Una llamada, un error.

Era media noche me encontraba en mi cama tratando de conciliar el sueño. Espontáneamente empecé a escuchar el tono de mi celular aumentando lentamente, no pensé que fuera mas que un mensaje de las mismas noticias que llegaban muy seguido.

 

Así que no le di importancia y por más que escuchaba el tema musical no lograba encontrar el teléfono, de repente el sonido cesó y decidí retomar mi sueño .

 

Al día siguiente, temprano arreglando algunas cosas para el instituto, encontré mi celular en un cajón (Cosa que me pareció extraña, debido a que siempre dejo mi teléfono móvil sobre mi mesa de noche), al pulsar la tecla de inicio me apareció el típico mensaje de sistema: “Tiene 2 mensajes nuevos”

Pero al entrar a la bandeja de entrada, di un tercer mensaje. No tenía numero de remitente y decía con una ortografía errónea y signos incrustados, literalmente:

 

–       “NNÔ—™ ¶ µ¶™—M/E— #¢∞¬—E$PERE$–()=·™  πøøπ—DIIIISPIERTO”

 

Supongo que tratando de escribir “No me esperes despierto”, lo cual me pareció bastante perturbador, pero lo tome como un error y que el mensaje no iba dirigido hacia mi.

 

Esa noche a la misma hora del día anterior, el teléfono volvió a sonar. Era tarde así que conteste sin verificar el numero y lo único que pude escuchar, fue una escalofriante voz, rasposa, tétrica y demoniaca, diciendo:

 

———————- Ya voy ———————-

 

Instantáneamente me sentí petrificado por el pavor, pero al liberarme de esa horrible sensación lancé el teléfono hacia el suelo y me decidí por mirar televisión esperando que eso pudiera ayudarme a tranquilizarme y conciliar el sueño o por lo menos a que llegara la mañana nuevamente. Después de un rato me tranquilice y me fui a dormir,

pero al cerrar los ojos comencé a escuchar el tema musical de mi teléfono celular;

trate de ignorarlo pero cada vez se hacia más fuerte. El irritante sonido aumentaba cada vez más hasta un punto que no pude aguantar mas y decidí abrir los ojos, estaba bastante asustado pero nada me prepararía para lo que vería.

 

Al levantar la mirada enseguida situé mi vista sobre un hombre vestido de negro, parado al pie de mi cama, observándome con sus fuertes e imponentes ojos rojos como el infierno, posteriormente postre mi mirada sobre sus manos en las cuales llevaba puestos guantes de cuero y en su mano derecha, sostenía con firmeza mi celular, súbitamente el misterioso y sombrío “hombre” salto sobre mi, hiriendo mi brazo de gravedad, obligándome a perder la conciencia, antes de caer al piso vi como desapareció…

Al día siguiente fui a un hospital a recibir servicios auxiliares, al volver del medico con el brazo entablillado a mi apartamento, vi como estaba el teléfono sobre la cama, con la luz titilante de “Nuevos mensajes de texto”, cegado por la curiosidad me decidí por abrirlo y leer el mensaje. Lo que encontré fueron dos mensajes nuevos:

 

–       “NNÔ—™ ¶ µ¶™—M/E— #¢∞¬—E$PERE$–()=·™  πøøπ—DIIIEISPIERTO” (“No me esperes despierto”)

–       “--YÀ—”π ´≠´≠≠¶—VÖY—()·—Y—“ #—ESsTA—VËZ,,,,–™ß™œ#“—ES—‘]’,,, ~´´—ENSERIO—=”≠≠—–“ (“Ya voy, y esta vez es enserio”)

 

Y un aviso interno del teléfono diciendo con el texto automático de este, “Sus mensajes han sido reenviado a todos sus contactos para que sufran su mismo trágico destino”.

 

 

Llame a todos mis amigos, pidiéndoles, rogándoles, gritándoles que no botaran sus móviles o que por lo menos no los contestaran jamas en las noches, ninguno me hizo caso, supongo que la idea de que esta podría ser mi ultima noche me tiene fuera de cordura; por ende lo tomaron como una broma.

Lancé el teléfono maligno al fuego, espero que sea suficiente para unas ultimas horas en paz conmigo mismo.

Escribo esto con fin de proteger así sea a unos cuantos, para que no contesten su teléfono en las noches, o por lo menos no después de tan extraño mensaje.

 

“Contestar la llamada fue mi error, un error que hasta hoy día, mi ultimo día, no puedo ni podré reparar”