Me siento agitada y muy cansada. Pero aún así, no debo parar. Eso es. Debo seguir corriendo. Me tiemblan las piernas, tengo ganas de recostarme en este bosque a ver las estrellas como solíamos hacerlo con él. Jack, hermano mio ¿Qué demonios te ha sucedido? ¿Por qué quieres matarme, si desde que madre murió hace 5 años fui yo la que te ha cuidado protegido y criado? Dí todo de mi, con tal de que tuvieras lo mejor y no sufrieras, pero veo que tus sentimientos reprimidos se han desatado esta noche. Aquellos sentimientos que no quisiste descargar cuando madre murió. No lloraste; tan solo te volviste frío y distante.
Me alcanzaste.
-¡No no no! Por favor, Jack, escúchame, se que te sientes mal, pero no veo por qué descargarte conmigo
-¡¿Que no hiciste nada?! Pero por favor, ¿Quién te crees, asesina?
-¿Que quién me creo?
-Soy yo, Lucy, tu hermana. Oh Dios, tu mente está tan corrompida que no recuendas ni quien soy- suspiré
El hizo silencio un momento y se fue acercando hacia mi de a poco.
– Se ve que reprimiste tus recuerdos «hermana». Pues bien, seré breve. Como sabes, madre ha estado en coma durante 6 meses; tu no me dejabas ir a verla al hospital porque decías «No Jack, tan solo tienes 13, no me gustaría que vieras a madre en esa situación». Tú ibas cada maldito día a verla, mientras yo te esperaba con la sirvienta en casa. Volvías y decías que ella se encontraba mejor , pero que aún no abría sus ojos, que cuando lo hagas, yo sería el primero en enterarme y me llevarías con ella.
No aguanté y fui a verla escondidas. Me asomé por la puerta de la habitación 164 y la vi, con los ojos abiertos. Iba a entrar hasta que vi que tu y ella discutían. Al parecer, no querías que yo la viera. Te acercaste y le inyectaste algo al suero, le dijiste algo al oído y murió.
De tanto enojo que yo tenía quería entrar y matarte, pero no podía hacerlo, no quedaría bien. Así que aguanté y me dije a mi mismo que debía vengarme en otro momento.
Desde aquel día, cada vez que llegabas, lo hacías con una sonrisa dulce. Mi odio crecía cada día más cada vez que me hablabas, mirabas, cuando te sentía cerca. Y hoy fue cuando no aguanté mas.
Jack sacó un cuchillo y me agarro del cuello. Casi me corta cuando apareció la policía y lo apartó de mi
-¡Volveré Lucy! ¡Y cuando lo haga, no podrás esconderte de mi!
Lo condenaron a 7 años en prisión y yo volví a mi vida tranquila.
Hoy se me acercó un joven, me pidió si tenia algunas monedas. Me dio lástima y lo invité a dormir en mi apartamento hasta que encuentre trabajo. Prometí que lo ayudaría.Luego de 2 meses conviviendo con él, logró conseguir empleo y decidimos salir a cenar.
-¿Sabes Lucy? Cuando volvamos tengo que darte algo
-Oh, una sorpresa. La esperaré con ansias jaja. Se que viniendo de tu parte, Leo, será algo lindo
Regresamos.
-Lucy, ¿Puedes sentarte, por favor?
-Si, claro.
-Recuerdas que me comentaste sobre tu hermano, Jack, aquel que intentó asesinarte.
– Si, por favor no quiero hablar de eso. Me trae malos recuerdos
-Oh, pero yo tengo algo que decirte sobre ese tema.
-Que sea rápido ¿si?- me levanté por un vaso de agua. Él esperó a que me sentara. Se paró y se puso frente a la pared de la cocina, dándome la espalda.
-Bueno, pues seré breve- agarro un cuchillo- Te dije que te encontraría, hermana.
– ¿J…J…Jack? No, no. Eso es imposible, tu estabas en prisión- recodé que los 7 años ta habían pasado.- Oh por Dios, si eres tu.
– Recuerdas que pasó esa noche ¿no? Bueno, supongo que también recuerdas que hice una promesa… Que volvería y terminaría con lo que empecé
-No, por favor. Fue algo que pasó hace mucho tiempo, hay que calmarnos y arreglar esto ¿si?
– JA… yo no tengo tiempo para arreglar las cosas, esperé 7 malditos años… Y hoy terminaré
Sonrió macabramente, se acercó a mi; tenía miedo, no quería morir, ¿Quién querría hacerlo? Me tomó del brazo y me ató a la cama, me desvistió y poco a poco fue clavándome el cuchillo. Se sentía tan bien, el olor a sangre, que no le rogué que parara. ÉL continuó con lo suyo.
En estos momentos me encuentro aquí. Un lugar, raro si se podría llamar; contando mi historia, ya que acabo de llegar.
Una criatura grande, con cuernos, de ojos rojos, se me acerca y me dice
-Ven aquí, nueva huésped; tengo que ponerte en algún lugar