Sueños Rojo Carmesí

Hace mucho tiempo que me viene ocurriendo esto. Sueños inmemorables residen en mi cabeza tan realistas que ya no puedo diferir en si es real o simplemente otro sueño. Debido a mi Narcolepsia, suelo dormirme en cualquier lugar/momento. Debe ser por eso que me pasan este tipo de cosas. Desde muy pequeña ocurre conmigo. Decidí dejarme caer bajo el efecto de medicamentos que mis médicos me adujeron para tratar de que mis sueños no me controlen, tras un terrible episodio entre una botella de vidrio, la cabeza de mi hermano y lo que suponía ser un sueño. Mi opresora mente homicida era lo que me hacia pensar que en algún momento acabaría con la vida de mis hijas o de mi marido.

Hubo una ocasión en que estaba en la universidad y mientras mi profesor hablaba me deje caer bajo la cálida y favorable sensación de mis parpados pesados. Parpadeé solo una vez y en minutos mi profesor hablaba hacia la nada, me encontraba sola en el aula y el parecía no percatarse de esto, tampoco de mi presencia. Le hable en voz media, cosa que hizo un horrible eco por todo el vacío lugar, que termino en mis oídos causándome un dolor insoportable. Al darme cuenta, era de noche y mi profesor ya se había retirado. Una persona bastante conocida se encontraba en lugar donde se sentaba mi futuro marido. Colocado a espaldas mías hablaba en leves susurros algo que pude canalizar como palabras comunes sin sentido. Me acerco lentamente y veo, como sus ojos colgaban de sus cuencas, sus labios habían sido brutalmente arrancados y carecía de su mano izquierda. Volteo la cabeza hacia mi y rió estruendosa y sarcásticamente y ahí fue cuando pude notar la presencia de un cuchillo entre su única mano. Grite mientras sudaba frío, tome un caño salido absolutamente de la nada a mi derecha y comencé a golpearlo fuertemente, mientras escuchaba a mi profesor decirme que me detenga, obviamente ignore esto, mi profesor no se encontraba ahí. No podía evitarlo. La hermosa sensación de huesos quebrándose bajo mis golpes era tentadora. El rojo carmesí de la espesa sangre emanando de su cabeza era lo que mas me atraía. Unas huesudas manos sostuvieron las mías, haciendo que mis golpes cesaran. Parpadeé nuevamente y me percate de que golpeaba a un compañero de curso con un cuadernillo. Me sentí la persona mas estúpida en la tierra y caí en cuenta de que, ademas de ser Narcoléptica, también era sonámbula. Cosa algo rara, ya que la Narcolepsia paraliza al que la posee, Pero los médicos no siempre tienen razón.

Esto no me había vuelto a ocurrir desde hace 2 años. Mientras todos dormían, una seca sensación invadió mi garganta. Me incorpore en la cama, asegurándome de que mi marido aún dormía. Camine derecho por los pasillos de mi casa, baje las escaleras, atravesé la sala y llegue a la cocina, alumbrada por los focos de luces de los faroles en las calles que se filtraban por las ventanas. Tomé un vaso, lo cargué con agua. Di un sorbo, volví a observar por la ventana.

– esta nevando- me dije. Es verano, casi imposible que caiga nieve en esta estación.
Persuadí la presencia de sombras sobre la blanca nieve. Sombras que dejaban un rastro de huellas color carmesí.

-Rojo…- pensé.

Instantáneamente, oí gritar a mis dos hijas. Solté el vaso, corrí hasta su habitación. Las sombras estaban ahora dentro de la casa, ahorcando a mis hijas. El pasillo estaba decorado con muchas fotos, retratos familiares. Tome uno de estos y gritando, irrumpí en la habitación golpeando a las sombras, estas desaparecían ni bien el cuadro tocaba sus cuerpos.

Miré fijamente el rostro de mis hijas. El maldito rostro deformado de mis hijas. Sus cuencas vacías, su mandíbula dislocada, los dientes filosos y deformes que emanaban de esta, sus rostros arrugados que me decían una y otra vez.

-Vamos Mary, sabemos que quieres hacerlo.-

Tomé valor y las golpeé justo en la nariz. Un golpe a la vez rompí sus cráneos mientras reían insaciablemente. Creo que esto último me dio mas impulso para continuar.
Un dolor agudo sobresalía desde mi nuca. Sostuve mi cabeza y tras mirar mis manos noté la presencia del rojo que tanto amaba. Volteé y una sombra alta, robusta, y sonriente me miraba con un palo en la mano.

-¿Quieres matar? intenta conmigo Mary-

Me abalancé sobre esta sombra de la misma manera que lo haría un animal. No se como, pero mis puñetazos lograron romperle la cara. Tomé el palo que este soltó y rompí sus extremidades. Bajo cada golpe el crujido tentador me motivaba a continuar con los golpes.
Me desperté la mañana siguiente en una cama. Todo normal, solo que mi familia ya no estaba.

Tengo miedo de que esto algún día perjudique a mi familia.

Anoche, luego de este sueño, la policía irrumpió en mi hogar. Parece que un vecino alerto gritos desde mi residencia. Les explique mi situación y les mostré que mi familia aún dormía. Mis hijas en su cama y mi marido en el suelo del cuarto de las niñas. Supongo que durmió ahí para cuidarlas. Pensé en el tierno detalle que me había dejado mi marido. Pintó la habitación de mis hijas de mi color preferido, rojo. Pero que descuidado, mancho a las niñas y a él.

Observo el blanco cuarto en el que ahora me encontraba. Miro al techo, una luz de neón, blanca también. Que lastima, quisiera que lo pintaran de rojo. Las sogas que me sujetan lastiman mis muñecas y tobillos, pero todo esta bien, mi familia llego. Están a los pies de mi cama, observándome, con sus pálidos rostros. Sonríen. Mi amado color rojo emana desde mi abdomen ahora. Sonrío y una sensación de orgullo me invade. Lentamente, voy notando como sus rostros se hacen mas nítidos pero el cuarto se oscurece.

Ahora ellos están en mi lugar.

Creación propia.

TakumaHirose

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