Dalia, la niña nueva

Una compañera nueva llego a la escuela. Se llama Dalia, es pelirroja, tiene ojos marrones y es muy agradable. Su voz es suave como la seda, su cara tiene un toque muy angelical y sus ojos chispean cuando les da la luz. Es preciosa.

Sin embargo, desde su llegada han pasado muchas cosas raras: En el almuerzo un chico se envenenó. Luego un chico durante clases simplemente se paró y salto por la ventana, a otra alumna le cayó un objeto contundente en la cabeza, etc. Llegó un momento en que ella no fue a clase en todo un mes. Yo me ofrecí para llevarle la tarea, al salir de clases tomé un taxi y me di cuenta que esa dirección estaba casi subiendo el cerro.

Me encontré con una casita pequeña, supuse que era la casa de Dalia así que entre, y, efectivamente, la chica hermosa estaba sentada en una silla, de espaldas a mí, sollozando, me trate de acercar y me miro con sus ojos castaños brillantes, bañados en lagrimas. Le pregunte qué pasaba y ella solo dijo: “Yo no existo” y luego simplemente se esfumó.