Fallaste..

Estas parado mirándote a ti mismo en el espejo. Tus ojos están ardiendo de tanto llorar. Tu cabello está lleno de nudos como el nido de un ave. Tienes rasguños y heridas en toda la cara. Unas sangrando, otras ya cerradas.

Te lavas la cara con agua congelada lo más rápido posible y bajas por las escaleras casi saltándolas. Coges unas llaves frias como el hielo. No piensas nada, simplemente te pones una chamarra que estaba colgada y sales por la puerta trasera.

Puedes sentir los copos de nieve aterrizando en tu chamarra mientras miras a tu alrededor. Todo está lleno de nieve. Te sacudes lo copos de tu chamarra y de diriges a tu moto.

Te subes rápidamente en tu moto y tratas de localizar donde meter las llaves pero la oscuridad te ciega. Tú desesperadamente empujas tanto la llave que se cae a la nieve.

-Es muy tarde- piensas. La nieve se la ha tragado. Tardarías mucho en encontrarla y tu tiempo se acaba.

Saltas de la moto y empiezas a caminar pero al parecer la nieve te succiona como una persona lo hace a un espagueti. Cada paso que das es más pesado. Te encorvas porque al parecer tu espalda te empieza a doler. Sientes como si tuvieras unas pesas del tamaño de un elefante pero tú sigues caminando.

Ya estas caminando rápidamente por la banqueta. Todo está oscuro excepto por la luz tenue en la calle. Ni un carro pasa, todo esta callado. No hay ningún sonido excepto por la nieve cayendo al suelo. Empiezas a sentir tus manos convirtiéndose en hielo así que guardas tus congeladas manos en los bolsillos de tu chamarra.

Aunque estas preocupado, sigues caminando. Imágenes de la cárcel invaden tu cabeza pero los sacudes como si fueran una mosca parada en tu hombro. Te volteas y echas un vistazo a la casa de la que acabaste de salir. Ya puedes ver en la distancia luces rojas y azules así que aceleras el paso.

Comienzas a sentí que alguien te sigue. Que alguien esta viéndote desde lejos. Sientes que tu corazón se desborda, ellos ya lo saben.

-¡Aquí esta! ¡Se escapa!- escuchas la voz del hombre desde lo lejos.

Sin pensarlo empiezas a correr sin mirar  a tus espaldas aunque sabes que no están tan lejos de ti. Empiezas a sudar y puedes sentir tu frente empapada de sudor.

De la nada un hombre vestido de policía aparece enfrente de ti apuntándote con una pistola. Te frenas y te quedas ahí parado, luego volteas a ver sus ojos. Sus ojos son sólidos y sin expresión.

-¡Policía! ¡Quédese parado!- sale una voz fuerte y macha de aquel hombre.

Volteas a ver tus manos después de sacarlas de los bolsillos y sientes tu corazón detenerse. Tus manos llenas de un líquido rojo.

Te jala las manos hacia atrás y te esposan mientras dicen –Estas bajo arresto por homicidio cometido a la familia Cullpeper. Todo lo que digas se usara en tu contra-

No volteas arriba, solo al suelo mientras te empujan al carro policiaco mientras repites la palabra ‘fallaste’. En la distancia, dentro de la casa, una niña ensangrentada abrazando su osito te mira. Sus ojos al igual que el fuego. Ella sonríe y te saluda junto con su oso de peluche desgastado y sucio.