El cuadro de la anciana

Los 94 años de mi abuela habían llegado a su fin, la conocí desde muy niño por la razón de que vivíamos en la misma casa. Su herencia claramente estipulaba que aquella casa quedaba a mi nombre, pero que por respeto debía dejar los cuadros y muebles donde estaban.

Siempre que de niño iba al segundo piso a llevarle una sopa a mi abuela cuando estaba enferma, pasaba por el pasillo mirando al suelo para no tener que ver el horrible cuadro colgado en la pared. El cuadro de una anciana de mirada penetrante.

Nadie nunca me contó algo de ella, pero como exigía la herencia, no debía mover el espantoso cuadro de su lugar.

Un día como cualquier otro, me levanté a preparar mi desayuno, y casi me llevo un susto con el cuadro. Veía a la nada con una mirada tan tétrica… parecía que había cambiado el gesto que mostraba normalmente, frunciendo el ceño, como intentando ver algo a lo lejos. Era sumamente espantosa.

En medio del susto, sólo reaccione echándole una sábana encima, que quedó colgando de tal forma que cubría el cuadro. Durante todo el día me pasé por el pasillo sin tener que ver ese rostro mirándome.

Ya al caer la noche, pude escuchar un ruido muy sigiloso. Al salir al pasillo para ver de dónde había provenido el ruido, pude notar que la sábana se había caído. Mi corazón dio un vuelco. Ahora el rostro de la anciana me estaba sonriendo de una manera macabra, mostraba sus malgastados dientes y se notaban exageradas arrugas en su rostro. Realmente no sabía por qué mi abuela apreciaba tanto a ese cuadro, y me intrigaba más que ella no lo encontrara horrible. Fue un martes por la mañana cuando casi me da un infarto por algo que llegué a ver.

Estaba desayunando mi clásico café y empanedado de pollo, al momento que noté una cabeza asomándose por el extremo de la puerta para verme.

Pegué un grito que se debió de haber escuchado en toda la cuadra, a la par que la cabeza se escondió rápidamente. Salí al pasillo a ver qué era lo que había pasado, pero no vi nada: nada aparte de ese horrible cuadro, que de nuevo había cambiado los gestos de su rostro.

Estaba seria.

Yo sabia perfectamente que esa cabeza que había visto era la de esta mujer; no sé cómo, pero había estirado su cuello para vigilar lo que hacía.

La noche siguiente decidí hacer algo más inteligente. Coloqué una cámara delante del cuadro, con la intención de comprobar si era de éste de donde salió la cabeza, o si en verdad el cuadro hacía movimientos extraños. La dejé grabando tres días, en los cuales salí fuera de Lima a otro departamento de mi país. Al tercer día, subí directamente al segundo piso para ver las condiciones del cuadro y de la cámara. El cuadro cambió una vez más, ahora estaba enojada, tenía una expresión llena de rabia y de furia, sus ojos brillaban de odio… ¿por qué?

Pasé a revisar lo que había capturado mi cámara en los tres días que estuve ausente. El primer día no hubo movimiento alguno hasta que cayó la noche, pude ver claramente cómo la cabeza del cuadro miraba a los lados, quizá revisando si había alguien cerca, y después vi cómo estiraba su cuello y salía del cuadro.

El cuello se estiraba y estiraba mientras la cabeza de la anciana recorría todas las habitaciones, curioseando. Cuando finalmente volvió a su postura, cambió su expresión a la de una sonrisa. A la mañana siguiente pude verla repetir el mismo procedimiento, sólo que ahora después de haber vuelto a su posición normal, empezaba a moverse más.

Estaba saliendo del cuadro.

Al salir completamente, vi que era una mujer extremadamente alta, ¡era el doble de mi estatura!; tenía que caminar agachada para no chocar con el techo. Pero su altura no se debía al tamaño de su cuerpo en sí, sino a que su cuello estaba estirado exageradamente.

La anciana se paseó en toda la casa, buscando algo… gritando el nombre de mi abuela mientras sollozaba. Al regresar al cuadro su expresión era una llena de odio —la que mantenía actualmente—.

Fue entonces que me harté. Me decidí por botar ese horrible cuadro; pero justo cuando lo retiré de la pared, la anciana sacó sus brazos a través del cuadro para ahorcarme.

Sus dedos se clavaban en mi cuello a la par que me quitaban el aire, me estaba matando, no podía respirar. Estaba a punto de dejarme vencer cuando me liberé de milagro y arrojé el cuadro. La anciana regresó sus brazos dentro del cuadro y siguió mirándome con odio, ahora desarreglada.

Llamé de inmediato a mi padre para contarle lo sucedido. Sabía que no me creería, pensaría que me estaba drogando… no fue así.

—Hijo, ese cuadro… la anciana de ese cuadro, era tu bisabuela —me dijo mi padre a través del celular que nos comunicaba.
—¿Mi bisabuela? ¡Eso no importa ahora, ¿no escuchaste lo que te dije?!
—Lo sé, es que… ella murió de una manera peculiar —me dijo con dificultad mi padre—. Ella sufría de una depresión horrible. Un día no pudo más con su soledad y se ahorcó.

Esa noticia me impactó. Está bien, que mi bisabuela se ahorcara era algo extraño, y en parte triste, pero ella quiso matarme y me costaba explicarle a mi padre lo que me sucedía. Le iba a colgar y buscar otra solución hasta que me contó una última cosa.

—Lo raro de ese cuadro, hijo, fue que lo pintó tu abuela el mismo día en que tu bisabuela se ahorcó, exactamente antes de que lo hiciera —me explicó mi padre—. Bueno, fue a petición de tu bisabuela que ella lo pintó, pues según ella, a través de ese cuadro la cuidaría mientras viviera de cualquier persona que le quisiera hacer daño… Hijo, ¿hay algo que-

Le corté el teléfono. Fácilmente podría decir que hubo un problema en la linea.

Corrí al pasillo con ligereza. El cuadro estaba vacío, el rostro de mi bisabuela no estaba. Sentí en ese momento una respiración helada a mi espalda. Ahí estaba ella.

La anciana, extremadamente alta, ángel protector de mi abuela. Me miró unos segundos con esos ojos llenos de odio, llenos de maldad, llenos de venganza. Ese cuadro veía todo, lo sabía, estoy seguro de que vio cómo yo le subía a mi abuela una sopa, una sopa cargada de veneno, y cómo hacia caso omiso a los gritos de ayuda que emitía en su agonía.

Ella sabía quién era el responsable de la muerte de mi abuela, y puede que mi abuela lo sospechaba, puede que ésa sea la razón de por qué me demandó en la herencia que mantuviera el cuadro en la casa, puede que…

La anciana empezó a ahorcarme, sentí que mi respiración se cortaba hasta que empecé a escuchar pasos en la casa que se acercaban a las escaleras. Mi bisabuela volvió rápidamente al cuadro con esa expresión de odio en su decrépito rostro. Era mi hermana que llegaba a casa, me había salvado la vida. Le pedí que tomara el cuadro y lo guardara en el sótano.

Y mientras se lo llevaba, pude ver a mi bisabuela haciéndome señas de muerte.

Nunca más volví a entrar al sótano, e incluso años después de estos sucesos, podía escuchar por la noche el ruido de la manija del sótano siendo forzada, en vano, como si alguien quisiera salir de ahí.

Creación propia, casa de mi abue.

Escante

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65 comentarios

Buena historia. No da realmente miedo (quizás por humanizar tanto al retrato o desvelar el motivo por el que actúa) pero es interesante, y realmente no me esperaba el final.

Exelente historia, de verdad me encanto, al principio pense que estaba muy acelerada, ya que las historias generalmente tienden a tener mas suspenso, pero debo decir que le diste un toque distinto y quedo perfecta, porfavor publica mas como esta 🙂 5/5

Bastante interesante… un poco reprochable el hecho de q salga de la pintura la cabeza y eso.. no es un matiz q me encante en el terror, es demasiado especifico…
un final sabroso, de esos de, q coño va a pasar!? 3/5

La verdad que me pone la piel de gallina al imaginar la cara de la abuela estirada viendo por el pasillo. Muy bueno la verdad, pero a todo esto… es capaz de levantar a una persona y asfixiarla pero no de abrir o derribar una puerta jaja.

Me gustó tu historia, especialmente el final, sin embargo, algunos detalles no me dejaron disfrutarla totalmente, como la calma con la que reacciona el protagonista ante los sucesos, digo si, yo en su lugar probablemente podría soportar que una imagen cambiara de posición a voluntad sin aterrarme, pero al primer intento de homicidio la boto! jajaja

Buenisima, lo que no me gustó fue el tema de que saliera del cuadro, lo hace ver muy ficticia, la idea es que sea «real», pero la narracion es muy buena.
PD: Dice Lima!!! Eres de Perú, cierto? 😀

Tiene ciertas inconsistencias: dice que era niño cuando le subía la sopa, esto me lleva a pensar que quien envenenaba la sopa era el padre, segundo, si vivían en la misma casa ¿por qué no los mató antes(de noche cuando salía a dar sus rondas por ejemplo)?

Fuera de eso muy bueno 5/5

Él la mató cuando era grande, hace poco, no de niño. Mencionó que le llevaba sopa de niño para uno no se extrañara de que la mató de esa forma; hacerlo era un hábito que él tenía. La bisabuela no lo mató durante ese proceso porque debió sacar sus conclusiones luego de que su hija muriera, por cómo ignoró «sus gritos se auxilio». Quiero decir, una sopa con veneno no es algo que se perciba a simple vista. Tampoco era tan inteligente el cuadro ni la bisabuela una asesina como para decidir matar a su bisnieto de inmediato.

Siento que todo pasa muy rápido, al ser tan fantasiosa no me resulto creíble; y el protagonista actúa como si viera cuadros cambiar de expresión todos los días, aunque quizás ya le había pasado antes…

Bueno igual me gusto, tu sabes que te adoro 4/5.

Con el simple hecho de imaginarse que un cuadro mira a uno casi uno se carga de miedo. Ahora que este te quiera aoracar? No marchen!
Jeje, como quiera si me puso la piel chinita.

La historia es buenisima, no me esperaba lo que hizo el nieto con su abuela. Y peor, me imagine su cabeza y su cuello al mencionarlo. Ahora me da repelus ver un cuadro que te mira fijamente… O_O

He creado una 2 parte, que no da miedo, sino es «troller edition» asi es:
3 años despues de que este el cuadro en el sotano, tocaron la puerta, no puede ser ¡era la anciana! abrió la puerta con miedo y la anciana le dijo que le perdono, conseguí salir del sotano con una poción que habia, y que estes tranquilo, no te voy a hacer nada.
Se quedaron los 2 en un sofa hablando, un rato despues la anciana dijo:
Mira, debo volver a mi cuadro, pero voy a ir a una tienda para ver una cosilla, resulta que dentro de 15 minutos debo volver al cuadro, que es lo que dura la poción, y que cuando pase 15 minutos sacara el cuadro del sotano para que hablemos siempre.
El le hizo caso, ya no le tenia miedo, a los 15 minutos entró al sotano sin miedo y estaba la anciana para matarle, imaginense lo demás.
¿Pero que paso? ¿le engañó la anciana antes?
No, no, era su hermana vestida de la anciana, ella sabia que mato a la abuela y ese era su merecido.

ammm ._.’ no se que decir .. esto esta aun mas irreal fantasioso y infantil .. pero creo que tienes futuro y algun dia vere una creepy tuya en la pagina :3

DIOSSSS!!! GENIAL HISTORIA, HASTA AL LEERLA PUDE SENTIRLA EN CARNE PROPIA «salieron sus manos del cuadro, y comenzaron a ahorcarme» *LECTOR AGARRANDOSE EL CUELLO JAJAJA… LA VERDAD MUY BIEN, TE FELICITO GENIO!

Capullo! mataste a tu abuela! xD nah es broma, está muy bien 5/5 de verdad pasé mal rato xDD Me encantan los creepys que son faciles de imaginar, porque así dan mas miedo jaja!

Like a este comentario si………………………..amas los creepypastas y a slender, y a jeff, y a eyeless jack y a jane the killer, y a nina the killer, a ben drowner, masky, smile dog, étc
ATENCION:
HE DICHO SÓLO LIKES ASI QUE SI NO LES GUSTA NO PONGAN DISLIKE…¿O ACASO HE DICHO LIKES Y DISLIKES?

yo….. TUVE UN TRAUMA COMO ESTE!!! estaba en la casa d la amiga de mi abuela y un cuadro de un hombre estaba colgado y no se que onda que ellas se fueron y mi facinacion con las pinturas es rr FANS!! bueno cuando yo fui a buscar la chocolatada el hombre estaba serio pero cuando me vine para verlo otra vez estaba con cara de enojado y eso fue como un trauma!! bueno quien me cree?

Me gusto hasta la parte que saco la cabeza, pero eso del salir del cuadro completamente; lo encontre demasiado subreal. Aun asi la disfrute

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