Dulces sueños, no te desveles la próxima vez.

Hoy, un domingo como algunos otros, en esos que recuerdo que tengo tarea de ultima hora.

Llamaré a mi prima, antes de que se haga más tarde para que hagamos las tareas juntos (así me aburro un poco menos). Subo las escaleras hasta su casa, toco la puerta, entro… Como todos los domingos en la tarde, está oscura la casa.

-¡Flor! – le llamo sin respuesta. Seguro está en su cuarto viendo tv; tal vez no me escuchó.  Así que entro.

-Oh, ahí estás. ¿Tienes tareas que hacer? – Le digo.

-¡Ay! ¡Si! Casi lo olvido, hagamosla juntos.- Me dice, y como eso era lo que yo esperaba, le digo que si.

Bajamos a la sala de estar, listos para hacer la tarea y comenzamos…

Ya tenemos bastante rato haciendo la tarea, y aún no terminamos. Aunque ya son las 12:00 am, y estamos muy cansados, no nos despegamos de los cuadernos y lapices. Tenemos que terminar esto hoy.

Mi madre sale de su cuarto, va al baño y luego va por un vaso de agua; nos ve, pero no nos dice ni una palabra. No le presto atención, tal vez es que está muy cansada, Así que continuo haciendo la tarea.

Luego de que mi madre entra de nuevo a su cuarto es que las cosas se tornan un poco raras.

Flor y yo empezamos a escuchar pasos que van de la cocina al comedor. Nos vemos las caras aterrados, ya que nos asustamos con facilidad. Intentamos ignorar esos sonidos extraños, pero se escuchan más y más fuertes.

-Tal vez son los gatos o algo así.- Pienso, y le digo a Flor: -Ven, vamos a ver que es.- Ella me sigue ya que ni loca se quedaría sola.

Al acercarnos a la cocina, los pasos se dirigen corriendo a mi habitación; es como si algo nos temiera, se alejara de nosotros…

La puerta de mi cuarto se abre con fuerza. Digo en voz baja: -Ya entró a mi cuarto.- Flor me ve asustada, y supongo que mi rostro le hace saber que yo también lo estoy.

Cuando estamos a punto de entrar a mi habitación, sale mi madre de la suya. Va al baño y luego a la cocina por un vaso de agua. La llamo, pero parece no escucharme, no se detiene. y entra de nuevo a su habitación.

Ahora estoy más que asustado, pero la curiosidad me carcome, así que me decido entrar a mi cuarto.

Al entrar noto que Flor ya no me sigue. Supongo que se quedo afuera.

La habitación esta muy oscura, así que enciendo la luz. No noto nada extraño, todo está en su lugar. Pero veo que algo se mueve bajo mi cama, al ver el piso noto por las sombras que alguien, o más bien «algo» esta detrás de mi.

No puedo moverme, estoy aterrado, paralizado, muy asustado. Cuando escucho unos gritos.

-¡Jefrey! ¡Jefrey!- Es Flor llamándome, así que me olvido de todo y salgo corriendo de la habitación.

Al salir, me detengo detrás de Flor, esta paralizada observando a mi madre. Qué nuevamente sale de su habitación, va al baño y luego a la cocina por un vaso de agua. Aunque ahora es distinto, ya no parece que fuera mi madre, su rostro está pálido, sus ojos totalmente blancos, como irritados; está delgada, muy delgada, alargada y con una sonrisa macabra en su rostro.

Y nuevamente se dirige a su habitación.

Ambos nos quedamos viendo muy atentos la puerta del cuarto de mis padres, sin darnos cuenta que detrás de nosotros la puerta de mi cuarto se abría lentamente, dejando salir algo, no se que sea.

Solo se que antes de que ambos cayéramos al piso inconscientes, ese algo me susurro esta frase al oído:

-Dulces sueños, no te desveles la próxima vez.

De mi cabeza.

jeffreyrm