Corría el 2012, las personas parecían asustadas por los recientes asesinatos, que, según las autoridades, parecían con más fuerza de la que podría aplicar cualquier humano, debía ser un animal, quizá algo más que un animal…
Incluso yo a veces tenía miedo, escuchar los chismes de como aparecían los cadáveres; algo así como Jack el destripador, pero aun peor, las personas aparecían con caras de terror, como si hubiesen sido petrificadas al momento de haber sido asesinadas. Nadie sabía con exactitud lo que estaba pasando, solo sabían que había uno o varios asesinos sueltos por las calles de Aguascalientes.
Gracias a todo eso, yo solo me concentraba en mi novia, en que no saliera sola, solo trataba de protegerla, la amaba y no quería que le pasara nada, mucho menos lo que estaba aconteciendo en esos tiempos.
Una mañana desperté en un lugar extraño, no era mi cama, era algún extraño bosque, recuerdo que mi ropa estaba rota y yo estaba cubierto de sangre, en especial mi cara, no recordaba nada. Realmente no le di importancia al estado en el que estaba, sino al lugar en el que estaba, no tenía ni la menor idea de donde estaba ni como había llegado ahí.
Como pude me paré y empecé a caminar en línea recta hasta que llegue a un camino, una carretera, caminé y caminé, se hizo de noche y pude identificar donde estaba, al fin, encontré como llegar a casa, tome el camino y al llegar, la ventana estaba rota y la puerta abierta, no sabía cuánto había estado fuera, por lo cual, supuse que habían entrado a robar.
Mi sorpresa fue cuando al entrar la casa estaba intacta, lo único anormal era mi habitación, la cama estaba totalmente destendida y en general, todo era un desastre. Me bañe, me vestí y empecé arreglando mi habitación.
Trate de recordar todo lo que había hecho la noche pasada y no sirvió de nada, así que simplemente lo deje pasar. Encendí la tele, al parecer otra víctima del asesino, empezaba a parecerme raro todo este asunto y la casualidad de cómo había aparecido esa mañana, sin embargo y al parecer tomaron una fotografía del momento en que la mujer fue ‘secuestrada’, como lo dijeron en las noticias. No era un hombre, más bien se notaba como una masa grande de pelo, como un lobo, pero aún más grande. ¿Un hombre lobo? ¿Licántropo? No lo sabía.
Encendí la computadora, necesitaba hablar con mi novia y no encontraba mi celular, como era normal, había mensajes de ella preocupada por donde estaba, le conté lo que me había pasado y por consiguiente se asustó, creo que era normal, al fin y al cabo, yo también estaba en parte asustado.
Pasaron los días, las personas aún eran encontradas muertas, yo a veces despertaba con sangre en la cara, pero ya no le prestaba mucha atención.
Todo siguió así hasta aquel día… Yo estaba feliz, saldría con mi novia, me bañé, me arreglé, tome el regalo que le había comprado y salí por ella. Al llegar a su casa ella estaba hermosísima, estaba más bella que un ángel, en fin, fuimos al cine, cenamos y disfruté lo más que pude, sin saber que esa noche sería la última que la volvería a ver viva.
Al salir del restaurante, la lleve a su casa, me quedé un rato más, ella prendió la tele y estaban dando un informe del asesino que aún seguía suelto. Al parecer el solo atacaba cuando era luna llena, entonces recordé que cuando yo terminaba con la cara llena de sangre es porque había sido luna llena, entonces entendí, ¿Y si era yo el ‘hombre lobo’?
Yo no era supersticioso, pero esa noche seria luna llena y estaba nervioso, me despedí de mi novia y me fui a mi casa. Debido a ese día en que aparecí en el bosque, puse protecciones en mi ventana, era noche así que me encerré en mi casa, en mi recamara.
Intenté no dormir, pero no pude. A media noche mis ojos se dieron por vencidos y descansé.
Al despertar realmente no podía creer la situación en la que estaba; estaba en el sillón de la casa de mi novia, las paredes estaban manchadas de sangre, como si una mano hubiera pasado por ellas, había rasguños alrededor de mí, toda la sala estaba así. Subí por las escaleras, las cuales estaban igual repletas de sangre, temía ver lo que no quería.
Al llegar a su habitación, inmediatamente me tendí a llorar, ella estaba muerta, su estómago estaba abierto y todo estaba botado por doquier, tenía una mordida en el brazo y yo al fin entendía esa serie de casualidades.
Salí de ahí, recogí todas mis cosas y jamás volví.
Propio
Boo Hdz