Noche en el lago

Fue una noche de verano, nos fuimos todos de vacaciones al lago, esa fue la noche que perdí a todos mis amigos, eh aquí la historia…

Alberto estaba preparando el carro, mientras Sonia, Daniela, Marcos y yo estábamos alistándonos para salir, parecía una buena idea, el viejo grupo de amigos saliendo a tomarse unos días de descanso, un poco de comida y bolsas de dormir, ese era todo nuestro equipaje, así que subimos a la camioneta y emprendimos el viaje.

Paramos en una gasolinera a mitad de la carretera, todavía no se ocultaba el sol, así que decidimos comer algo en la tienda de la estación mientras Sonia se quedó a vigilar el auto. Cuando regresamos estaba un tanto asustada, se veía muy nerviosa y alterada, dijo que había un hombre alto de ropa negra observándola, aunque que no alcanzó a verle el rostro, no le dimos importancia y continuamos.

Al llegar al lago, cenamos lo que habíamos traído, prendimos una fogata y en un par de horas estábamos todos recostados en el suelo bajo las estrellas, fue entonces cuando caímos dormidos, ni siquiera nos molestamos en apagar el fuego. Tiempo después, por ahí de las 12 de la noche, un ruido nos despertó; Alberto no estaba, había desaparecido. Creíamos que tal vez podía estar durmiendo en el auto, ya que este era de él, pero al final no lo encontramos, notamos que su bolsa de dormir estaba algo rasgada, como si «algo» lo hubiera arrastrado, de pronto, la fogata se apago, olvidamos apagarla, de repente y sin razón alguna, el fuego ceso a mitad de la noche. Decidimos ir a investigar, así que Daniela y yo fuimos por un lado mientras Marcos y Sonia se fueron por otro. Al poco rato escuchamos un grito, parecía la voz de Daniela, así que fuimos a buscar a Marcos que se suponía estaba con ella, solo para darnos cuenta de que, efectivamente, Daniela había desaparecido.

Marcos: Estaba todo tranquilo, vimos una silueta de un hombre, extrañamente vestía un traje negro y era demasiado alto…

Sonia: Alto y con traje? Ese es exactamente el tipo que vi en la gasolinera!

Marcos: Sí! lo sé, era ese mismo, estaba de espaldas, así que tratamos de hablar con él, cuando se dio la vuelta note que su cara estaba totalmente en blanco! No tenía nada! Era un rostro sin expresiones, fue entonces cuando algo salió de su espalda, parecía un tentáculo, Daniela gritó muy fuerte y exactamente en ese preciso momento la atravesó por el pecho , levantándola violentamente mientras su sangre escurría frente a mis ojos, no pude hacer nada, solo, corrí…

Ni Sonia ni yo podíamos creer las palabras que salían de la boca de Marcos, no le hice mucho caso, aunque claro, mi amiga seguía desaparecida sin dejar rastro alguno, pero Sonia estaba muy nerviosa y alterada. Decidimos regresar a nuestro pequeño campamento improvisado a la orilla del lago.

Al volver había una mancha de sangre en la bolsa de Alberto, pero, de donde salió toda esa sangre si él había desaparecido? A un lado estaban las llaves de la camioneta, como si nos estuvieran invitando a dejar el lugar. Subimos al auto pero no arrancaba, Marcos fue a revisar el motor mientras Sonia y yo esperábamos dentro. Al abrir el cofre Marcos grito desesperadamente, eran los restos de Daniela, estaba totalmente descuartizada, esparcida por debajo del cofre; bajamos a tratar de tranquilizar a Marcos, pero nuestros esfuerzos eran inútiles, lo único que hacía era gritar y decir “¡Lo he visto, vi al hombre a la cara, yo soy el siguiente!”, lo repetía una y otra vez, como si estuviera loco, su mente estaba totalmente en otro lugar, se dio la vuelta y sin decir nada comenzó a caminar hacia el lago, no sabíamos que estaba haciendo hasta que lo vimos meterse al agua sin más ni menos, con todo y ropa, el lugar estaba en total silencio, como si lo hubieran hipnotizado, tratamos de ayudarl,o pero nuestros esfuerzos fueron en vano, Sonia casi se ahoga en el intento de salvarlo, así que tuve que sacarla a ella mientras nosotros veíamos desde la orilla como el cuerpo de nuestro amigo inexplicablemente se hundía en el agua.

De repente la fogata se volvió a encender por sí sola, Sonia entro en un estado de shock, me miro y empezó a decirme repetidamente “ahí está, el nos observa” una y otra vez, como una especie de grabadora, me quede totalmente congelado mientras el fuego crecía y crecía pero sin salir de ese círculo de leña, sin darme cuenta estaba viendo a mi amiga, mi mejor amiga, ella estaba dentro del fuego, quemándose lentamente mientras su piel se achicharraba y gritaba fuertemente, sus gritos eran horribles, caí llorando al suelo, no podía contenerme, hasta que vi a aquel hombre de traje negro parado junto a la fogata, estaba en medio de mi y el carro, simplemente me puse de pie, cerré los ojos y caminé hacia el automóvil, sentí que me llego a tocar el hombro, pero no le di importancia y seguí. Milagrosamente el auto arranco, no me importaba si los restos de mi amiga estaban a un lado del motor, yo lo solo quería irme de ahí. Cuando encendí metí marcha el estaba ahí parado, enfrente de mí, observando cómo me iba mientras el sol salía, miré por el retrovisor y el ya no estaba. Yo y mis amigos fuimos víctimas de los horripilantes juegos de esa cosa.

Llegue a casa y todos me preguntaban por qué había regresado tan rápido, yo solo les dije que quería irme y que mis amigos decidieron quedarse, nadie supo de ellos, sus madres siempre preguntaban que había sido de sus hijos. Cuando la gente me preguntaba, yo solo les decía “están en el lago, se quedaron ahí”…

Creación propia inspirada en el famoso mito de Slenderman
No hay fuente, fue creación mia

Daniel

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