Mi madre acababa de llegar del trabajo y en sus manos estaba Ella… ¿Ella? Sí, Ella… Esa muñeca tan hermosa y a la vez tan siniestra y poco común.
– ¿Y esa muñeca?
– Me la regaló una señora, me dijo que tiene una historia por contar y quería que yo la conociera pero que nunca le apagara la luz. Me parece que a esa señora le están afectando los años pero sería de mal gusto el no haberla aceptado. Tómala, te la regalo.
Sin saber que más decir un pequeño gracias -casi como un murmullo- salió de mis labios mientras mi madre me la entregaba en las manos.
En seguida la senté en un pequeña mesa que tiene una lámpara la cuál se encuentra al lado de mi cama.
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Esa noche no pude dormir, no lograba conciliar el sueño sin importar qué hiciera y no sabía por qué no podía dormir si en realidad estaba cansada e incluso algo frustrada; ése no había sido mi mejor día.
Reparé a verla a Ella una vez más, sentí un escalofrío que pasó por mi cuerpo al mirarla pero no le di importancia a eso, comencé a detallarla.
Su cabello era negro, tenía ojos grises y llevaba un vestido negro con detalles blancos. Recuerdo muy bien que sus ojos eran grandes y su mirada penetraba tu alma en cuestión de segundos, tenía unas pestañas que al tocarlas se sentían tan reales, sus labios estaban bien definidos con una pequeña sonrisa algo maliciosa y sus mejillas se encontraban ligeramente ruborizadas.
En un instante me pareció ver que pestañeó. No sé si mi subconsciente jugaba conmigo debido al cansancio o… Realmente pestañeó. Luego de eso caí dormida.
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A la mañana siguiente al despertar lo primero que vi al abrir mis ojos fue la mesa que está al lado de mi cama. Ella no estaba y no le di importancia, consideré que mi mamá se la había llevado »Así es mejor» fue lo que pensé.
Recorrí la casa ya que estaba muy silenciosa y había quedado sola, lo cuál es muy extraño, no suelen dejarme sola y menos sin avisar. Me encontraba en la sala sentada en el mueble leyendo un libro.
Repentinamente comencé a escuchar unos sonidos extraños como murmullos, gritos y risas diabólicas que se confundían entre sí y en un abrir y cerrar de ojos me pareció ver una sombra pasar por la sala, una pequeña, como de una niña para ser exacta.
Comenzaba por desesperarme, aquellos sonidos abarcaban en mi cabeza como un eco constante mientras el miedo se apoderaba de mí y no sabía qué hacer o a dónde ir para callar ese sonido, era tan horrible hasta que grité de miedo. En seguida hubo un silencio impresionante, tanto que parecía sobre natural, me encontraba hundida en un vacío intenso, no sabría como describirlo pero al momento caí al suelo, desmayada.
»Ven, cuéntame un cuento» Escuchaba con voz de niña una y otra vez antes de despertar y poder regresar en sí para pensar en lo que había sucedido.
Al despertar me encontraba en mi habitación y estaba Ella, sentada en mi cama, con su mirada fija en mí y con un pequeño libro en sus manos. Estaba totalmente asustada pero tomé el libro de sus manos y lo abrí: Sólo eran páginas en blanco. Cuando quise volver a verla, ya no estaba.
La busqué desesperadamente por la habitación y no estaba por ningún lado.
»Ven, cuéntame un cuento» Escuché de nuevo, ésta vez se escuchaba con una voz chillona y de tono enojado… Lo escuchaba lejos y salí de la habitación para averiguar qué era pero antes, apagué la luz.
Al salir escucho un grito desgarrador proveniente de mi habitación, un grito de los que te dejan perplejo, un grito de esos que parecen de un alma que está siendo torturada… Fue un grito de Ella.
Lentamente, con un chirrido se fue abriendo sola la puerta de la habitación y con temor encendí la luz. Allí estaba Ella, tirada en el suelo en medio de un charco de sangre, estaba cambiada, además de tener dos cuencas en lugar de sus grises y grandes ojos. A su lado se encontraba su pequeño libro abierto en cuál estaba claramente escrito con sangre »Ven, cuéntame un cuento».
6 comentarios
No se por que, pero estos últimos relatos de muñecas han dejado mucho que desear, no se por que razón solo unos pocos me han gustado, la historia a mi parecer deja demasiados huecos, es bastante simple y por alguna razón el final es bastante predecible, quizás por prejuicios personales soy un tanto duro con estos relatos, pero igual al final no me gusto.
Puntuación: 2/5.
Quizás sea un buen relato y sea yo el que no lo supo apreciar.
No considero que no hayas sabido apreciarlo sino que me parece que fuiste sincero con respecto a mi creepy y me parece genial, ésto me ayudará para lo próximo que escriba.
Por autor de la entrada
mmmm…. a mi me parecio bueno… yo no esperaba ese final…. esperaba que la muñeca matara a alguien…. pero en fin…. yo odio las muñecas de porcelana… la ultima vez que estuve en casa de mi abuela, la hice guardar bajo llave TODAS sus muñecas de porcelana…. o si no se las iba a romper…. >.<
en el creepy decia de cabellos negros y en la imagen tiene cabellos dorados :cerealguy:
Jaja, al final dice »Allí estaba Ella, tirada en el suelo en medio de un charco de sangre, estaba cambiada…» De eso sí me ocupé.
Por autor de la entrada
que cura :3 pero como que quedo muy incompleta? entiendo la accion de dejar cosas a la imaginacion del lector, pero en realidad esta vez pienso que fue demaciado, tal vez un poquito sobre su origen o algo asi