Solo en casa.

El frío de esa noche calaba en mis huesos, sin duda era una de las noches más heladas de todo el año, maldecía internamente que el hombre del tiempo tuviera razón por una vez en su vida. Estaba totalmente solo en casa, mis padres habían salido a comer y yo ya era mayor de edad como para poder quedarme a cargo de la casa.

Debo contarte que soy un gran aficionado a todo lo que respecta a lo sobrenatural sin embargo y por desgracia, nunca experimente siquiera la más minima cosa. ¡Y no sabes lo deseoso que estaba! ¿Te ha pasado? Aquel sentimiento de querer que pase algo que cambie tu aburrida vida, desearlo con todas tus fuerzas. Yo era de esos, de aquellos que cuando iban al baño de noche miraban a todos lados con termo a que hubiera algo allí, pero no era solo temor, claro que no, eran deseos, era un morbo inexplicable por sentir miedo de algo que mi mente no pudiera comprender.

¡Pero bueno! No quiero aburrirte con detalles como esos, lo que importa es lo que paso la noche que me quede solo, ¿Verdad?  Por eso estas aquí, ¿No? Pues bien, como decía anteriormente, era una noche fría, demasiado. Cerré todas las ventanas y la puerta con seguro, aunque nunca pasaba nada era mejor prevenir que lamentar. Bien, me quede en el sofá viendo toda la basura que daban en la TV, era aburrida pero tenia que matar el tiempo, no tenia sueño. Al dar las doce de la noche decidí irme a la cama, probaría suerte si Morfeo quería recibirme con brazos abiertos esa noche. Camine a paso lento hacia mi habitación, estaba todo oscuro pues con anterioridad había apagado todas las luces deliberadamente. Era un pasillo no muy largo la verdad, y como de costumbre, no pude evitar mirar a mi alrededor, pero suspire resignado al saber que no había nada más que solo yo en aquella casa.

Un ruido capto mi atención, ilusionado miré en dirección al ruido, pero solo era la rama de un árbol golpeando la ventana, por lo que me encamine una vez más a mi habitación, pero algo más detuvo mis pasos, la habitación de mi hermana, una que no estaba en la casa aquella noche, la verdad es que no sabia donde estaba y ni me importaba, no había ni preguntado a mis viejos. Bueno, la habitación tenia la puerta entreabierta y estaba seguro de haberla visto cerrada hace unas horas, aunque puede que solo quisiera haberla visto cerrada para poder decir que estaba viviendo un fenómeno paranormal.

La habitación era la típica de una niña de ocho años, lo que me pareció raro fue ver sobre la cama de mi hermana una muñeca mirando justamente hacia donde estaba yo, era de un tamaño bastante grande, como el de un niño, pensé que solo era casualidad por lo que me di la vuelta, hasta que algo me detuvo. “¿A dónde crees que vas?” Pronunciaron con una voz que si bien era relajada y parecía la de una niña, me resulto tremendamente perturbadora, al girarme me di cuenta que era la muñeca, ¡Se estaba moviendo!. Asustado pero extrañamente feliz de lo que ocurría mire a la muñeca. “¿No quieres jugar un poco?” Dijo sonriendo, una sonrisa que me pareció macabra. Mis deseos se estaban haciendo realidad, ¡Era feliz! sin embargo continuaba sintiendo miedo a su vez, pero armándome de valor toma un lápiz de una mesita cercana que pude verlo gracias a la luz de la luna, con el lápiz en la mano sin piedad apuñale a aquella aberración, pues no dudaba que si yo no lo hacia, aquella cosa lo iba a hacer en cualquier momento. Primero fueron en ambos ojos, aquellos que me miraban fijamente, y hasta creo que pude notar una lagrima, seguramente producto de mi imaginación ¿Puedes creerlo? Una lagrima saliendo de una muñeca, ¡Ridículo!. Sigamos. Terminé con los ojos y procedí con el abdomen, agujerando el cuerpo, este sangraba lo que me era más perturbador en ese momento.

Unos minutos pasaron y sanguinariamente no me detuve, era relajante y hasta lo disfrutaba, sin embargo tuve que detenerme, por dos razones, el lápiz no resistió y terminó rompiéndose, la segunda fue un ruido. Escuché claramente la puerta abrirse fuertemente “¿Vienen más por mi? Hahahaha ¡No podrán” Cual Ninja me escabullí fuera de la habitación sin hacer ruido alguno. Pude ver dos sombras amorfas, yo estaba oculto astutamente escondido entre las sombras, mirando a las dos entidades. Necesitaba un arma, y en un momento de descuido de las criaturas aquellas fui a la cocina, tomando el cuchillo más afilado entre mis manos, ahora estaba preparado ¡No sabes lo emocionado que estaba!. Volví a donde estaban los entes, seguían allí afortunadamente, no iba a permitir que me mataran ¡Yo los iba a matar primero!. Uno de ellos me dio la espalda, no desperdicie la oportunidad y le introduje el cuchillo en la espalda, sentí a la perfección la hoja de esta abrirse paso en las carnes de mi objetivo, este cayo al suelo y no se movió por lo que di por sentado que estaba muerto, me extraño que el otro no hiciera nada, pero no iba a detenerme a pensar el porque. Salte con habilidad sobre la cosa esa, arrojándola al suelo y quedando sobre ella, sin piedad alguna comencé con lo que me propuse, darle fin a todo lo que estaba pasando. Corte su piel fácilmente, viendo sangre y sangre chorrear, a este a diferencia de los otros lo descuartice, teniendo la cabeza en mano, ¡Lo enseñaría al mundo!.

-Ya basta, es lo que necesitaba saber- Comentó el psiquiatra luego de haber escuchado tan macabro relato del paciente. Este ignoraba al parecer el hecho de que todo lo que había “visto” aquella noche solo fue producto de su retorcida mente. Lo único que había hecho aquella noche había sido asesinar a su familia, apuñalando múltiples veces a su hermana, una apuñalada en el corazón a su padre y había descuartizado a su madre por completo.

Creación Propia

Eliott