El pretendiente

ella era parte de las pocas personas que el amaba. Durante las noches ella veía en sus sueños el rostro de su perseguidor, se veía a sí misma atrapada en su propio hogar mientras el la seguía y la observaba sin atreverse a hacerle algo. Lucy se escondía en su cuarto pero este se cerraba a través de la puertas y las ventanas, era imposible escapar, en esos instantes cuando escuchaba su silbido de alegría y excitación de aquel hombre ella despertaba. Siempre era el mismo sueño.

Todo comenzó cuando la pequeña apenas tenía 7 años y lo conoció en su antiguo hogar, en un departamento de la ciudad, Lucy solía mirarlo cuando el se encontraba tirado en el suelo del pasillo llorando quien sabe porque, ella en una ocasión le tomó de la mano y le dijo »no llores, todo estará bien»  Para el tipo ese fue el momento mas maravilloso de su vida! tanto así que guardo ese momento en sus recuerdos por mucho tiempo. Lucy ya tenía 19 años cuando tuvo su primer sueño, todos los días ella veía como el la acosaba de una manera tan insoportable pero a pesar de todo no lograba reconocerlo puesto que para ella era demasiado pequeña cuando lo conoció. Las pesadillas se volvieron constantes, entonces fue como ella ya no sabía distinguir si eran reales o no, lograba sentir las apuñaladas en su cuerpo, el olor de la carne podrida de sus anteriores víctimas lo podía oler y lo mas terrible es que podía sentir como el la penetraba brutalmente en sus partes íntimas. Estaba claro que el tipo era un asesino que se obsesionaba con sus víctimas y llegaba hasta el punto de querer terminar con sus vidas, Lucy era parte de sus obsesiones pero era una de las mas importantes.

Un día Lucy se levanta como cualquier mañana luego de haber tenido sus constantes sueños y ve que debajo de la puerta hay una carta, cuando la recogió se dio cuenta de que era de parte de él.

Querida Lucy:

Supongo que ya debes saber quien soy, eh tratado de hacer que comprendas lo que yo siento por ti a través de tus sueños… se que es algo extraño pero luego verás que es lo mas hermoso que alguien haya hecho por ti. Todas las noches contemplo tu exquisito cuerpo y lo examino en todo sentido, veo tu bello rostro al dormir y tu piel pálida que se ilumina frente a las luz, tu cuerpo lo conozco como a la palma de mi mano, cada vez que intento tocarlo no lo logro porque tu siempre despiertas… es una pena que siempre pase eso. ¿recuerdas aquella vez cuando tu me dijiste »todo estará bien»? pues yo lo recuerdo muy bien, es como si todos los días me lo dijeras cuando te miro, oh eres tan hermosa! mi preciosa Lucy, algún día tendré el valor para entrar a tu casa y que puedas verme por como soy realmente.

Lucy estaba aterrada, un calor subía y bajaba en su pecho al leer la carta, temía que en cualquier momento el apareciera en su casa y ella ya no pudiera hacer nada más para escapar. Las pesadillas ya no eran lo único que ella recibía de el, todas las mañanas ella encontraba una nota debajo de su puerta o algún regalo disparatado que el mismo hacía. Lucy ya no encontraba ninguna solución para deshacerse de el, no le contaba a ninguno de sus amigo lo que le ocurría pues creía que la tomarían por loca. A veces ella se despertaba en la noches y gritaba lo mas fuerte que podía, no quería cerrar los ojos y tampoco quería estar despierta, no había forma para evitar que el apareciera, muchas veces en su pecho sentía los labios de aquel tipo, era tan asqueroso no poder alejarlos! Lucy estaba cansada ya no quería ver a nadie, se encontraba mas encerrada en su propio hogar y mas alejada de sus amigos, el la quería solo para el. Una noche despertó nuevamente como todos los días y en el baño vio pegado en el espejo una nota de el nuevamente.

Ve a tu cuarto y mira en tu cama el regalo que hice para ti.

Lucy fue corriendo a su habitación y se quedo parada mirando el sucio muñeco que estaba en su cama, le dio pudor ver aquel siniestro regalo así que lo tomó y lo lanzó al suelo con una impotente rabia. Volvió a dormir unos minutos hasta que despertó nuevamente pero esta vez alarmada el ver que en su almohada se encontraba el muñeco otra vez, Lucy lo empujo y cerro sus ojos pero no duro mas de 10 segundos al sentir el sonido de una hoja, volvió a abrir sus ojos y en frente de ella observo la nota que estaba pegada a la almohada.

¿porque no aceptas mi humilde obsequio? ¿es que acaso te avergüenzan mis actos de amor? bueno lo comprendo… pero veo que tu no me comprendes a mí.

Lucy tomo la nota y la lanzo hacia el suelo justo por donde calló el muñeco, lentamente se da la vuelta e intenta gritar sin éxito ya que las manos de él ya se encontraban en su boca, rápidamente la comienza a desvestir y se coloca sobre ella, Lucy le dice que se detenga pero es inútil, sus orgasmos se escuchan suavemente mientras la penetra con más brutalidad, Lucy con rabia lo golpea pero es en vano, está tan desesperada que empieza a llorar y el se da cuenta, una de sus manos saca desde su bolsillo una cuerda de gran grosor y la coloca sobre el cuello de Lucy pero antes de ahorcarla le dice.

»no llores mi querida Lucy todo estará bien»

creación propia

gabriela