Fotografías

Una joven que caminaba a casa desde la escuela encontró una pila de fotografías Polaroid tiradas en el pavimento. Eran, en total, veinte fotografías agrupadas con una liga de hule. La joven las tomó y, en tanto caminaba, empezó a mirarlas. La primera foto era de un espectral hombre blanco en un fondo negro, parado tan lejos de la cámara que la chica no podía reconocer sus facciones.

Pasó esa foto hacia el final y miró la siguiente imagen; la fotografía era del mismo hombre, ahora un poco más cerca.

La chica abanicó el siguiente grupo de fotografías rápidamente. Con cada foto, el hombre en la imagen parecía acercarse cada vez un poco más, y sus facciones se hacían más claras.

Llegando ya a la esquina de su casa, la chica se dio cuenta de que el hombre de las fotos parecía estar viéndola aun cuando ella se inclinaba hacia los lados de la imagen —ese mismo efecto que tienen las despreciables muñecas de porcelana—. Se incomodó, pero estaba a punto de terminar.

Para la imagen número diecinueve, el hombre estaba tan cerca, que su cara llenaba el recuadro completamente. Tenía la expresión más amenazante que la chica había visto.

Antes de entrar a su casa, miró la última foto. Esta vez, en lugar de una imagen, solo había dos palabras: «Suficientemente cerca».

Escuchando un horrible grito afuera de su casa, el hermano de la chica salió corriendo hacia la puerta y la abrió. Lo único que vio fue una pila de fotografías al pie de su puerta.

La primera imagen parecía ser una versión extremadamente pálida de su hermanita. Sin embargo, se encontraba muy alejada como para que pudiera estar seguro.

Traducción de internet

Naai' Kirkland-Jones