Estas acostado en tu habitación, descansando, luego de un largo día de trabajo.
Apunto de conciliar el sueño, escuchas que tocan a la puerta. Antes de levantarte para ir a ver quién es, te fijas la hora. Al ver que ya es muy tarde, te acuestas otra vez, ya que piensas que seguro solo sean unos niños molestando.
Intentas dormirte, pero no puedes, ya que siguen tocando a la puerta.
Al ver que no paran, te levantas y te acuestas en la cama. Justo antes de levantarte para ir a abrir la puerta, te surge una duda: ¿Por qué no tocan el timbre?
Te das cuenta de porque no. Porque es la puerta de tu habitación. Y vives solo.