Amnesia

El anciano salió de la cocina preguntándose qué es lo que iba a hacer ahí. Caminó hacia su sala y vio una imagen borrosa sentada en el pequeño sillón, no podía distinguir sus rasgos pero por las curvas de la imagen adivinó que era la silueta de una mujer. Al acercarse más comenzó a ver más y más detalles: las arrugas en su rostro, dos lunares debajo del labio, el color medio negro y medio marrón de su cabello, y dando un pequeño salto dijo:

– ¡Luz, hace tiempo que no te veía!-exclamó-¿Por qué esta aquí? ¿Cómo entraste?-preguntó-Debí de haberte invitado y se me haya olvidado, y creo que deje la puerta abierta cuando entré, siempre me olvido de cerrarla. ¡Ay yo y mi pobre mente!, si sigo así en cualquier momento un extraño va a entrar y se robara lo poco que tengo en esta deplorable casucha. Pero dejemos de hablar de mi ¿Qué ay de tu vida? La última vez que te vi fue el…. ¿Cuándo fue? A si, en el cumpleaños de tu sobrino, después de la fiesta infantil hubo una pequeña fiesta para nosotros y tú bailaste mejor que nunca, dando vueltas sin parar, pero no terminaste tu baile porque paso algo…… ¿Qué fue lo que paso? -el anciano cerro los ojos fuertemente tratando de recordar eso tan importante que se le había olvidado-¡Eso es!-exclamó con determinación-hubo ese pequeño accidente….. Pasó algo con tu marido, algo así como un infarto y también te pasó algo a ti, te caíste por el susto mientras estabas bailando. Te caíste de cabeza y te tuvimos que llevar al hospital porque comenzaste a sangrar y mucho. Los doctores dijeron que el golpe fue muy fuerte, que habías sufrido una hemorragia y que… ¿Pero qué golpe? Yo no recuerdo ningún golpe-dijo un poco confundido – ¡Yo no recuerdo ninguna fiesta! No te pasaba nada, estabas bien solo tenías que descansar, eso es todo. No necesitabas a esos doctores ni a esas enfermeras solo necesitabas que te trajera acá y descansar un poco en el sillón, es más creo que te ves mejor-dijo inclinándose un poco más de su silla para verla mejor, pero mientras se acercaba más y la imagen se hacía menos difusa, comenzó a percibir el olor a putrefacto y a notar que en esos ojos ya no había vida -¡Dios mío! ¡¿Qué es lo que he hecho?!-grito mientras se paraba de su silla y corrió hacia la cocina.

Con las manos temblorosas comenzó a marcar los números de emergencias con el único teléfono que había en esa pequeña casa, pero antes de marcar ese último número, colgó, se alejó del teléfono con la cabeza gacha y con la mirada un poco perdida, salió de la cocina sin saber que era lo que estaba haciendo ahí y entró a su sala para sentarse en su silla de madera y descansar un poco por el gran esfuerzo que hizo al pararse y caminar hasta la cocina. Vio una imagen borrosa sentada en el sillón, se acercó un poco más para distinguir sus rasgos pero no lo suficiente como para ver sus ojos sin vida, ni para sentir el olor a muerte que llevaba ese cadáver y dijo:

-¡Luz, cuanto tiempo sin verte!

De mi evolutiva y cambiante imaginación.

RenatoAlexisJimenoUshenizhnik

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