Hace poco, un amigo mío me contó una historia de terror verdadera, y a la vez muy surrealista.
Cabe destacar que mi amigo amigo no es sospechoso de inventarse historias, ya que destaca por su enorme seriedad en el trato y no acostumbra a gastar ningún tipo de bromas.
Mi amigo me contó que en su época de estudiante, tenía alquilado un piso junto con la que hoy es su mujer. Un piso excelente, en una zona inmejorable, algo antiguo, pero como su economía era muy pobre, se vieron obligados a instalarse allí.
Estando una tarde dispuestos a salir a la calle a dar un paseo, mi amigo se estaba arreglando en el piso, mientras que su novia, harta de esperarlo, lo aguardaba en la calle.
En un momento dado, mi amigo se sentó en el sofá para atarse los zapatos cómodamente. Mientras se encontraba haciéndolo, notó una presencia junto a él.
Cuando giro la cabeza, vio a su lado a un señor totalmente calvo, con una cara muy arrugada, un traje negro, unos zapatos con una larga punta y con una gran sonrisa en su cara.
Ante su sorpresa, la aparición se levanta de su asiento y camina por el pasillo en dirección a la cocina, donde desapareció.
Mi amigo cayó al suelo desmayado al instante. Estando en el hospital, le hizo jurar a su novia que nunca volverían a ese piso.
1 comentario
No esta mal, pero es demasiado breve, si lo profundizases un poco más creo que quedaría mejor.