No quiero jugar.

Es la primera creepy que escribo, me gusta mucho escribir y me encantan los libros de ciencia ficción y terror. Digan todo lo que piensen, si esta mal redactada o le falta emoción. Quiero saberlo porque tengo otras ideas en mente y con sus comentarios podría corregir las otras.

Cuando era niña, quizás 7 u 8 años, pase las vacaciones en casa de mis abuelos.
Mi abuelo era un poco frío, siempre estaba hablando de política… Las pocas veces que me hablaba eran para regañarme o decirme cosas que a mi corta edad no podía comprender. Mi abuela, en cambio, era más amigable… De todas formas no pasaba mucho tiempo con ellos, tenía muchos amigos de mi edad en esa zona, jugábamos hasta altas horas de la noche con bastante libertad, a decir verdad.
Una noche nos sentamos bajo el árbol grande de la plaza a contar historias. Obviamente la mayoría eran inventadas y no causaban miedo. Hasta que le llegó el turno de hablar a Sol. Ella era muy rara pues siempre se escondía, decía cosas sin sentido y hacía algo raro con sus manos y sus ojos, parecía como si siempre estuviera asustada…
Lo que ella relató esa noche me pareció muy real, nos dijo que había algo en su habitación, algo horroroso, que la atormentaba cada noche si se negaba a jugar pero esos juegos no le agradaban. Luego de eso la llamó su madre y se fue corriendo. Todos nos miramos extrañados y nos quedamos en silencio hasta que Emiliano dijo “solo es una chica rara” después todos nos fuimos a dormir.
No conseguía conciliar el sueño, pensando en aquel relato. Tenía mucha curiosidad, quería saber que era aquella cosa que atormentaba a mi amiga. La ventana de mi cuarto daba al frente de su ventana así que me decidí espiar un poco.
Sus cortinas estaban abiertas. Me asombré cuando vi a Sol parada en la ventana, ella estaba de espaldas, obviamente no me miraba. Tenía algo en su mano derecha, no pude distinguir muy bien lo que era. Lanzó un grito y empezó a correr en círculos, después se paró de nuevo en la ventana seguía sosteniendo esa cosa, hasta que pude ver con claridad que era un cuchillo. Me asusté pero quería saber lo que estaba sucediendo así que seguí observando. Soltó el cuchillo y se acurrucó en un rincón. Luego dijo algo como “no me gusta este juego, me lastima, vete por favor…” Esa frase realmente me espantó.
Al día siguiente jugamos a las escondidas. Yo estaba en mi escondite secreto esperando para salir cuando alguien me tomó por el hombro y me tiro al piso. Era Sol..
-Auch!
-Ahora él sabe que sabes de él, piensa que es mi culpa y me castigara por eso.
-De que estás hablando?
-Eres una tonta!
Me empujó y se fue corriendo, no la volví a ver en todo el día, tampoco me atreví a mirar por la ventana en la noche.
Al día siguiente estábamos jugando fuera de su casa, ella salió y preguntó si podía jugar, parecía estar tranquila. Entre risas y juegos miré un instante su ventana.
Había alguien o algo.
No veía a nadie de su familia, tampoco un niño del barrio. En realidad no parecía humano…
Era bastante pálido, tenía cabello negro, su cara no poseía demasiados rasgos y carecía de orejas, su nariz era diminuta; su boca era solo dos delgadas líneas negras. Lo que más escalofríos me causaron fueron sus ojos extremadamente grandes y de color azul, no pestañeaba, es más, creo que no tenía párpados.
Sea lo que fuera esa cosa tenia la mirada fija en Sol! Una sensación de miedo me impedía hablar.
La cosa me miró, no fue por mucho tiempo pero durante esos segundos eternos un terror recorrió todo mi cuerpo y pude gritar.
Desapareció.
Todos me preguntaban lo que había ocurrido, yo solo lloraba, la única que parecía comprender lo que había sucedido era Sol que inmediatamente corrió a su casa.
No conseguía dormir. Pasó el tiempo y me dije a mi misma que lo ocurrido quizás solamente fue producto de mi imaginación. Hice una pijamada y mi abuela insistió en que invite a Sol. Julieta y Micaela no habían llegado todavía así que estábamos las dos solas. Ella quiso ponerse el pijama así que se quitó la blusa, había marcas en su espalda.
-Que es eso que tienes en la espalda?
-Son cicatrices.
-No parecen normales. Tus padres te golpean?
-No, me las hice jugando.
-Jugando?
-Si, espero que se haya quedado en casa y no me haya seguido, hoy no quiero jugar.
-Seguido? Quién?
-Él.
Llegaron Juli y Mica y no quiso hablar más del tema. Nos divertimos mucho esa noche. Llegó la hora de dormir y tiramos las mantas al suelo; tal como lo imaginaba, Sol no quiso dormir junto a la ventana.
Todas dormíamos cuando un ruido me despertó. Micaela y Julieta dormían. Era Sol y… él… la había seguido.
Estaba ahí, parado en la puerta de mi habitación mirando a mi amiga con esos ojos anormales.
Lo que más me aterró fue cuando empezó a moverse hacia Sol. Era muy delgado, tenía uñas largas en las manos y sus pies parecían garras, no traía ropa pero no mostraba nada que revelara su género.
Se acercaba lentamente mirándola fijamente. Mi amiga solo suplicaba que se largara. Yo me hacia la dormida pero observaba todo, él le puso sus garras sobre el cuerpo de mi amiga y empezó a lastimarla. Estaba esperando que ella gritara o algo pero solo lloraba en silencio.
No podía soportarlo, estaba segura de que esa cosa iba a matarla de algún modo. Quería hacer algo para ayudarla pero… ¿Qué? No tenía idea de lo que debía hacer, estaba estremecida.
No resistí más. Lance un grito y todos se despertaron.
Él desapareció.
Sol estaba muy lastimada, mi abuela asustada llamo a sus padres y la llevaron al hospital. Yo solo quería ir a casa con mi madre. Esa misma noche mi mamá me recogió y no volví a la casa de mis abuelos en un largo tiempo.
Pasaron 5 años y fuimos a pasar las fiestas con mis abuelos. Salí a charlar con los chicos del barrio, no veía a Sol así que pregunte por ella.
Ella murió.
Se lanzó desde la ventana de su cuarto cuando cumplió 10 años.
Tenía una nota en su mano. La nota decía “no quiero jugar.”

Creación propia

Sofía