Caída libre

Me muevo como uno de ellos, me veo como uno de ellos, camino a su lado pero no se dan cuenta, estoy aquí, estoy allá, pero nadie lo nota. ¡Por qué son tan ciegos! Nadie me conoce, nadie me habla, pero creo que es mejor así. Quiero alejarme de ellos pero cuando estoy a punto de lograrlo, cuando estoy a punto de abandonar todo esto y encontrar algo que tal vez pueda hacerme feliz, me encuentro de nuevo en medio de ellos.

Mi mente juega conmigo, no me permitirá salir de aquí… debe existir alguna manera… Busco la manera de que me noten, de que vean que hay algo extraño en mí, pero no lo hacen, siguen encerrados en sus vidas y yo sólo los veo pasear, se ven felices, tranquilos, en paz. Quisiera estar de esa manera, debo buscar ayuda…

Hable con alguien por primera vez, fue extraño pero placentero. Supongo que puedo salir de esta sombra, abandonar aquello que me atormentaba y seguir adelante. Pero aún sigue pasando, la gente sigue caminado a mi lado y no lo nota, no sabe lo que está pasando y me siento solo de nuevo.  ¡Por qué nadie lo ve!

Estoy caminando por el parque, me gusta, es tranquilo y se puede ver a muchos animales por ahí, el cantar de las aves me relaja, me permite olvidar aunque sea tan sólo por un segundo de mi “sombra” y sonreír por instantes. Pero luego, la “sombra” regresa y me vuelvo a sentir sólo y olvidado, nadie lo nota, siguen con su vida como si nada y me hacen preguntar                 ¿será que lo que yo veo y siento sea simplemente algo de mi mente? Tengo que hablar con él de nuevo, necesito saber qué está pasando y por qué.

Hace dos días que hable con él y me siento mejor, ahora puedo comer un poco más, incluso ordené comida ¡Yo ordenado comida! Qué situación tan más extraña, pero agradable. Hablaré con más personas y lograré que me noten, tal vez así la “sombra” comience por fin a tranquilizarse y desaparezca.

Leí algo muy extraño en los periódicos, una pareja estaba en el centro de una estación de trenes y de un momento a otro dispararon a la azotea y hacia la calle, el marido gritaba “¡Los ladrones, fueron los ladrones, tenía que detenerlos! ¡Les quite el arma y disparé!” leí el artículo completo, creo que les pasó lo mismo, tuvieron un encuentro con la “sombra”, ahora los declaran locos y los encierran. ¿Me sucederá lo mismo? ¿Me encontrarán un día en un lugar extraño haciendo una cosa extraña? ¿Me encerrarán de por vida y me dirán siempre que estoy loco? Tengo que solucionar esto, me está volviendo loco, y creo que se pone peor cada vez que me pongo de esta manera.

Hable de nuevo con él y me dio algo, me están ayudando, las benditas pastillas me están ayudando, pero también hay algo extraño con él, casi nunca veo a alguien más ahí. No me quejo, me gusta a privacidad, pero es algo muy peculiar, creo que en todo el tiempo que lo he visitado, sólo h visto a una persona más, pero aquella persona es sin lugar a dudas muy extraña. Cuando lo vi por primera vez parecía una persona completamente normal, pero cuando me acerqué para hablarle (me recomendó que lo hiciera con tantas personas como fuera posible), estaba leyendo un mapa de un lugar que no conozco, era sumamente extraño en realidad, parecía más un mapa de esos estúpidos juegos de mesa que los niños compran y juegan en la calle.

Lo saludé y me respondió con unas palabras sin sentido, como cunado los niños pequeños balbucean, pero a ellos los entienden sus madres por alguna magia maternal. En cambio, esta persona solo balbuceó cosas sin sentido, y luego se disculpó de inmediato y se adentró de nuevo en su mapa, volví a verlo meses después pero no le dirigí de nuevo la palabra.

Salí a caminar para poder tomar algo de sol, quiero sentirme vivo de nuevo, pero volvió a suceder, las pastillas funcionaron al principio pero ahora, no hacen nada con la “sombra” Hace falta algo más, algo más que no pueden darme. ¿Debo dejarlo salir? ¿Soltarlo y ver si las otras personas lo notan? Me da miedo, cuál es el límite, ¿Me lastimaré en el proceso, lastimaré a alguien más?

Quiero respuestas, debo encontrar respuestas antes de que algo grave suceda. Debo pararlo y para eso creo que primero debo de entenderlo. Haré lo posible para encontrar la solución, pero siento que la “sombra” crece cada vez más en mi interior, primero intenté alejarme de las personas pero no lo agrava siempre regresaba con aquellas personas caminando sin que me notaran. Luego, me dirigí con otra persona, le confié todo lo que sentía y lo que me pasaba , pero lo que sucedió fue que me dio algo que al final no sirvió de nada y después simplemente desapareció, no logro encontrarlo, me armé de valor y le pregunté a algunas personas que vivían en la zona, nadie sabe de él, nadie.

Busco la manera de distraerme, me gusta bordar, me siento muy relajado con las agujas entre mis dedos y con el hilo pasando entre la tela. Los que más disfruto los pañuelos, se en elegantes, radiantes, de alguien importante, de alguien a quien notan. Los llevaré siempre conmigo, tal vez así alguien logre notarme, logre verme y logre ayudarme.

El día de hoy en el parque estaba nevado, es algo extraño porque usualmente no sucede eso en esta época del año, pero da igual, al parecer la gente estaba preparada pero yo no, tenía mucho frío y me adentré a la primera cafetería que encontré, las personas no eran tan amables como recordaba pero me agradó el lugar. Y ahí los vi, personas trabajando, los meseros hablaban con las personas, se les acercaban y cuando los clientes se retiraban, se despedían alegremente (bueno, la mayor de las veces) de sus meseros. Me gustaría trabajar, me gustaría que alguien reconociera mi trabajo, que alguien me reconociera a mí.

Han pasado los días y no encuentro el valor para buscar trabajo, tal vez porque nunca la necesidad de un trabajo, en muchas ocasiones pasaba por la calle con algunos bordados y la gente simplemente me preguntaba si estaban a la venta y se los vendía, sin más preguntas, sin más relaciones. Creo que al final nunca encontraré un trabajo.

Me he sentido muy extraño esta mañana, siento que hay dentro de mi cuerpo que está por explotar.  Siento que incluso podría volar, podría escalar una montaña, y atravesar cualquier mar, sería sencillo, muy sencillo, sentía el poder surcando cada una de mis venas cada uno de mis músculos, me siento invencible. Pero algo me detiene, hay alguien frente a mí, no recuerdo la calle y está oscuro, tengo frío, la persona me grita algo pero no la escucho y saca un cuchillo, me vuelve a gritar pero sigue sin entenderle, me quedo parado y…me encaja el cuchillo, el estómago me arde de inmediato y siento la sangre caliente  esparciéndose en mi camisa, en ese instante la “sombra” me invade.

Despierto en un cuarto muy blanco, hay mucha gente a mí alrededor, me están haciendo muchas preguntas pero no puedo responderlas, hay algo en mi garganta. Despierto de nuevo y esta vez estoy sólo, tengo libre la garganta pero estoy muy cansado como para buscar charlar con alguien, quiero descansar, quiero salir de aquí siento que estoy durmiendo y en ese instante la “sombra” me invade.

La mañana siguiente ya estoy en casa, aún no ´se como pero da igual, me siento muy nervios, me da miedo salir a la calle. Y peor aún, la “sombra” sigue ganando fuerza,    tengo miedo de que un día simplemente vea sombras, pero no puedo salir de aquí, tengo miedo, la gente lastima, la gente mata…

Han pasado tres meses, me costó mucho trabajo acostumbrarme a la idea de que, nadie me buscara. Había visto las situaciones ante, los pacientes se escapan de los hospitales sin darles de alta, y la policía los busca por mar, cielo y tierra. Pero a mí, nadie me buscó, nadie se preocupó, nadie me extrañó.

Veo la “oscuridad” cada vez más seguido, ahora veo amucha más gente y camino mucho más, pero nadie me ve, nadie. Estoy sólo y tengo que comenzar a aceptar la idea de que siempre lo estaré, lo único que es constante (o algo parecido) es la oscuridad, si bien no sé cuándo aparecerá estoy seguro de que lo hará, y lo hace.

De nuevo me siento de maravilla, siento que puedo volar, que puedo llegar a donde ningún hombre ha llegado antes. Entonces me encuentro en un parque y recuerdo la infancia, ¿tuve alguna infancia? No puedo recordar nada, no recuerdo ningún juego de cuando era niño, ningún juguete, ningún amigo, ni siquiera recuerdo a mi madre o familia, si es que alguna vez tuve una. Sigo caminando y comienzo a ver la oscuridad de nuevo, poco a poco me invade y aquellas extrañas ideas de la infancia se borran, de nuevo siento que puedo volar y vuelo…

Me encuentro caminando tranquilamente y siento como el calor me invade, la gente sigue caminado como si la nada hubiera cambiado pero el calor que siento es insoportable, debo alejarme de ahí, me apresuro a una tienda cerca y cuando entro me siento mucho más      fresco, y cuando por fin me tranquilizo, continuo mi camino.

Me he acostumbrado mucho a ver la “oscuridad”, ahora es mucho más frecuente que antes, pero ya no tengo miedo, creo entender que sucede y me agrada, creo… algún día podré controlarla y, de alguna manera la usaré para que la gente me note y cuando lo hagan, nunca olvidarán mi nombre. Comenzaré a usar mi más bellos bordados y mi mejor ropa, será bueno que me reconozcan como una persona elegante y pulcra, y no como aquella otra persona que solía ser, esa persona quedó ya en el olvido.

Por fin, se siente una alegría inmensa, rodea cada una de las partes de mi cuerpo, es algo maravilloso, casi un éxtasis. Caminaré por todas las calles que conozco y finalmente, será hoy, la gente me verá. Caminando intentado saludar a todas las personas que me encuentro pero nadie me responde, está bien, no me importa sigo caminado con la frente en alto y la alegría no hace más que crecer, pronto estaré volando y será asombroso, todos me verán todos me verá y de repente…oscuridad, en un principio es solo momentánea, pero luego de sentir una fuerte brisa en mi cara la siento, fuerte, dura y fría como sólo la oscuridad puedo serlo y después, nada más, ya no hay nada, solo oscuridad…

En 1975 fue hallado muerto un hombre que vestía u traje de rayas muy bien planchado. Aparentemente había caído del paso elevado de West Botley, cerca de Oxford (Inglaterra). A las prendas se les había quitado las etiquetas de fábrica y el cadáver no tenían nada que permitiera identificarle.

El hombre llevaba cinco pañuelos, todos ellos marcados con la inicial “M”, y una tira que contenía quince tabletas de un fármaco muy nuevo para la época, denominado Vivalán. El medicamento era tan nuevo que pocos doctores sabían de su existencia, y los que la conocían la habían recetado únicamente a mujeres y ninguna conocía a “M”. La identidad del hombre sigue siendo un misterio. Se concluyó que “M” había caído de una altura muy superior a la de cualquier edificio del área, además de que la evidencia arrojaba que el hombre había muerto en el lugar. La El caso no fue resuelto y se congeló, la gente comenzó a especular que tal vez, sólo tal vez, “M” se había teletransportado hasta su muerte…

 

Lo-inexplicable, Historia propia
http://www.lo-inexplicable.com.ar/categoria.asp?cat=81

Roberto Lagunas Márquez

Soy un joven mexicano con una gran afición a los temas paranormales, me fascina leer las historias y analizar la información. En mis 27 años de vida he vivido algunos casos relacionados con el tema y son, simplemente, intrigantes.

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