Creepypasta original de Rubén Aguilar. Encuéntra este creepypasta narrado y en video en www.youtube.com/ctrlxhack
La verdad de las verdades
Yo era una persona que buscaba la verdad constantemente. Una persona que nunca se conformó con la religión que le habían impuesto desde pequeño. Viajé por muchas religiones, pero ninguna me convenció, ninguna tenía la verdad que estaba buscando, así que decidí volverme ateo.
Estuve bastante tiempo siendo ateo, ninguna religión me preocupaba y buscaba todo el sustento de la verdad en la ciencia. Pero, como siempre, había cosas que la ciencia no podía explicar aún, y eso me intrigaba, tenía el ansia de saber todo.
Y buscando y buscando, encontré una religión que ya no existe, una religión que fue practicada hace mucho, pero ya casi no quedan rastros de ella. El paganismo, la brujería de la naturaleza, o la Wicca, como muchos la llaman.
Me intrigó tanto que empecé a bajar libros y libros difíciles de encontrar y me puse a leerlos, pese a que estaban en otros idiomas. Al final comencé a creer de verdad y empecé a hacer los rituales de brujería.
Para este tipo de religión pagana se necesita un altar, que puede ser una pequeña mesa de madera en tu cuarto. Debe tener un cuchillo, sal, tierra, agua, fuego, y algo que simbolice al viento, como puede ser el incienso.
Todos los días le rezaba a los cuatro elementos y a la naturaleza, y leía más libros.
Esta religión se basa en el uso de medios naturales, como plantas, para sus hechizos y curaciones.
Buscando por la web encontré un libro muy extraño, sin nombre, de autor anónimo, subido como si no tuviera importancia. Cuando comencé a leerlo me dí cuenta del valor que tenía lo escrito en él.
“Podemos unirnos a la naturaleza y ver lo que no puede ser visto”
Esa era una de las oraciones que más me impactó. ¿Cómo, cómo puedo ver lo que no puede ser visto? ¿Cómo puedo ver la verdad? Seguí leyendo.
El libro hablaba del poder de los elementos y, sobretodo, del poder de la mente. El propósito de los dos primeros capítulos era convencerte de que podías ver más allá de la realidad aparente, podías mezclarte con las corrientes invisibles y ver a través del manto que ciega a la humanidad. Mis ansias por saber me hicieron creérmelo.
El tercer capítulo daba las instrucciones a seguir para lograr la primera comunicación con el más allá.
El poder de la mente es ilimitado, pero está cubierto por un manto que limita sus capacidades. Los cuatro elementos y el poder de la naturaleza pueden eliminar ese manto. Entonces, y solo entonces, podrás ver la verdad de las verdades.
Debes seguir las instrucciones en solitario y en secreto, pues aunque no sea necesario, es una medida para que no intervengan los pensamientos de otras personas.
Primero debes preparar el altar como es debido.
Coloca el fuego apuntando hacia el sur. Coloca el Viento y la tierra en lugares opuestos de la mesa. Y coloca el agua apuntando hacia el norte. Coloca una planta, ya sea pequeña o grande, en el centro. Y no te olvides de llevar contigo una taza de sal. El cuchillo a un lado de la mesa y la madera al otro lado.
Ahora tu altar está completo.
Necesitas estar solo en tu habitación, preferiblemente de noche, cuando el silencio y la tranquilidad predominen. No debe haber ningún ruido interruptor.
Siéntate, relájate, respira. Siente el oxígeno entrando en tus pulmones.
Ahora pronuncia siete veces estas palabras.
“Madre Naturaleza, libérame del manto cegador, condúceme hacia la verdad”
Ahora imagina tu alma saliendo de tu cuerpo. Imagina que poco a poco puedes liberarte de ese cuerpo de carne y hueso y viajar más allá. Mírate, ahí sentado.
Hice todos los pasos que decía el libro a rajatabla, no me salté ni uno, y, aunque no funcionó al 100%, no me desesperé, pues en el libro venía la advertencia de que podía variar el resultado según la persona.
Lo único que sentí fue una gran relajación, sentí mi cuerpo completamente y me pareció que mis sentidos aumentaban, pues podía oír desde el viento, hasta el tic-tac del reloj de la cocina.
Completado el ritual, me fui a dormir.
Al siguiente día me sentía raro, tenía mucho sueño, y después de llegar de clases y almorzar, me tiré en la cama cerrando la puerta para descansar un rato.
Fue entonces cuando ocurrió el primer sueño.
En el sueño estaba en la misma habitación donde estaba durmiendo, con la peculiaridad de que podía verme dormir, como si mi verdadero yo estuviera en otro sitio de la habitación y mi cuerpo estuviera ahí en la cama. Entonces algo apareció. Una sombra sin forma negra que se movía por la habitación. La sombra me vio e intentaba, lentamente, alcanzarme con una de sus extremidades, quería hacerme daño, eso lo tenía claro.
Pero yo no podía hacer nada, no estaba dentro de mi cuerpo, no podía moverme ni hablar, tenía miedo, mucho miedo.
La sombra cada vez estaba más cerca, y un aura de oscuridad la rodeaba.
Intentaba gritar, pero estaba mudo. Forzaba mis cuerdas vocales a moverse, pero no querían, no querían emitir ningún sonido. Al final logré gritar y despertar de aquel terrible sueño.
Tenía miedo incluso despierto, así que abrí la puerta y encendí la luz enseguida. Observé la habitación en busca de aquella sombra, pero se había esfumado totalmente.
Jamás se me ocurrió en aquel momento, relacionar aquel sueño con el ritual del día anterior.
Ese día, por la noche, mientras estaba en el ordenador jugando, un gato negro con grandes ojos se acercó a mi puerta de cristal y me miró fijamente.
No sé como noté que estaba ahí, pero me giré y lo vi. Entonces volví a mirar el ordenador para detener el videojuego y poder salir a ver al gato, pero cuando abrí la puerta ya no estaba.
Ese día volví a intentar el ritual, pero no funcionó por el miedo que tenía.
El sueño de la sombra se repitió constantemente, y cada vez era más difícil librarme de él. Cada vez le faltaba menos a la sombra para atraparme. A veces me levantaba a media noche sudando frío, y encendía la luz para intentar librarme del miedo. Por el día seguía leyendo el libro, intentando buscar el significado de aquella sombra.
Era un miércoles cuando leí la última página de aquel libro. Al final decía:
“A veces, la verdad puede ser quien te busque, y no tú quien la busque a ella”
“Nadie ha alcanzado la verdad absoluta, porque para alcanzarla hace falta morir”
Esas dos frases hicieron que un escalofrío recorriera mi cuerpo. ¿Sería aquella sombra la verdad que venía a buscarme? ¿Querría matarme la verdad para que tuviera el conocimiento absoluto? ¿Es posible la verdad absoluta?
Todas estas preguntas me atormentaban, y ese día no tenía ganas de dormir, no quería descubrir el significado de la sombra, pero es imposible dejar de dormir. A las 2:30 de la madrugada, quedé rendido ante el sueño.
Otra vez estaba allí, en mi habitación, viéndome dormir desde algún otro punto. Y la sombra apareció otra vez. Cada vez se acercaba más, quería llevarme, quería hacerme daño. Intentaba gritar, moverme, huir, encender la luz, pero no podía.
Cada vez estaba más cerca, esta vez casi me iba a tocar, casi me está atrapando.
Ya no quiero saber la verdad, ya no quiero tener la verdad, pensaba llorando en mi interior. Ya no buscaré la verdad absoluta, no la quiero, ¡quiero vivir!
¡No quiero morir, no quiero la verdad, aléjate de mi!
Cuando dije estas palabras la sombra se detuvo y una voz grave dijo en voz baja:
“Sino quieres la verdad, entonces no la busques. No volveré a intentar quitarte el manto cegador”
“Pero recuerda. Algún día tendrás que aceptarme”
5 comentarios
Me encantó este creepy, no asusta tanto pero me gusta como lo cuentas y lo de la sombra…
Me gustó mucho este creepy, no asusta tanto pero me gusta como lo cuentas y lo de la sombra…
xD xD
Me encanto esta muy bueno
Esta interesante, pero te quiero presentar a alguien que murio y resucito, se llama Jesus el Cristo o el Mesias, El puede decirte lo que hay despues de la muerte antes de que mueras. Mi deseo es que puedas conocerlo, antes de morir.