Estaba allí nuevamente, feliz de verme. Me encanta estar con Esso, aunque no esté segura de lo que sea realmente. Me gusta hablarle, aunque, para ser precisa, Esso, no habla.
En realidad, Esso no tiene forma precisa. Es un ser etéreo. No puedo distinguir su forma, y no tiene rostro. Aunque sí lo posee, yo nunca lo he podido distinguir. Solo puedo estar segura de que Esso es una chica.
Es mi mejor amiga. Siempre puedo hablar de mi vida, mi familia y amigos. Y de humanos en general. A ella le gusta que le hable sobre nosotros los humanos.
Siempre está allí, esperándome a la media noche de todos los días impares, para hablarle. Esso siempre encuentra maneras de explicarme cómo es su mundo. El mundo de los etéreos.
—¿En tu mundo también hay escuelas? —pregunté, curiosa, como siempre.
Esso asintió.
—¿Y es entretenido ir?
Esso negó.
—Las escuelas son iguales en todas las dimensiones.
Esso se mostró divertida.
—¿Tienes muchas amistades?
Esso volvió a asentir.
—¿Y en tu mundo también existe la televisión y las estrellas de cine?
Esso escribió: «Tu mundo es igual al mío. Por favor, sigue hablándome sobre los humanos».
—Bueno, la mayoría de los humanos consideran extraño que un ser etéreo entre y salga de su habitación a su gusto —dije sarcásticamente
Esso volvió a escribir: «En el mundo de los etéreos también se usa el sarcasmo».
—Bien. ¿Qué quieres saber?
Escribió: «¿Ustedes los humanos tienen amigos en su mente?».
—Sí, les dicen «amigos imaginarios». Son comunes en los humanos más jóvenes.
Escribió: «En el mundo de los etéreos, todo lo que ustedes los humanos consideran imaginario, como los monstruos bajo las camas, y los “amigos imaginarios”, existen».
—Pero dijiste que tu mundo era igual al mío.
Escribió: «En tu mundo existe todo lo que nosotros los etéreos consideramos imaginario. Como los espejos, el calor y el frío».
—¿Entonces allí están todos los miedos imaginarios de los humanos?
Escribió: «Sí. También el tuyo».
La luz del amanecer se acercaba. Esso se fue. Siempre dejaba una nota, de dónde y cuándo nos encontraríamos. Nunca salíamos de casa. A Esso no le gusta ir por las calles solitarias. Me explicó que hay muchas de esas en su mundo, y a ella no le gustan.
Esta nota fue diferente.
«Nuestro próximo encuentro será en el kiosco del parque más cercano. Mañana a media noche. Te espero allí. Atentamente, Esso».
¿En el kiosco del parque de la esquina? ¿Mañana a media noche? Esso no salía de casa, ni me la encontraba por casualidad por la calle. Sería muy extraño encontrarse a un ser etéreo solo porque sí en la calle. Mi vida no está basada en un libro de Stephen King como para que me pasen cosas terroríficas y sobrenaturales.
Tuve un mal presentimiento. Era como si algo malo fuera a ocurrir allí.
Pero Esso es una buena… ¿persona?, ¿ser etéreo? Como sea, no creo que vaya a pasar nada allí. Ni que fuera a llevar a Pennywise o algo por el estilo.
¿O sí?
…
—¿Esso? ¿Estás allí? —El kiosco del parque estaba vacío. Ahora pensaba que Esso me había mentido.
—Oh… llegaste.
Esa voz me sobresaltó. Esso normalmente no hablaba. Ni tenía forma. Y era tan familiar…
—Oh, Esso, aquí estás. —Pasé totalmente por alto el hecho de que estaba hablando.
—Te prometí que aquí estaría. Tenemos un asunto que arreglar.
—¿Asunto que arreglar?
—Me has hablado mucho acerca de los humanos. Quisiera conocerlos más de cerca. —Su voz era cada vez más clara, como si estuviera justo a mi lado
—¿De qué hablas?
—Quiero saber cómo es ser un humano. Cómo es poder sentir, y verse a sí mismos en el espejo.
—Pero tú eres un etéreo.
—¿Alguna vez te conté lo que podemos hacer nosotros los etéreos? Tenemos la curiosa capacidad de tomar la vida de ustedes los humanos.
—Eso es imposible. Tú me lo dijiste.
—Eres tan ingenua. Te he dicho muchas cosas. Tal vez solo una cuarta parte de esas es cierta.
—Esso, creí que éramos amigas.
—¿Amiga de un humano? ¿Cómo puedo hacerme amiga de un humano? Tú solamente eres mi portal a tu mundo.
—No dejaré que hagas esto.
—Ya es tarde. ¿Cómo crees que he logrado hablar? He estado alimentándome de lo que me cuentas. Ya tengo lo suficiente de tu alma como para hacerme pasar por ti.
Entonces Esso salió de la oscuridad.
Ya no era un etéreo.
Esso era yo.
Y ahora yo soy un etéreo.
…
El mundo de los etéreos es tal y como lo describió Esso. Aquí habitan todos los miedos de los humanos. Pero yo ya no siento miedo. En realidad, no siento nada en absoluto.
Los seres etéreos tenemos que encontrar a un humano del cual alimentarnos, para luego tomar su vida. Todo es un proceso. Así los etéreos podemos vivir como los humanos, y los humanos como los etéreos.
Cuando los etéreos tomamos el cuerpo de los humanos, estos no son conscientes de lo que hacen. Y cuando lo recuperan, es como si nada hubiera ocurrido.
Es como si hubieran estado durmiendo, y en sus sueños, visitan el mundo de los etéreos.
Ahora yo debo encontrar a Esso. Y ya se en dónde comenzar.
Nuestro próximo encuentro será hoy a media noche. Te espero allí.
2 comentarios
Qué historia más curiosa. Sin mucho esfuerzo te las arreglaste para crear toda un raza y su respectivo mundo. Me agrada. Es corta, va al grano, y aunque el final deja algo que desear, su desarrollo fue entretenido de leer.
Me gustó
Mucho
De verdad
́gracias