No creo que sea lo mas correcto, mas sin embargo.. es lo mejor.
Todo empezó un día de verano, un día caluroso en los que solo te gustaría estar bajo la sombra de un grán arbol con tu refresco favorito casi congelado. Estaba al lado de mi mejor amigo de toda la vida, su nombre ? era Galeano, un nombre extraño no ? en nuestro pueblo por lo menos lo era.
Dejenme hablarles ahora de mi pueblo, ya que éste es indispensable en mi historia. Es un pueblo donde lo mas extraño que puede pasar es que una vaca se muera «misteriosamente», o cazar algun felino de gran tamaño. Lo único interesante que tiene es nuestro bosque. Se dice que en tiempos remotos explotaban minas de oro, plata y diversos materiales en el. Yo solo quería largarme de ese pueblo lo antes posible, lo odiaba por monótono. Envidiaba a los que vivían en ciudades grandes donde hay muchos servicios, tiendas, gente diferente, y mucho flujo de dinero.
Mi familia se dedicaba a la ganadería, como mucha gente lo hace aún, pero personalmente nunca me gustó mucho, lo verdaderamente mío era la escuela, los libros, la enseñanza.. Talvez suene algo «nerd» pero no estoy para complacer a nadie. Nunca fuimos muy «ricos» ni muy «pobres», no hacía falta la comida pero no nos podiamos dar muchos lujos.. Este fue el problema.
Bueno prosigamos con la historia…
Ese día era un día de vacaciones, por lo tanto no había clases para nadie y mi amigo y yo nos encontrabamos discutiendo sobre «LA MONTAÑA DEL EFELANTE».
– Efelante ? es Elefante ! creo que al autor del nombre fue un niño. Dijo Galeano en un tono burlón, yo solo acendí con una sonrisa y le dije que estaría bién visitar la montaña a ver si la leyenda era cierta. Se le llama así porque su forma parece la de un elefante pero su trompa es como la de un cerdo, es algo extraña en realidad.
La leyenda dice que cuando los colonizadores llegaron a esta montaña, los indios que vivían ahí escondieron todo el oro y todas las riquezas en una cueva que está muy escondida. Nunca nadie la ah encontrado, y hasta éste momento, eso aún se cree.
Esa misma tarde enprendimos nuestro viaje hacia la misteriosa montaña del Efelante. Nos equipamos con mucha comida, lámparas, 2 colchas para dormir y un viejo radio con baterias nuevas para escuchar música, no llevamos agua porque existen muchos manantiales de agua y pensamos que era mejor que la comercial.
Luego de un buén rato caminando y escalando decidimos detenernos a comer algo. Estabamos bajo un pino grande, ya debía tener muchos años porque era de los mas grandes. Desde ahí se alcanzaba a ver todo.. Era una de las vistas mas hermosas que jamas había visto, con su puesta de sol y sus rayos dorados partiendo las nubes «como para una revista» pensé.
Subimos un poco mas la montaña hasta llegar casi al final, pero estábamos demasiado agotados. Así que limpiamos un poco alrededor, tendimos nuestras colchas, encendimos una fogata y posteriormente un cigarrillo cada quien, de fondo teníamos la canción «Unchained Melody» en la radio con un poco de estática por la distancia de la antena de radio en aquel entonces. Eso nos puso algo melancólicos en torno a que pasará en nuestro futuro, no éramos muy emotivos, era muy raro que nos hicieramos un cumplido o un saludo, simplemente nos llevabamos bien, era todo. Le dije que si encontrabamos el tesoro lo dividiriamos a la mitad y lo gastaríamos juntos, algo fantasioso pero nos quedamos serios y despues de un rato nos quedamos dormidos, el clima era agradable a esa altura. Pero lo raro empezó a suceder..
Me despertó un murmullo, era lejano pero de una extraña forma lo escuché, había ruidos de bichos y animales que se escuchaban mas fuerte, pero el murmullo no era algo normal. Miré a Galeano aver si había sido él pero no. Estaba tan dormido como yo. No le tome mucha importancia y fui a orinar lejos de donde dormíamos solamente con una lámpara. De repente volví a escuchar el murmullo cada vés mas claro, y parecía que 2 personas estaban hablando, busqué el ruido y supuse que eran cazadores, pero nunca encontré a nadie cerca. Estaba a punto de rendirme cuando escuche un golpe fuerte, como cuando golpeas la pared y claramente lo escuche que venía de una roca grande, de las que estan pegadas a la montaña. Fui a investigar y encontré un hueco por abajo tapado con tierra, ramificaciones y espinas, algo normal. Me agaché y alumbré con la lámpara aver que había y se miraba muy profundo, como un pasaje de varios metros. Mis ojos me brillaron con la ilusión de que podría ser la dichosa cueva. Quité todos los obstaculos que no me permitían pasar lo mas rapido que pude y me metí.
Estaba en lo cierto, era una cueva de varios metros, el olor a humedad estaba muy presente al igual que un frío espantoso que de un derrepente se manifestó. Avance cerca de 4 pasos y mi lámpara se apagó, raramente ya no quiso prender, le saque las baterias se las puse de nuevo, las voltié varias veces y nada, no habia respuesta. Me rendí y me salí por el destello de la luna que alumbraba el hueco por donde entré.
Corriendo y exaltado desperté a Galeano y le dije que había encontrado la cueva, aún con la cara hinchada de dormido me dijo vamos. ya llevabamos las 2 lámparas y la mía sorpresivamente funcionó de nuevo, ya cuando llegamos al hueco entramos e igual, avanzamos 3 pasos y las 2 lámparas dejaron de funcionar, ejecutamos los mismos pasos de las baterías pero no fué suficiente, fracasamos. Galeano sacó los cerillos con los que prendimos los cigarrillos y encendió 3 en forma que iluminara más. Listo avanzamos y llegamos a una pared de rocas, parecía que ahí acabaría todo, estaba a punto de soltar una maldición cuando de pronto escuchamos una voz grave, clara y seca..
«TODO O NADA»
Solo miré a mi amigo que tiro los cerillos porque se había quemado el dedo y como pudo encendió otro aún con las manos temblando, y solo nos mirabamos a los ojos. La voz apareció de nuevo..
«TODO O NADA»
No dijimos nada, de nuevo los cerillos se consumieron y Galeano encendió otros 5, le dije que no encendiera tantos pero no me escuchó. Miramos un hueco por debajo de esa pared de roca que apareció magicamente y naturalmente asombrados nos metimos como pudimos.
Para nuestra sorpresa llegamos a un tipo de cuarto hecho como de ladrillos de roca totalmente iluminado, pero por ningun lado podia mirar de donde venía esa luz, no había lámparas, ni fuego, ni nada, simplemente estaba iluminado, no le tome importancia porque junto a nosotros estaba la sorpresa de nuestras vidas.. Nunca olvidaré esa mesa llena de collares, lanzas, máscaras, oro, oro, oro y muchas más cosas de oro ! pero conforme más desviaba la mirada, salían más y más cosas de valor. Nos miramos a los ojos con una cara de asombro y una sensación indescriptibles.
Ahora la pregunta del millón.. ¿Cómo sacaríamos todo eso?, no había nada y no traíamos bolsas. Le dije a Galeano que fuera por las colchas para hacer una especie de bolsa y me dijo que sí. Yo solo estaba admirando la belleza de esas joyas cuando Galeano me preguntó donde estaba el hueco por donde entramos, algo incomodado le señalé donde y me dijo que no. Me levanté para percatarme que lo que decía era verdad. No estaba la entrada.. La busqué como loco dandole vueltas al cuarto pero no estaba.
Esa voz tan tétrica apareció de nuevo viniendo de todos y de ningun lugar.
«TODO O NADA»
Solo miré a mi compañero asustado y él hacía lo mismo. Grité quien eres pero no hubo respuesta. De nuevo dijeron «TODO O NADA»
Ahora Galeano gritó: TODO!
Se apagaron las luces unos segundos y el hueco de nuevo apareció. Sentí una sensacion que me ordenaba salir de ahí y no volver, nosé solo quería salir. y así lo hice, salí lo mas rapido que pude por los dos huecos y tomé el más grande suspiro que eh tomado jamás, Galeano solo corrió por las colchas y las amarró convirtiendolas en un saco muy grande, se metió por el hueco de nuevo como un conejo luchando por su vida, eso despertó mi avaricia y le seguí..
Por fín habiamos cargado todo lo que pudimos en el saco improvisado, estaba muy pesado y se rompieron las uniones que Galeano había hecho. Eso me molestó un poco y le dije que era un incompetente (con otras palabras claro), hice las uniones personalmente lo mas fuerte que pude y de nuevo cargamos todo, ya por fín enfadados y platicando de qué haríamos con todo decidimos salir… pero el hueco de nuevo desapareció.
Ahora si me asusté.. Solté la bolsa y le dí un puntapié con todas mis fuerzas a la pared donde se suponia estaría el hueco. Pero estaba tan duro como si pateara cualquier otro lugar. Buscamos otra salida pero no había. Así pasaron muchas horas, o eso creíamos.
Esperábamos que la voz se escuchara de nuevo pero nada, creo que era una tortura psicológica la que nos quería hacer pasar.
Duramos un rato cada quién en un rincón solo mirándonos, pensando..
Empecé a escuchar de nuevo un murmullo, y cada ves lo escuchaba mas claro, hasta este momento no estoy seguro si era solo mi imaginación, pero no le tomé importancia, me preguntaba si él escuchaba lo mismo, hasta que entendí que claramente dijo:
«EL QUIERE TODO, NO LO PERMITAS»
Inmediatamente lo miré y creo que el también lo sabia, porque de una forma su mirada se volvió asechadora, ya no era algo normal, sabía que era cuestión de tiempo para que el me quisiera hacer daño.
La voz se escucho de nuevo:
«TODO O NADA»
Eso me sacó del transe y nos pusimos de pié, gritamos TODO varias veces pero no sucedía nada. Nos rendimos y de nuevo nos sentamos cada quién en su rincón.
Tuve toda clase de pensamientos a partir de que me senté, a qué se refería con todo? al oro? o a nosotros..
De un modo esa voz me puso a pensar demasiadas cosas, que ya no sabía que era correcto y qué no. De un modo me hice a la idea que «eso» quería que yo me quedara con todo, y que Galeano pensaba lo mismo que yo..
Le pregunté que qué haría cuando saliera de aquí con su parte del oro para dar como asentado que aún estabamos juntos en esto, el solo respondió: Ya lo sabrás. De una forma seca. Eso solo alimento más mi inseguridad y añadía mas peso a mi hipótesis.
Así que esperé a que Galeano se cansara y se durmiera, al pasar esto hice lo que nunca pensé, tomé la lanza mas filosa que mire y sin hacer ningún ruido se la puse de un modo que solo faltaban unos centimetros para tocar su cuello. La cordura me decía que no lo hiciera, pero creo que mi avaricia era mas grande.
Ahora estoy aquí, muy lejos de esa montaña, talvés elegí traerme todo, y cuando me refiero a todo es a todo.. Salí acompañado de riquezas, de fama, de locura, delirios, y una culpa que hasta este momento no deja de pesar tanto. Y al mismo tiempo no tomé nada, talvés la voz se refería a eso.
Tengo muchas cosas buenas, soy dueño de muchas empresas, hay muchas personas que quisieran estar en mi lugar, todo mundo te quiere a la hora de repartir, pero es un amor vacío. Lo que a mí me gustaría es recuperar mi cordura, esa que la montaña simplemente me robó, esa que se quedo encerrada junto con Galeano y nunca más volverá a salir.
3 comentarios
buena historia lml
ah OK
Buena historia wow