Libro del Decimotercero Discípulo, Capítulo 66.6
1 Cuando nosotros, sus apóstoles, llegamos a la tumba de Jesús al tercer día, entendimos nuestro grave error.
2 La piedra que aguardaba la entrada de la tumba no había sido asegurada apropiadamente. Bestias malévolas y demonios depredadores habían entrado por la pequeña abertura y habían revivido y poseído el cuerpo mutilado de nuestro Señor. Sus mortajas se mancillaron con sangre negra y pegajosa; la ropa de cama estaba pisoteada y contaminada por pezuñas fangosas.
3 No hubiéramos podido soportar decírselo a María Magdalena, la amada del Mesías.
4 Sin embargo, «¡Jesús ha resucitado!», gritamos, para repartir el regocijo entre sus seguidores y sus enemigos por igual, en la ciudad, a las montañas y los cañones, y las nubes de lluvia y las estrellas.
5 Nadie nos hizo caso. Porque ya habían oído al Siniestro aullando en el desierto. Habían olido el azufre y el incienso recocido. Ellos, como nosotros, se habían escondido en sus casas mientras la criatura de ojos muertos que gruñía deambulaba por los callejones oscuros de Jerusalén, rezumando sangre y fluidos de sus heridas en manos y pies, con vísceras y cueros cabelludos humanos atrapados en su barba desaliñada.
6 María Magdalena, siendo lo suficientemente inteligente como para ignorar nuestro engaño, rogó a Dios para pedirle consejo.
7 «Necesito hacer un plan —tronó Dios—. Mientras tanto, usa las batas de mi hijo y una barba de pelo de caballo. Pinta tus palmas con sangre. Convence a todos de que eres el Mesías».
8 María volvió al día siguiente.
9 «¿Cómo luzco?».
10 «Encantadora, querida», chirrió Dios desde las nubes, como un coyote tratando de hablar.
11 «Disculpe mi imprudencia —dijo María—, pero este disfraz nunca funcionará. Sabrán que soy una impostora. ¿Por qué no puede llevar a su hijo al Cielo y curarlo? ¡Póngale fin a la carnicería que Aquello ha causado!».
12 La voz de Dios gorgoteó y se rio. «Lo hice, lo hice. ¿No lo ves? ¡Ja! ¡Traje a Jesús al Cielo! Pero luego evisceró y devoró a su propio Padre, ¿y ahora quién es el impostor? Sin embargo, no te preocupes. ¡Tu gente tendrá un Dios muy pronto!».
13 La cosa que una vez se hizo pasar por Jesús, y que ahora era Dios, chilló de risa. Las nubes llovieron la sangre del cordero.
14 Bajo el terror, María corrió a Jerusalén, aún con las batas y la barba.
15 «¡Ha resucitado!», gritó la gente cuando la vio, y bajaron el rostro a la tierra manchada de sangre.
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7 comentarios
excelente.
la verda yo pense lo mismo :,v
Muy buena :v
Debió tener un final con más plum y tatatataaan…
no me parece lo de tatatatataan creo que debio de tener mas tukiktukitukitukitukii :V
no fue lo que esperaba
se me erizo la piel jeje