Siempre fui una persona muy tranquila, tímida y solitaria. O al menos eso es lo que la gente pensaba y decía de mí. Nunca tuve amigos, no porque no lo intente, solo que la gente nunca me entiende. Soy la «chica rara» del colegio y el objeto de burla de muchos, en especial de Carla. La chica más popular y hueca de toda la institución.
La música, es mi única amiga, la que me ha acompañado en todos estos años de soledad. Se ha vuelto una parte muy importante de mi. No me imagino mi vida sin ella, de alguna forma, la necesito.
La soledad nunca me ha molestado. Diría que hasta me agrada. Disfruto pasar el rato sola escuchando a mis bandas favoritas, aunque admito que siempre quise alguien con quién compartir eso. Y al fin lo he logrado.
Cada día comparto con Carla mi pasión por la música. No es exactamente mi amiga pero me gusta compartirlo con alguien finalmente. Me divierto mucho con ella. He aprendido a torturarla de múltiples maneras.
Cada grito, cada gemido o sollozo que le provoco parece ir al compas de la melodía y acompañar al cantante en su interpretación. Es increible, simplemente perfecto.
Han comenzado a buscarla por toda la ciudad,no me queda mucho tiempo. Creo que empiezan a sospechar de mí. Voy a tener que deshacerme de ella, lástima. Además, su cuerpo está muy deteriorado y ya no grita igual. Comienza a aburrirme. Tendré que encontrar a otra persona, aunque será díficil encontrar alguien igual. La voy a extrañar.
2 comentarios
Aceptable pero predecible
muy buena transición.