casa y otras haciendo rondas frecuentes, pero nada ocurrió. Pasado un tiempo fueron retiradas.

 

 

 
Habían pasado dos semanas cuando nuevamente la señora Ramirez realizó una nueva llamada de ayuda al 911, pero esta vez fue diferente. Le atendió la oficial Jaqueline, por increíble azar del destino,Quién ya algo cansada de las falsas alarmas que llegan todas las noches al 911, tomo un respiro profundamente antes de contestar.

 

 

 
-Buenas noches, soy la oficial Jaqueline Ortiz ¿ en qué puedo ayudarle?

 

 

 

Intentando hablar con el tono lo más amable posible a las 1:12 de la madrugada y luego de varias llamadas de broma.

 

 

 
–por favor, ayúdenme. se que he llamado antes por esto, pero es verdad. Hay un hombre que está mirando por las ventanas de mi casa, este cruzó la cerca y ahora está intentando entrar. Por favor, soy una anciana que vive sola ¡vengan rápido por amor de dios!-

 

 

 
La oficial al otro lado del teléfono se sorprendió de manera tal que tragó saliva, sabía que todas sus llamadas terminaron en falsas alarmas. Pero el terror y la desesperación en su voz hizo que se tomara muy en serio la petición de ayuda y rápidamente desplegó varias patrullas hacia el domicilio de la anciana. La oficial tenía la sensación de que si no se actuaba rápido algo horrendo podría pasar.

 

 

 
-señora Ramirez, favor mantenga la calma y no cuelgue por favor ¿En que parte de su casa se encuentra ahora?-

 

 

 
-en la cocina. El hombre está parado frente a la ventana de la sala de estar-

 

 

 
-diríjase a su habitación rápidamente y asegure la puerta, trate de esconderse-

 

 

 

-esta bien voy para –

 

 

 

¡¡crash!!

 

 

 
El sonido de la ventana romperse se alcanzó a oír a través del teléfono y la oficial soltando una maldición debido al estruendo y el sonido de los vidrios cayendo al suelo, hizo que alzara la voz.

 

 

 
-rápido señora Ramirez corra a suhabitación-

 

 

 
La anciana subió las escaleras lo más rápido que pudo y gracias a que usaba un teléfono inalámbrico pudo mantenerse comunicada con la oficial.

 

 

 
-¿señora Ramirez? ¿Se encuentra bien? Por favor, responda-

 

 

 
-si, si…. Estoy aquí, me encerré en mi cuarto-

 

 

 
Un suspiro de alivio se escuchó tras el teléfono. La oficial agilizo a las patrullas a través de la radio y les aclaraba que era una situación de vida o muerte.

 

 

 
-señora Ramirez mantenga la calma por favor. Las patrullas están apunto de llegar para su rescate-

 

 

 

 

En voz baja la señora le iba informando de su situación quien trataba de mantenerse calmada, pero el crujir de las escaleras mando la poca calma conseguida a un foso de pánico y horror.

 

 
-¡está subiendo por las escaleras! Por favor vengan rápido, creó ya sabe que estoy aquí, quiere oh! Noooooo! Por Favor, deténgase noooooo!!-

 

 
La oficial quedó enmudecida tras oír los horribles gritos de pánico y auxilio de la señora, además podía escuchar los feroces golpes a la puerta con algún objeto contundente que incluso por el teléfono se oía el resquebrajamiento de la puerta de madera.

 

 
-¡señora Ramirez! ¡Señora Ramirez! Por Favor responda ¡señora ramírez!-

 

 

 

-¡Noooooo! Deténgase, ¡nooo! ¡Por el amor de dios no lo haga! !por fa…………………….-

 

 
Los gritos de horror fueron interrumpidos Y sólo se escuchaba el interminable sonido del tono de colgar. La oficial Ortiz, en silencio aún no podía creer lo que había escuchado, el impacto fue tal, que entró a llorar.

 

 

 

El reloj marca las 1:57 de la madrugada del jueves. 3 patrullas llegaron a la casa ubicada en el 853 de la calle el cerezo. 6 oficiales de policía entraron a la residencia de la señora Ingrid Ramirez, pudiendo comprobar que era cierto que alguien entró por la fuerza a la casa. Encontrando la ventana rota por donde el tipo entró y también la puerta derribada a golpes de la habitación de la señora Ramírez, pero lo más lamentable fue encontrar el cadáver de la anciana despedazado por varios impactos de un hacha que aún estaba incrustada en el cráneo de la pobre víctima,una imagen brutal y sangrienta digna de la más horrida película de horror.

 

 

 
Nunca encontraron al asesino, ni tampoco rastros ni evidencias que condujeran a algún sospechoso y aunque la señora Ramirez llamó varias veces a la policía por ayuda de que un acosador asesino estuviera tras ella, los oficiales jamás pudieron hacer algo para protegerla. El asesino apareció y se esfumó tan rápido y sin  dejar huellas como un suspiro.