Después de escuchar tantas historias en televisión y en internet sobre esto, uno desea que eso se vuelva una realidad, un deseo que a mí, si se me cumpliría para mayor de mis desgracias.
Todo empezó hace 3 años y medio. Siendo solo una chica de 16 años, en ese momento, ya me había mudado más de 8 veces. De escuela en escuela, de hogar en hogar, de amigos en amigos. Por los grandes cambios que llevo en mi vida he tenido que adaptarme para no ser tan apegada sentimentalmente con la gente porque no estaba en un solo lugar por mucho tiempo, a pesar de eso no pude evitar encariñarme con mis últimos compañeros de escuela, mis grandes amigas, Daniela, Paulina, Laura y Christine, y bueno por supuesto mis grandes amigos varones, David y Lucas, que a pesar de todas sus bromas les guarde mucho cariño. Nunca una mudanza me había afectado tanto como esta, llore mucho el día que me fui de mi antigua escuela.
Después de guardar todos esos valiosos recuerdos en mi memoria, volví a la realidad, mi padre me llamaba.
– ¡Amy! Despierta, ya llegamos. Me dijo el.
Esa antigua camioneta siempre fue mi lugar favorito para sentarme y recordar cosas, tenia algo que me recordaba a los lugares donde había estado.
La nueva casa no me emocionaba mucho, era bastante corriente escuche a papa decir que databa del siglo XVIII.
– ¡Recoge tus cosas y entra! ¿Qué esperas? ¡Que lo haga un sirviente? Me dijo mi madrastra, Karen.
Siempre tuve una muy mala relación desde el comienzo con Karen, seguramente porque después de que mi mama murió, ella quiso imponerse como mi nueva madre de un día para otro, aunque jamás lo consiguió, incluso hoy en día, no le llegaría ni a los dedos de los pies.
Era hija única así que siempre fui muy consentida por mi padre y mi madre, cuando estuvo viva, considero que fue una infancia excelente. Hasta que llego esa mujer, Karen.
Era la niña mas feliz del mundo, hasta que a los 12 años mi madre murió en un accidente laboral, diseñaba interiores pero ocurrió un temblor cuando ella estaba en la casa. Ese día fue muy gris, el cielo estaba muy nublado cuando un trabajador compañero de mi mama llego para darnos la noticia.
Al principio, me negaba a la idea de que no la vería jamás, pensaba que había tenido que ir a un viaje de negocios en el exterior, todo era producto de una negación que me nublaba la mente. Poco a poco fui aceptando que se fue. A quien ni le ocasiono problema olvidarla fue a mi padre, bueno eso a mi parecer, porque tan solo 7 meses después de que mi madre muriera el ya estaba empezando a salir con Karen, con quien se casaría tan solo 1 año después.
Karen era tan “Buena Madre” que el único hijo que había tenido había quedado con su padre por orden de la corte, cuando se divorcio el juez considero que ella no podía cuidar bien a su hijo. Cada vez que tenia un enfrentamiento con ella me aprovechaba de eso para recordarle lo mala madre y madrastra que es.
Con todo el caos que se formaba en mi hogar me tenía que ir con mi abuela materna, Elizabeth quien siempre me apoyaba y me daba la razón, al igual que yo, nunca le pareció que Karen fuera una buena mujer.
La nueva casa quedaba en Manzanillo, un pequeño pueblo en el estado de Colima, en México. El pueblo, para ser pequeño, tenía muchas cosas, parques de flora y fauna, museos, escuelas, cines y museos. Allí tendría que empezar nuevamente en el Instituto Monte Corona el último año de secundaria.
Deje las maletas adentro de la casa y le dije a mi padre que saldría a conoce el lugar.
– Esta bien pero regresa antes de las 7, a esa hora vamos a cenar. Me respondió.
– Esta bien.
Eran solo las 5, tenia 2 horas para recorrer el lugar y conocer mejor la historia del pueblo.
Llegue a una plaza y me encontré a una señora, de unos 60 años que me pregunto.
– ¿Estas perdida? Me pregunto con una voz temblorosa.
– No, solo estaba conociendo el lugar, soy nueva aquí. Le respondí.
– ¿A que casa te mudaste?, no me digas que en la casa antigua que queda justo frente al mar. Me dijo con un tono de intriga. – Bueeenoo, si, a esa, ¿Por Que? Dije titubeando.
– ¿No te contaron la historia antes de mudarte a ese lugar?
– No, ¿que ocurrió ahí? Dije con intriga.
– Bueno sentémonos primero. Pues hace exactamente 45 años, en 1968, viva en esa casa una familia, Los Ruiz, eran una joven pareja con 3 hijos pequeños, de 1, 3 y 4 años. Una noche la madre de la familia, llego a su casa luego de trabajar en la madrugada. Siempre les decía a sus niños a su esposo “Siempre dejan la puerta cerrada antes de acostarse”, esa noche al parecer no traía la llave, toco la puerta fuertemente y grito. Apareció un hombre con una túnica que le cubría la cara, le dijo “Shhh, Shhh, Shhh, no corras” ella reacciono por el instinto de miedo y no pudo evitar correr. A la mañana siguiente, el padre de la familia no encontraba a su mujer en toda la casa, salió cuando se disponía a trabajar se horrorizo al encontrar a su esposa muerta, con el cuello degollado y muchas puñaladas, en la puerta de madera estaba escrito con sangre “No Corras” y la mujer tenia las manos sobre la puerta, que daba a entender que mientras el hombre la apuñalaba ella intentaba tocar la puerta para que alguien saliera a auxiliarla. Por ese golpe emocional el padre quedo muy deprimido. Tan solo 4 meses después de la muerte de su esposa el hombre le dio un veneno a todos sus hijos, espero a que murieran y luego el se suicido dándose un tiro con una escopeta. Fue un caso policial muy llamativo en esa época.
– Emmm, bueno, Gracias. Le dije, fue lo único que se me ocurrió después de ese relato tan intrigante.
La señora me sonrió y se fue. Unos chicos que estaban en la plaza fueron a hablarme y me dijeron.
– Hola, ¿cual es tu nombre?
– Amy, soy nueva aquí, ¿y ustedes?
– Bueno, somos María, Roberto y Pablo. Seguro que esa vieja te vino con la historia de la mujer que mataron y del hombre que mato a sus hijos y se suicido. Me dijo Roberto. – Si, ¿Por qué? ¿Se las ha dicho a ustedes también? Pregunte con interés.
– Por supuesto. No solo a nosotros, sino a todos en el pueblo, es como la loca del vecindario, siempre nos cuenta la misma historia. Respondieron María y Pablo.
– Bueno, dejemos eso atrás. Dije eso para quitarme la historia de la cabeza y conocer mas a los chicos, que para mi suerte irían al mismo instituto que yo.
Hablamos por un buen rato cuando me percate que eran las 6:40, sabia como era mi padre y me tuve que despedir e irme corriendo a casa.
Llegue a las 7 exacto, ni un minuto mas ni uno menos. Ya la mesa estaba servida, mi padre cocinaba de maravilla, porque además para colmo, Karen no movía ni un dedo en la casa, se iba a trabajar y cuando llegaba no hacia nada. Todo lo hacíamos mi papa y yo con la ayuda de Elena, nuestra antigua criada de la casa a quien le había guardado mucho cariño.
Mientras comíamos esa noche Karen lanzo una pregunta.
– ¿Qué tanto estuviste haciendo? Me dijo con tono de desprecio.
– Conociendo el lugar. Le respondí.
– Ja, Ja, Ja, si como no. Seguro andabas de regalada por ahí, con quien sabe con cuanto muchacho por la calle. Me dijo con enojo.
– Ummm, si claro, ¡Aprendiendo de ti! Le grite y me fui corriendo a mi cuarto.
Me enojo mucho por lo que ocurrió y que mi padre no me defendiera. Pero bueno, eso seria lo pero que pasaría en mucho tiempo.
Pasaron 8 meses increíbles, quitando la convivencia con Karen, todo fue perfecto.
Tenía nuevos amigos en el nuevo instituto a los cuales me apegue mucho, tenia mejores calificaciones que la vez anterior y mi padre me enviaba casi todos los fines de semana a Querétaro, donde estaba mi antigua escuela y mi abuela. Salía con ellos y a veces dormía en sus casas, y mi abuela me trataba como a su hija.
Fueron 8 meses de calma y felicidad, incluso Karen me había dejado de molestar, todo estaba en armonía.
Nunca tuve problemas para formar relaciones, así que obtuve amistades muy buenas rápidamente no era digamos la “Nerd” del salón, era alguien corriente pero a la vez me consideraba a mi misma diferente al resto. De cabello oscuro y liso, piel muy blanca y ojos café oscuro. No era la más bella del mundo, que si rubia y de ojos azules, pero me sentía conforme como era.
Llego el 15 de Julio del año 2010, era el día en que tendría la graduación del instituto y estaba lista para ir a la universidad y estudiar para se Veterinaria, siempre le tuve un amor inmenso a los animales.
Me cloque la mejor vestimenta que me compro mi padre. Mi abuela había ido e incluso mis amigos de la escuela anterior fueron, quienes se habían graduado antes. Como siempre hubo personas que no pudieron ir a la graduación por que no aprobaron todas las materias, yo por el contrario tenia notas excelentes, mucho mejores que en mi antigua escuela.
Durante la ceremonia, mientras entregaban los diplomas, no se por que, pero sentí una extraña sensación, un raro hormigueo en mis piernas, recordé la historia que me conto aquella mujer hace tantos meses, pensando en que pasaría si esa historia hubiese sido real. Me quede con la mirada perdida, hasta que una voz me reincorporo.
– La señorita Amy, pase adelante a recibir su diploma e insignia por favor. Dijo la señora Luz, la directora del instituto.
Quite esa historia de mi cabeza momentáneamente y pase con una sonrisa a recibir mi diploma y mi insignia.
Al fin me había graduado, la emoción fue tan grande que olvide esa historia.
Luego de la ceremonia tenia planeado salir con mis amigos de fiesta, iban a ir todos, tanto los nuevos como los de la antigua escuela. Iríamos a una fiesta sencilla, mi padre sabia que yo era alguien que se me podía defender sola y me dejo salir.
Llegamos al lugar y estuvimos a ahí como por unas 2 o 3 horas, no lo recuerdo muy bien, tuve un gran dolor de cabeza, tan fuerte que el más mínimo ruido me molestaba, y en la fiesta la música estaba a todo volumen. Le dije a mis amigos que me iría a cas por el dolor, Paulina se ofreció a acompañarme pero le dije que no se preocupara y me fui.
Tome un taxi y cuando iba cerca de la casa me percate que no había traído las llaves porque de la ceremonia me fui directamente a la fiesta y no las busque. Me baje del taxi y toque la puerta, lo hice por un tiempo y nadie salió, ya me estaba poniendo nerviosa, decidí entonces llamar a mi padre por mi teléfono, mientras lo hacia me estaba inquietando, la neblina me golpeaba en todo el cuerpo, escuche aullidos de lobos, y como la casa quedaba a la orilla del mar se oían las olas golpeando fuerte la costa, los nervios me atacaron, me estaba empezando a asustar recordando a aquella historia. Justo en el ultimo repique del teléfono mi padre contesto, nunca había sentido tanto alivio en mi vida, le explique todo y salió a abrirme la puerta. Después me acosté, tratando de olvidar eso. Aunque después de todo, no seria nada comparando con nada de lo que vendría después.
Después de esos 8 meses de tanta tranquilidad, vendría la oscuridad, como por arte de magia todo seria opacado.
Había llegado Halloween, me encantaba invitar a mis amigos y ver películas de horror hasta tarde. Los llame y los invite a todos.
Eran cerca de las 10 pm cuando mis amigos llegaron a mi casa, yo había comprado todo, comida, refrescos y varias películas. Yo era una gran amante de las películas de horror.
Todo iba de lo mejor, eran cerca de las 2 de la madrugada cuando terminados de ver mis películas, uno de los chicos, Lucas había traído una película, yo nunca la había visto y el quería ponerla, dijo que había estado en casa de su abuelo y la había encontrado en el ático guardada en una caja, lo cual era extraño porque para la época de su abuelo no existían los CD. Bueno en fin, pusimos la película, llamada “NUR T´NOD” creíamos que era un lenguaje extraño. La película inicio rápidamente, salió una pantalla negra por al menos 1 minuto, estaba por quitarla cuando un hombre apareció. Empezó a hablar en ingles, la película tenía subtítulos y vimos que decía “Vaya que han sido tercos, se los advertí, ahora absténganse a las consecuencias”. De pronto se reprodujo un video, en el que salía una mujer tocando la puerta de mi casa, y justo en ese momento escuchamos como tocaban la puerta. Fue un susto inmenso, cada vez tocaba mas fuerte, luego apareció un hombre con una túnica detrás de ella, le dijo “No Corras”, ella no le hizo caso y por el miedo salió corriendo pero el la agarro de un brazo, saco un cuchillo y la apuñalo en la espalda, la mujer grito, Laura mi amiga le puso silencio al televisor pero seguíamos escuchando los gritos como si vinieran de afuera de la casa, rasgaban la puerta, y gritaba desgarradoramente, hasta que le dio una puñalada en la nuca, entonces sus gritos cesaron. Estábamos horrorizados, Christine salió corriendo intentando abrir la puerta pero David la detuvo.
– ¿Estas loca, y si ese hombre aun esta ahí? Le dijo alterado.
Yo estaba muy desconcertada, ¿Que acababa de pasar? Estaba convencida de que la historia que me conto la anciana esa tarde era verídica, debí hacerle mas caso.
Mis padres llamaron a las 4:00 am diciendo que se les había hecho muy tarde en una fiesta a la que fueron con compañeros de trabajo, y por lo tanto se quedarían en un hotel. Todos mis amigos estaba aun ahí, nadie se atrevía a salir.
El sueño nos venció a todos, nos despertamos por la luz del sol que nos golpeo en la cara. Yo abrí la puerta de la entrada a pesar de que Christine me grito “¡Amy, NO!”. No había nada en la entrada.
Como si todo hubiera sido una pesadilla surrealista, nada había pasado, todos los demás se asomaron y tampoco vieron nada, ¿Qué clase de truco era este? Cada vez me sentía mas confundida, y no solo yo, también mis amigos.
Todos se fueron como a las 2 pm, justo media hora después llegaron mis padres, mantuve en silencio todo lo que había pasado la noche anterior.
Hubo cierto aire de tranquilidad por al menos 2 semanas. El 14 de Noviembre, día Domingo, aproximadamente a las 2:00 am escuchen golpe fuerte en la sala, mi habitación estaba en el 2do y ultimo piso de la casa, pensé que era mi imaginación porque mi padre tiene el sueño ligero y el debió escucharlo primero, pero nadie se levanto de modo que baje las escaleras a ver que había pasado. Cuando llegue abajo vi que un espejo se había roto, en la base del espejo roto vi el estuche de una película, era la película que había traído Lucas en Halloween, con los pocos vidrios que le quedaban al espejo pude ver que lo que decía en el estuche era una palabra al revés, con reflejo pude ver que decía “DON`T RUN”, NO CORRAS, en ingles. Sentí una gran sensación de espanto, ¿Quién me había mandado ese mensaje? Y quien quiera o lo que sea que fuera quería hacérmelo llegar y por eso la lanzo contra el espejo. Cuando fui a recoger la película vi por los vidrios rotos que quedaban en el espejo vi pasar a una sombra rápido, me asuste y subí rápidamente las escaleras y no baje mas esa noche.
Pensaba durante el resto de la noche, ¿Por qué Dios? Quiero salir de esto, nunca me había sentido tan insegura en un lugar jamás, y tenia muy malos presentimientos de lo que vendría, que lamentablemente se harían realidad.
Paso un tiempo, después del incidente del espejo, recuerdo que era 26 de Noviembre, seria un verdadero “Viernes Negro”. Durante toda la mañana hubo un gran calor, el ambiente se sentía tropical. Pero alrededor de las 3 pm, el tiempo empezó a cambiar, el cielo se puso muy gris, y el ambiente se sentía tétrico y vacio.
Tocaron mi puerta con desesperación, la abrí y me vi que eran Daniela, Paulina, Laura y Christine, mis 4 grandes amigas, todas llorando con desespero, y con caras de tragedia, yo al desesperarme por ver sus caras les pregunte.
– ¿Qué ocurre chicas?
– Lucas se suicido y David murió en un accidente de transito. Me dijo Laura entre sollozos.
Fue como si me dieran con una escopeta en el corazón, 2 de mis mejores amigos, muertos, y en un solo día. No suelo llorar mucho pero en ese momento deje salir todo. Me dijeron que tenia que ir a su velorio que seria a las 6, como los padres de ambos eran grandes amigos decidieron hacerlo juntos, enterrarlos a ambos de una vez.
Me coloque un vestido negro y me fui con ellas a el velorio, en el camino me contaron que Lucas fue encontrado ahorcado en casa de su abuelo, justamente en el ático, donde había dicho que encontró esa película. Y que un numero desconocido llamo a David para avisarle de la muerte de Lucas, y el al enterarse choco por el gran impacto que le causo la noticia. Lo más raro es que nadie conoce el número que llamo a David y que provoco que chocara.
Llegamos al velorio, todo fue muy triste, yo lloraba junto con mis amigas del instituto anterior e incluso con María, con quien me gradué ese año del nuevo instituto, que a pesar de conocer a los chicos poco tiempo se había encariñado mucho con ellos.
El velorio ya terminaba, solo quedaban los padres y familiares mas cercanos de Lucas y David, también estábamos Paulina, Laura y yo. Cada vez quedaba mas vacio, se hacían las 8 pm, cuando los padres de Lucas y David se fueron se despidieron de nosotras.
– Deberíamos irnos ya. Dijo Paulina.
Justo cuando todas nos paramos, vi algo caminar por los alrededores del cementerio, era una figura extraña. Luego pude divisar que era alguien con una túnica negra y con un cuchillo en la mano y unos penetrantes ojos rojos que me miraban fijamente.
Del horror que sentí caí al suelo llorando. Mis amigas me levantaron y me dijeron.
– ¿Qué te pasa?
– ¿¡Que no lo ven?! ¡AHÍ ESTA, ESA PERSONA CON LA TUNICA! Dije con desesperación.
– Amy ahí no hay nada, debes estar cansada de todo lo que lloraste hoy, vamos, te acompañamos a tu casa. Me dijo Laura.
Cuando volví a ver ya no había nadie por ahí. Las chicas me llevaron hasta mi casa y me despedí de ellas. Llegue directo a mi cuarto a seguir llorando hasta la mañana siguiente.
Me despertó mi padre diciéndome que se tendría que ir por motivos laborales y que me dejaría sola con Karen, para empeorar más mi situación. A pesar de las quejas que le di a mi padre igual se fue, volvería dentro de una semana, poco antes de Navidad. A penas mi padre salió por la puerta Karen dijo.
– Mira, voy a salir, puedes irte si quieres, no me importa, pero procura estar viva para cuando llegue tu padre. Luego se fue.
Sabía que ninguno de mis amigos tenia ánimos de salir así que me puse mi abrigo por el frio que había afuera y salí a caminar por la ciudad. Entre a una antigua biblioteca, decidí leer un poco sobre todas las cosas extrañas que me habían ocurrido en este tiempo, sin éxito. Llegue a una sección de periódicos antiguos, busque hasta que lo encontré, encontré la noticia de la que me había hablado esa mujer en la plaza. El titular decía “Mujer brutalmente asesinada en la entrada de su casa, luego su esposo mata a sus hijos y se suicida”, del año 1965, vi que el nombre de la mujer era Alondra Méndez, Salí de la biblioteca con la historia mas resonante que nunca ya que sabia que si era real. Llegue a la puerta de mi casa, pero cuando la intente abrir, no podía, al parecer había algo que estaba bloqueando la puerta, por mas que empuje no pude. Luego escuche como si del otro lado de la puerta estaban raspando la madera con algo filoso, de un tiro un cuchillo se clavo en la puerta de adentro hacia afuera, di un grito y Salí corriendo a la casa de Daniela, ya que me quedaba mas cerca que cualquier otra.
Le conté lo sucedido, ella era muy escéptica con esas cosas, no me creyó la historia, me dijo que me acompañaría a mi casa y me demostraría que estaba loca, aun con miedo yo accedí, otro gran error de mi parte.
Llegamos a la casa y la puerta seguía igual, intente abrirla pero nada.
– Seguro algo se cayo y esta bloqueando la puerta. Dijo Daniela calmadamente.
Entonces las dos empujamos la puerta con fuerza, hasta que la pudimos abrir, caímos al piso por la fuerza que le aplicamos, ahí conseguiría un horror mas para mi lista de malos recuerdos.
Estaba Karen, apuñalada en la espalda unas 10 veces, En la puerta, en la parte del interior estaba el cuchillo clavado con el que me asuste mas temprano y escrito con sangre “No Corras”. Daniela se horrorizo, grito y salió corriendo de la casa. Salí a perseguirla pero vi como el mismo ser que había visto en el cementerio y en la película de Halloween, la tenia apoyada en el suelo, con una rodilla sobre su pecho, vi como la apuñalo varias veces hasta que dejo de gritar. Luego de matarla me miro con esos ojos rojos que me causaban tanto terror. En ese momento la figura se acerco a mi, yo cerré los ojos, no quería correr como los demás, por suerte me rodeo, entro a la casa y saco el cuerpo de mi madrastra, lo junto con el de Daniela y se fue arrastrándolos hasta que lo perdí de vista.
Cada vez la situación era peor, ya no quería ir a ninguna otra casa, así que me toco quedarme sola en casa esa noche. No paraba de llorar, otra amiga que perdía, victima de esta maldición que parecía no parar hasta venir por mí.
Me había quedado viendo televisión en la sala, eran como las 12 am, comencé a sentir un gran escalofrió en mi nuca a pesar de tener puertas y ventanas totalmente cerradas, paso de ser un simple viento a un presencia, como si alguien me pasara un plumero por toda la nuca, me toque y empecé a sentir ese cosquilleo en la mano también y luego en todo el brazo.
Me levante rápidamente del sofá y fui hasta la cocina, la luz de ahí no quería encenderse, trate con las luces de la sala y ninguna se encendía, en ese momento el televisor se puso en estático, encendí unas velas y las puse en la sala y la cocina. Las persianas se abrieron solas, unos ojos rojos se empezaron a asomar por ahí y me miraban, ya se me hacia costumbre estar asustada, contuve las lagrimas y subí lentamente a mi habitación.
Al amanecer mi padre estaba ya en la casa, preguntando donde estaba Karen, decidí no decirle que estaba muerta y la había matado alguien con una túnica porque no me creería.
– Dijo que estaría en Monterrey (Su estado natal) a ver a una prima enferma. Le dije por ser lo primero que se me ocurrió.
A el le pareció muy raro porque no le había dicho nada, pero me creyó y dijo que la llamaría mas tarde.
Salió en el noticiero de esa noche, que 2 mujeres habían sido encontradas muertas, una de unos 40 años y otra de unos 18, yo sabia que eran Karen y Daniela pero aun así no le dije nada a mi padre quien estaba muy angustiado por la desaparición de Karen.
Pasaron varios días y Karen seguía desaparecida, planee reunirme nuevamente con mis amigos, después de tantas pérdidas que sufrimos, además de esas muertes Christine se tuvo que mudar a Europa porque su padre consiguió trabajo allá y Pablo se tuvo que mudar tras tener problemas con la ley. Solo quedábamos Paulina, Laura, María y Rodrigo. Había perdido grandes amigos en muy poco tiempo, ¿Casualidad?, con todas las otras cosas que me habían pasado, no lo creo, sabia que era esa maldición, esa espectro de túnica negra y esa historia de crimen que me seguía persiguiendo queriendo destruir mi vida.
En fin, los que quedábamos nos reunimos en un café en la tarde para conversar, ya todos habíamos empezado nuestra universidad y queríamos saber como iban los estudios de cada uno.
– Estoy muy emocionada por las clases, quisiera empezar a trabajar ya. Dijo Paulina quien estudiaba Biología.
– Bueno, yo también estoy feliz por mis clases de veterinario, quisiera empezar ya con la práctica. Dije yo.
De la nada, empezó la sensación extraña nuevamente, solo pensé, Oh no otra vez por favor, pero paso. Por el vidrio de la ventana del café pasaban 2 luces rojas, nadie dijo nada, al parecer yo era la única que los veía, trate de disimular lo mejor que pude hasta que las luces se hicieron tan fuertes que bloqueaban la vista, fui corriendo al baño sin decir nada. Me tire al piso del baño y comencé a rezar repetidamente, mientras mas fuerte rezaba, la luz entraba poco a poco en el baño, lo seguí haciendo sin detenerme, escuche sonidos como si hubiera un tornado afuera, la puerta se abrió y pude observar que todo el baño estaba con esa fuerte luz roja y un viento muy potente en el ambiente, quise salir corriendo pero me pensé un momento y me detuve, me mantuve rezando hasta que la luz se fue acortando y el viento despareció. Salí lentamente del baño y le invente a mis amigos que me había dado un fuerte dolor de estomago y por eso me fui así. Seguimos hablando por un rato hasta que nos fuimos. Yo decidí invitar a todos mis amigos a mi casa a que pasaran la noche allí y ellos accedieron.
Nos quedamos allá, mi padre estaba trabajando hasta tarde, eran cerca de las 10 pm cuando ellos se querían ir ya, Laura intento abrir la puerta pero estaba no pudo, dijo que estaba trabada los demás también lo intentaron y ninguno pudo abrirla. Empezó a ocurrir lo mismo de la otra noche en que estaba sola, se fueron las luces de toda la casa, el televisor se puso en estático, salieron luces rojas de la ventana y se escuchaba que rayaban la puerta con algo filoso del otro lado. Sabía que era eso de nuevo, mis amigos se asustaron, la puerta comenzó a temblar fuertemente, hasta que colapso, entro es espectro por la puerta, todos empezaron correr menos yo, se los advertí les dije que no corrieran pero nadie me escucho. El espectro los persiguió a todos, los apuñalo uno por uno, luego me miro y se fue.
El impacto emocional fue tan grande que no pude ni llorar, revise a ver si quedaba alguien vivo, solo Paulina y María respiraban, los demás no daban señales de vida.
Llame a la policía y a la ambulancia para que me ayudaran, a pesar de que no creyeron totalmente mi historia llegaron rápidamente. Paulina y María les quedaban poca vida a menos que llegaran rápido al hospital, todos los demás estaban muertos. Aun con lágrimas en los ojos los policías me llevaron a la estación para interrogarme. Cuando llegue les conté la verdad, los que había visto que había ocurrido, como los supuse ninguno me creyó, me detuvieron en una celda para investigar mejor el caso. Mi padre llego poco tiempo después llorando, además de verme tras una celda, ya se había enterado de la muerte de Karen, les dijo a los policías, el pensaba que yo la había matado, a pesar de ser su única hija, me acusaba de matar a mi madrastra por ser la única con quien se había quedado cuando fue asesinada. Los policías ya tenían más cargos en mi contra.
Se hizo de mañana, yo seguía en esa celda, esperaba despertar y que todo hubiera sido una pesadilla, pero no. Los policías me siguieron interrogando por unas 2 horas, seguí insistiendo en mi versión, les conté todo, desde el día que llegue que me encontré a esa mujer en la plaza hasta lo de la noche anterior, me pidieron que describiera a la mujer, se quedaron pensando un rato y me dijeron que esa misma mujer que yo había visto en la plaza era la que había sido asesinada por un desconocido, que no sabia nada acerca de el hombre con túnica. Yo quede impactada, ¿Como esa mujer podía estar muerta si hable con ella en la plaza? Horas mas tarde me entere de que Paulina y María estaban vivas, pero no podían hablar ni decir nada de lo que les paso.
Tras unos días más la policía decidió que tenía pruebas suficientes contra mí y pauto la fecha para el juicio. El 10 se Septiembre de 2012, tras meses de sufrimiento y tortura psicología en esa cárcel fui al juicio, esperaba que se hiciera justicia y me liberaran. Pero apenas entre pude percibir que estaba arreglado. Incluso mi padre declaro en mi contra, estaba cegado por la muerte de de Karen.
Se me acusaba de matar a 3 de mis amigos, porque creían que yo había matado a Daniela, y de asesinar a mi madrastra Karen.
Durante el juicio me sentí absorta y totalmente en otro mundo.
Sentí como esa luz roja que tanto me atemorizaba entraba a la sala y la llenaba completamente. El juez me despertó con un grito.
– Señorita Amy, le estoy hablando, ¿Cómo se declara de los cargos imputados?
– Inocente. Seguí insistiendo con mi historia.
Justo cuando termine de decirlo, entro por la puerta, si, ese espectro con túnica que me miraba fuertemente. Comencé a gritar, ¡Ahí esta! ¡Ahí esta! ¿¡Que no lo ven?!.
Todos gritaron que estaba loca pues ahí no había nada. El juez se canso y pidió al jurado el veredicto. La prueba final fue que con lágrimas en los ojos Paulina y María me acusaron por escrito, ya que no podían hablar, de los asesinatos, aunque yo sabia que las habían obligado.
– El jurado la haya culpable de 4 homicidios y 2 intentos de homicidio, y la sentencia una internación a un hospital psiquiátrico. Grito el juez, y golpeo fuertemente el mazo sobre su escritorio.
Llore fuertemente mientras me llevaban al psiquiátrico diciendo “No estoy loca, yo no lo hice” pero mis gritos fueron ignorados.
Entre al psiquiátrico gritando y me encerraron en una especie de cubículo con gritos y pataleos.
Han pasado los meses, desde que estoy aquí siento que no tengo razones para vivir. Hace una semana, tuve una visita inesperada. Era de noche, empecé a ver la luz roja otra vez entrar por el cubículo e inundarlo totalmente. Por las paredes paso el espectro de la túnica, yo estaba tan acostumbrada que casi no sentí miedo, hasta que vi que se empezó a bajar el gorro que le cubría la cara, pude ver quien era. Era esa anciana de la plaza, la que me conto el relato de la mujer asesinada.
– ¿Usted? ¿Usted me hizo todo esto? Grite con desesperación.
– Esto te lo hiciste tu sola al venir a esa casa. Los humanos como tu fueron los que permitieron que nadie se hiciera responsable de mi muerte. A mi me mataron esa noche en la casa donde vivías.
A nadie le importo, y mucho menos la muerte de mis hijos.
¿No te gustan las injusticias? Bueno ahora te sientes como yo. Y recuerda, No Corras.
Luego desapareció brutalmente, se desvaneció en un tornado de humo y la luz roja se fue con ella.
Estaba muy desconcertada, ¿Cómo esa mujer pudo hacer todo esto? ¿Cómo me pudo destruir la vida en tan poco tiempo? Simplemente era imposible de explicar para mí.
Hace tiempo que me siento muy vacía, anoche me intente suicidar tomando una mezcla de pastillas, pero un guardia que vigilaba las habitaciones me llevo a la enfermería a tiempo. Pude regresar a mi cuarto esa misma noche. Llore y llore, no paraba de preguntarme, ¿Por qué? ¿Por qué de tantas personas que habían estado en esa casa, me tenia que destruir la vida a mi. Creo que debía de haber hecho caso y nunca permitir que nadie corriera, ni ver aquella película, ni dejar ninguna puerta abierta, así nadie hubiera muerto.
Esa noche, en horas de la madrugada sentí una luz blanca que entraba por la ventana, medio abrí los ojos y vi que tenia forma de un ángel, un hermoso ángel blanco con grandes alas, lo vi por unos segundos y tomo la cara de mi madre, sabia que era ella, recordare su rostro por siempre. Me sonrió y me miro con amor, como siempre lo hacia antes de morir, se quedo así por unos 30 segundos y luego se fue poco a poco.
Esta mañana me desperté con el rostro de mi madre en mente. Vi que en una mesa de noche que tenía había un rosario, con el mismo perfume que ella usaba, y debajo estaba mi diario, donde he escrito toda esta historia. Había una hoja, sabia que no era del diario por que era de un color celeste y no tenia mi letrea. Esta decía:
“Mi amor, se que por lo que estas pasando es difícil, no creas que nadie sabe la verdad, yo la se. Y se que pronto todos también la sabrán. No te desesperes, sabes que siempre estaré a tu lado, recuerda rezar todas las noches por mi, y por ti también. Siempre te voy a amar.”
Llore mucho al leerla, pero sabia que por lo menos alguien sabia la verdad. Mi madre siempre estará conmigo a pesar de las adversidades, fue algo muy triste y duro por lo que pase, pero se que la justicia divina se encargara de que yo este libre.
Recordare que por mas tranquilo que este una situación, por mas relajado que se vea un lugar. Siempre puede venir, La Tormenta. Después de la Calma.
AMY
20/06/13
2 comentarios
interesante
muy buena cx