Paz, amor y empatía, Lucy.

Enero 15.
Hoy compré este diario, me pareció una buena forma de liberar un poco mis problemas. Comenzaré por decir quién soy. Me llamo Janis, por Janis Joplin. Provengo de una familia de hippies, la cordura de mis padres se quedó atrapada en Woodstock en 1969. Aún así, hay algo bueno en cuanto a esa herencia de LSD, paz y amor: talento.
Mis padres nos tuvieron a mí y a mí hermana. Me lleva dos años, y siempre fue la favorita hasta que cumplí cinco años. En ese momento de mi vida cantaba canción tras canción de los Beatles, Pink Floyd o Led Zeppelin. Mis padres estaban orgullosos de mí, y mi talento para el canto opacó a mi hermana cuyo único talento era que en la escuela sacaba muy buenas notas. Ya tengo que irme, es tarde y mañana tengo que levantarme temprano.

Enero 20.
Perdón por dejarte tan abandonado, diario. Estuve muy ocupada los últimos días. Fui a una protesta frente a una construcción que destruiría parte de un bosque y estuve un buen tiempo encadenada a un árbol en huelga de hambre. Acabo de releer lo que escribí hace cinco días, así que continuaré con lo que decía.
Año tras año mi talento con las artes mejoraba: dibujaba, pintaba, cantaba, tocaba instrumentos, escribía, componía…Y año tras año mis padres ignoraban más a mi hermana.
Finalmente ambas salimos de la escuela, ella estudia medicina con una beca y yo en cambio desarrollo mis artes, además de haberme unido al movimiento hippie en el que estaban mis padres. Desde ese momento me interesé mucho con lo de paz y amor, y aumenté mis esfuerzos por recuperar mi cercanía a mi hermana que me rechaza en cada intento, enfurecida por ser ignorada casi totalmente por mis padres y que ellos vieran mi talento con el arte más valioso que su prodigiosa inteligencia.
Día tras día en odio se acumulaba en lo profundo de mi hermana. Yo siempre le envío cartas. Pensándolo bien, le escribiré otra, no la he contactado desde el mes pasado.

Enero 21.
Anoche escribí la carta para Lucy, es muy corta pero no quiero cansarla con un carta larga y empalagosa. Al parecer ella no es muy fanática de los sentimientos. Dice así:

Querida Lucy,
Sigo lamentando en el alma que sientas rencor hacia mí a causa de razones que están fuera de nuestro manejo. Entiendo que nuestros padres actuaron mal al presentar ese favoritismo entre ambas. Aún así deberías perdonarlos, y espero que me perdones a mí por haber permitido que ellos continuaran con su preferencia. Te quiero, eres mi hermana y no veo razón porque estar separadas de esta manera. Te pido que me respondas y me permitas volver a compartir mi vida contigo, podríamos volver a actuar como dos hermanas. Píensalo, te lo pido.

                                                                                                                                          Paz, amor y empatía.

Enero 27.
Al fin, después de tantos meses de cartas, recibí una respuesta de Lucy:

Maldita imbécil,
Púdrete.

Guerra, odio y antipatía.

Eso escribió en la parte de atrás de la carta que le envié. Bueno, no es tan desalentador. Al menos por fin me respondió, nunca lo había hecho. Tal vez estemos progresando.

Enero 28.
Hoy le envié otra carta a Lucy, mucho más larga, contándole mi alegría  ante el suceso de su respuesta. Le conté mis planes para visitarla o que ella me visitara. Me pregunto si estará tan ansiosa por nuestra próxima reconciliación como yo.

Enero 29.
Hoy hablé con Lucy por teléfono. ¡Me invitó a su casa! Estoy muy emocionada, sé que podremos volver a ser hermanas, mi alegría no puede ser medida con palabras.

Diario de Lucy.
Enero 23.
Hoy recibí una carta de mi estúpida hermana. Estoy pensando qué hacer, quemarla sin leerla como hago con todas o contestarle. Deberé pensarlo.

Febrero 15.
¡Cuanto tiempo! Me divertí mucho últimamente. Invité a Janis a mi casa y me divertí con ella. Recuerdo que desde niñas mis padres la adoraron por su gran talento con las artes. Pues bien, ya me he encargado de eso. Le quemé los ojos a Janis, ya no podrá ver lo que dibuja y para asegurarme le corté los dedos y los quemé, ya no podrá dibujar ni pintar ni tocar algún instrumento. Pero me quedaba un problema, su canto y su excelencia en cuanto a oratoria. Eso debí pensarlo un poco, pero resultó fácil. Le cosí la boca y le abrí la garganta con cuidado para acabar con sus cuerdas vocales. ¡Fue tan divertido! Janis estaba gritando, había mucha sangre en ese lugar. ¿Por qué no desfigurar su perfecta belleza? Le corté el rostro, ya no es tan bella.
Mamá, papá, ahora soy su favorita, ¿no?

Creación propia.

thevirginsuicide