¿Título?

Realmente, aún no sé como titular está historia, si es que se puede llamar así a la peor de las pesadillas. ¿Esta vivo?
Mi nombre es algo que no os a de importar, en el instituto, las cosas no me fueron muy bien y los estudios parecían odiarme. Pero logré salir de ahí.  Mis padres murieron poco después y tuve que irme con una tía mía a vivir a Madrid, donde conocí a la persona más estraña, seria y indiferente del mundo. Con el me casé después de un año, solo un año, en cuanto cumplí mi mayoría de edad.
No sé si le amé o le amo, ni siquiera se por que me casé con él, pero desde el primer momento que vi sus ojos verdes y él acarició mi melena pelirroja me sentí unida a él como si de cadenas invisibles se tratasen.
Una semana después de aquella boda sin iglesias, ni familia, ni nada dentro de lo común, Fiorenzo, que así se llamaba aquél estraño marido, me vino a buscar a mi casa en silencio, como siempre, pero esta vez nunca volví a ir a ella.

¿Podéis imaginar la casa más grande? Multiplicarla por dos.
Bendito palacio aquél al que me llevó.

Una semana entera quedé enamorada de aquél lugar y permanecí ahí abrazada a él todos los días. Fiorenzo nunca me dijo donde nos encontrábamos, cuando me asomaba a las ventanas veía oscuridad infinita y ni una persona, además tampoco me dejaba salir.
Fiorenzo estaba cada día más pálido y empezó a repetirme una y otra vez que me amaba, poco después empezó a traer a mujeres a casa con las que me engañaba delante mio, también me maltrataba y me gritaba. Pero nunca más me repitió que me amaba. Seré sincera, no soy la clase de personas que esperan al segundo intento.
Caí enferma, ningún doctor vino a verme y Fiorenzo se pasaba todos los días a mi lado, pidiéndome que le perdonara, sin decirme que me amaba pero susurran dolo con los ojos. Yo jamás le contestaba, estaba demasiado dolida por sus golpes.
Comenzaron las pesadillas, la primera trataba de un muñeco de cuna, acompañado de un pequeño bebé de ojos rojos.
En la segunda, el bebé era mi hijo.
Y en la tercera, vi como dejaba de tener padre, vi como todas aquellas mujeres de pelo rojizo con las que me engañó le colgaban en el dormitorio principal, le desnudaban y le arañaban la piel como si de gatos se trataran. Luego le arrancaban sus dulces ojos verdes y los aplastaban con los tacones que llevaban.

Desperté de aquél coma, todo era un sueño o eso creía. Yo seguía en mi casa, con mis padres y mi tía… En esos tiempos los doctores venían a casa a cuidar a los pacientes. Me levanté de la cama confundida sin saber, ni recordar, nada de lo que había pasado, me puse mis tacones  al levantarme de la cama y paseé por la casa buscando algo claro sobre mí, me miraba en los espejos y me veía más bella que nunca mi melena roja y… ¿Mis ojos verdes? ¿Por que si eran marrones? No le di demasiada importancia. Seguí dando vueltas por la casa y encontré a mis padres abrazados en la cama, cosidos el uno al otro sin que ninguno de ellos tuviese piel, era bonito verles así, parecía que no se hubiesen separado jamás. Cerca de ellos se encontraba mi tía colgada del techo con una nota en la mano, cuando la cogí….

«Te dije que no salieras de casa.»

Empecé a dar marcha atrás sobre mi misma, y me fijé en mi vestido negro, yo misma iba de luto. Corrí escaleras abajo y entré en la cocina, quería llamar a la policía o.. ¡A alguien!  Escuché un ruido tras la puerta de la habitación de invitados, y no, no fui a ver que era. Si no que corrí hacía la puerta de salida donde me esperaba… él.

-Te dejaste la luna de miel.

No recuerdo por que pasó todo aquello, ni recuerdo por que estoy encerrada en esta habitación blanca acolchada por todos lados. Solo sé que fue así y nadie me escucha.  ¡Esos hombres no saben que pasó!  ¿Por que me llaman asesina?

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BloodyMurderK

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