«Karen Greenlee» el gusto por la muerte.

Recuerdan Nekromantik? Pues al parecer si existio una verdadera Monika M.

Karen Greenlee trabajaba en una funeraria en California, tenía 23 años, pero su vida no era la de cualquier chica normal. Le gustaba tener sexo con los cadáveres que embalsamaba.

Fué juzgada por robar un coche fúnebre con un cadáver en su interior y utilizarlo para sus prácticas necrofílicas, no apareció en dos dias, eventualmente la policía la encontró en el siguiente condado, con una sobredosis de codeine tylenol. Fue acusada por conducción ilegal de una coche fúnebre y por interferir con un entierro (no hay ninguna ley en California contra la necrofilia). En el ataúd, con el cuerpo, Karen dejó una carta de cuatro-y-media páginas confesando los episodios amorosos con un aproximado de entre veinte y cuarenta hombres muertos.

La carta estaba llena de remordimientos sobre sus deseos sexuales: «¿Por qué lo hago? ¿Por qué? ¿Por qué? Miedo al amor, a las relaciones. Ningún romance alguna vez lastimó como este… son los agujeros. Soy una rata de la morgue. Este es mi agujero, quizás mi cueva.»

La carta demostró ser su caída. Por robar el cuerpo y el coche fúnebre, obtuvo once días en la cárcel, una multa de $255 (dólares), y fue puesta en un periodo de prueba durante dos años con tratamiento médico recomendado. Mientras tanto la madre del fallecido la demandó, argumentando que el acontecimiento dañó su psique. Pedía $1 millón de dólares, aunque se conformó con $117,000 por los daños generales y punitivos. La prensa tenía un día de campo, los abogados se enriquecieron, y Karen perdió su carrera y fuente de satisfacción sexual.

Karen está ahora más cómoda con su sexualidad. «Cuando escribí esa carta aún escuchaba a la sociedad. Todos decían que la necrofilia estaba mal, entonces debía estar haciendo algo malo. Pero mientras más gente intentaba convencerme de que estaba loca, más segura de mis deseos estaba.»

¿Y El olor a muerte?

Claro, encuentro el hedor a muerte bastante erótico. Hay de hedores a hedores. Si tienes un cuerpo que estuvo flotando en la bahía por dos semanas, o una víctima que se quemó, eso no me atrae demasiado, pero un cuerpo recién embalsamado es otra cosa. Incluso hay una atracción hacia la sangre. Cuando estás encima de un cuerpo tiende a expulsar sangre por su boca, mientras le haces el amor apasionadamente … Tendrías que estar ahí, supongo.

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