La mesera colocó un platillo de enchiladas humeantes frente a Brian, sofocadas con queso y cebollas, junto a un aperitivo de ensalada de guacamole. Un té helado estaba al alcance de su mano. Él murmuró un «gracias» y volteó la cabeza, enfocando su mirada por la ventana de la cafetería en un punto en la distancia.
«Te amo», dijo en voz baja.
«Yo te amo más», fue la respuesta que se dio.
«Yo te amo más que nadie».
«Bueno, entonces yo te amaré por más tiempo».
«Yo te amaré hasta que muera».
«Yo te amaré más allá de eso».
Era un juego de cama viejo. La escena aconteció en su mente a medida que la silueta de una figura comenzó a emerger por el atardecer.
«Mejor pediré que me empaquen esto», pensó, antes de decidir: «No, a la mierda. Aún tengo tiempo».
Brian iba por la mitad de su platillo; la mesera había rellenado su vaso de té tres veces. Entonces un cliente depositó una moneda en la rocola. Era Robert Earl Keen, de sus favoritos.
«El camino sigue por siempre y la fiesta nunca termina».
Brian negó con su cabeza. El señor Keen ni siquiera podía imaginarse cuánta razón tenía. Miró de reojo por la ventana estudiando la figura que se aproximaba. Ahora estaba más cerca. Brian casi podía distinguir sus facciones. Se tomó su tiempo para terminar de disfrutar la comida plenamente antes de deslizar veinte dólares bajo el borde del plato limpio. Para cuando había abierto la puerta de su camioneta pick-up antigua, podía contemplar con total exactitud los detalles de la figura que había estado observando.
El cadáver fétido marchaba con esmero más y más cerca de la cafetería. Carne podrida se mecía desde sus huesos agrietados, y el vestido blanco que alguna vez vistió ahora era un trapo sucio.
«Te amaré hasta que muera».
«Yo te amaré más allá de eso».
Brian entró a su camioneta y cerró la puerta. Se preguntó qué tan lejos tendría que ir esta vez, y cuánto tiempo le tomaría a ella para encontrarlo.
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Awww ! El amorrrr ! :3