El Supermercado

Hasta el día de hoy no estoy seguro de que fue lo que sucedió aquel día, pero fue una experiencia desagradable que no me gustaría repetir.

Esa tarde estaba caminando con un amigo por el centro de la ciudad. Estaba oscureciendo y estábamos buscando alguna tienda donde comprar algo refrescante para tomar, pero no encontrábamos ninguna.

Después de caminar un gran rato y platicar de varias cosas, encontramos una, pero esta se encontraba llena de gente y no teníamos mucho tiempo para esperar por lo que decidimos buscar otra tienda donde hubiera más posibilidad de comprar algo.

Le preguntamos a un hombre si sabía de alguna tienda cercana que fuera más grande o estuviera más vacía, el hombre nos dijo que siguiéramos derecho por una calle hasta encontrar un supermercadoy nos señaló hacia una calle por la que nunca había ido antes.

Hicimos caso de lo que el hombre nos dijo y tomamos esa calle. Era una calle estrecha, muy oscura y solitaria, era de un solo sentido y estaba muy sucia. Las pocas luces que habían estaban a una gran distancia de las otras, afortunadamente todavía no oscurecía del todo.

Las pocas personas que vimos durante el camino eran demasiado extrañas, como por ejemplo una mujer bastante delgada y muy alta, con el cabello desordenado y una cara bastante deprimente o una pareja teniendo faje unos metros más adelante. Parecía no importarles que la gente pasara por ahí.

Unos metros más adelante vimos a dos señoras de edad avanzada sentadas en silencio, mirándonos con una sonrisa. Giraban su cabeza conforme íbamos avanzando, mi amigo parecía no darse cuenta de todo eso, posiblemente porque estaba distraído platicándome sobre una chica que conocía.

Finalmente llegamos al supermercado que estábamos buscando, las luces tenían una tonalidad algo verdosa y una intensidad muy débil y la música que sonaba de fondo era lenta y deprimente. Mi amigo decidió quedarse en la puerta de entrada, así que fui yo quien entró para comprar alguna bebida.

Los refrigeradores estaban hasta el otro extremo del supermercado, conforme iba caminando a ellos empezaba a sentir una angustia extraña sin ninguna razón.
La gente se me quedaba viendo mientras yo caminaba, hasta que finalmente llegué a los refrigeradores, abrí uno y mientras escuchaba el ruido del mismo sentí una extraña sensación que me recorría entero, tomé unas botellas de agua y cerré el refrigerador.

Mi sorpresa fue bastante que casi gritaba del susto, cuando me di la vuelta, había un maniquí de aspecto grotesco de parado detrás de mí. Como si se hubiera movido hasta ahí o algún gracioso me quisiera asustar.

Nervioso por el reciente susto, caminé hasta las cajas para pagar las bebidas. Había solo dos cajas disponibles, la encargada de la caja tenía un aspecto algo grotesco y estaba platicando con la encargada de la otra caja sobre algún perro pulgoso que había llevado al veterinario.

Pagué y me alejé de la caja, la gente me seguía mirando extraño, así que me apuré en salir. Me reuní con mi amigo, quien seguía contando la misma historia de la chica que conocía y nos fuimos de ahí…

¿Te atreves a ir al supermercado…?

Mi primera creepypasta publicada

Pablo Salinas

Please wait...

2 comentarios

No tiene ningún tipo de factor creepy. No da miedo, solo pequeñas cosas sin importancia. Y para el colmo puso ¿Te atreves a ir al supermercado?. Como si fuera tan terrorífico. 2/10. Perdona pero enserio tienes que mejorar, no veo ningún nudo interesante en tu historia

ESO NO DA MIEDO NUNCA DARIA MIEDO NISIQUIERA A UN BEBE ENSERIO UN MANIQUI DETRAS DE TI LOSIENTO pero esa crepi no dio miedo SORRI NO DA miedo

¿Quieres dejar un comentario?

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.