El Paisaje Infinito

Estaba mirando por la ventana, tranquilamente pensando en que habría mas allá y pensé ir a ver.

Yo vivía en una casa muy apartada de la sociedad ya que no me gustaba el ruido y la gente, soy muy solitario algo que lamento ahora, me llamo Miguel Palarea, soy un escritor y os escribo lo que me sucedió.

No quede con nadie para ir a disfrutar de la naturaleza yo solo y mas tranquilo y como ya decía, para poder ir a investigar.

– La naturaleza, una cosa que no mucha gente tiene o aprecia, cuando yo estaba en la ciudad era todo caos y ruido, menos mal que me mude.

Después de un tiempo empece a apreciar que ese silencio, cuanto mas avanzaba, mas tenso era, como si no estuviera solo, me encontré un precioso lago que como cayo una noche con estrellas, el lago era hermoso pero oscuro, me entraban ganas de bañarme allí pero no me fiaba y seguí avanzando hasta que se hizo demasiado oscura la noche, menos mal que traje la linterna.

Empezaba a hacer frío así que pensé en irme a mi casa y continuar mañana por la mañana pero algo me dijo que continuara insistentemente hasta que pensé que podría continuar un poco mas.

Eran las 4 de la noche y estaba cansado así que preparé una tienda de campaña y me preparé para dormir allí.

Estaba durmiendo cuando oí un ruido y mire fuera, no veía nada por la oscuridad.

– ¿Hola?… ¿HOLA?… Sera un ciervo, bueno seguiré durmiendo.

Era por la mañana y era un día luminoso y precioso, los pájaros pian y… espera… estoy oyendo un animal berrear y me asuste pero la curiosidad me reconcomía y fui a mirar, cuando llegué allí no me creía lo que veía.

– ¡Oh dios mio! es. es. un ciervo mutilado, esta con la piel arrancada a tiras en el suelo y con las tripas por el suelo, esto no lo a podido hacer un oso, ¡o no! viene alguien.

me escondí detrás de un árbol entre matorrales rezando para que no me viera, estuve observándole rezando que el no me viera a mí, el llevaba un traje de granjero bastante gastada y arpones enganchados en el cinturón, se llevo el cadáver de ese ciervo, yo intente seguirlo. lo seguí hasta una cabaña muy degradada pero se mantenía en pie, vi por una ventana y vi gente dentro que parecían normal a primera vista, pero entro ese hombre a la sala llevaba un cráneo de un animal como un casco y un traje negro como una túnica, se puso en un altar y empezó a hablar en un idioma que sería inventado pero parecía que se entendían, todo el mundo le miraban atentos, después de un rato empezó a repartir la carne cruda el ciervo entre la gente para que se la comieran, entonces una neblina negra se empezó a esparcir por toda la sala hasta cubrirla por entero, no se veía nada, empezaron a oírse gemidos que te daban un frío por el cuerpo que te daban ganas de uir y uir de allí.

Yo me aleje de esa cabaña y me metí detrás de un árbol para que no me vieran mientras que llamaba la policía.

– ¿venga, vamos! mierda comunica, ¡COMUNICA!, me cago en….

me fui corriendo con la esperanza de llegar a mi casa sin mirar atrás, solo corrí y corrí toda la tarde con unas cortas pausas para respirar, seguía oyendo esos gemidos pero hora parecían como gritos, yo corrí hasta que se hizo de noche.

Saque la linterna y como deje de oír los gritos fui un poco mas lento, estuve viendo que en el lago de antes había algo en el agua me acerque un poco para verlo mejor, eran las personas de la cabaña moviéndose en el agua hacia la otra punta del lago, yo me asuste aun mas y me fui de allí, al final llegue a mi casa.

– ¡Al fin! mi casa, aquí estaré seguro y podre llamar a la policía.

Todo estaba tranquilo, salí al jardín para observar que no había nadie y descubrí que desde mi casa se veía el lago, lo observe bien con unos prismáticos y vi a esas personas en el lago, vi que una neblina negra aparecía que cubrió todo el lago hasta no ver nada, cuando se fue la niebla no había nadie en el lago.

Paso la noche y se hizo de día, me fui de esa cabaña para siempre, empece a hacer el embalaje y cuando estaba terminando mire por la ventana mirando la infinidad de ese paisaje por ultima vez con una sensación que fuera lo que fuera lo que paso en ese sitio no quería saberlo así que me subí en mi coche y me fui de ese sitio mirando por el retrovisor del coche como me alejaba pensé que, visto lo visto, no todo es lo que parece ¿no?