El cuarto

Este es mi primer creepypasta, espero les guste. Sé que el título del creepypasta suena a cliché, pero tiene cierta originalidad.

EL CUARTO

Hace no mucho yo solía vivir con mi hermano en un mismo cuarto. A pesar que era un cuarto para dos, era bastante pequeño. Mis papás por la continua insistencia de mi hermano y yo nos dieron un cuarto a cada uno. Yo tuve que quedarme en el antiguo cuarto, y a mi hermano le compraron bastantes cosas para que se mudara. Aunque a veces lo solía entender mi cambiante temperamento de inmaduro sacaba de quicio a mis papas por mi envidia. Pero, fuera de esto era un niño superficialmente normal. Me gustaba leer, aunque no guardaba un gusto enfermizo por los libros como Lovecraft. Leía toda clase de libros, hasta que descubrí los libros thriller. En una temporada me centre solo en este tipo de libros. Como se construyó un cuarto nuevo a mi hermano. Decidieron pintar el mío y dejarlo por lo menos aceptable. Fue por eso que se hizo la siguiente organización: mis papás debían ir a dormir a la sala. Yo debía ir a dormir a su cuarto. Pero las dos noches que pasé ahí fueron bastante traumáticas.

Primera noche

Mi papá me había dicho desde la mañana que hoy iba a dormir en su cuarto y ellos se irían a la sala. Dije felizmente “Sí” dirigiendo una mirada hacia el cuarto en el que debía dormir. Pero sentí un escalofrió indescriptible, mi atención se centró en evitar la mirada de ese lugar, solo estaba la puerta abierta y se veía ventanas y el suelo del cuarto. Estaba completamente vacío, no había nada se veía bastante más grande de lo que se ve normalmente con las cosas de mi papá y mi mamá. En el transcurso del día pasamos las cosas de mi cuarto al cuarto de mi papá que haría la vez de mi cuarto solo por estos cuatro días. Entre y salí muchísimas veces del cuarto. No volví a sentir aquella sensación.

Al rozar los rayos del sol las ventanas, y generar sombras por los objetos residentes dentro del cuarto, me decidí a estudiar. Había acabado el colegio hace ya unos cuantos días, e iba a dar el examen de admisión dentro de unas dos semanas. Como solía hacerlo, perdía mi tiempo en lecturas sin importancia, o en simplemente pasar el rato. Mientras estudiaba los rayos del sol cruzaban las ventanas, escuche un ruido. Un ruido cercano, que me hizo sobresaltar. Un pensamiento llego rápidamente, debió ser el estante con los libros encima. Esa mañana mientras mi papá traía las cosas de mi cuarto y yo las ordenaba lo mejor que podía. Mi papá seguía insistiendo que era innecesario porque sería provisional. Al final le hice caso. Y muchos libros que yo mantenía encima de mi escritorio decidí apilarlos en un estante bastante alto. Había bastante probabilidad que estos cayeran, por la forma en que estos fueron apilados. Pero era provisional como afirmo mi padre. Pero, al voltear a confirmar mi teoría me vi con una gran sorpresa. No era un libro; era algo diferente un estilo de agenda por su forma. Pero lo que hasta ahora no sabía era de donde vino. Cogí lo que parecía ser una agenda y la abrí. Era un álbum, un álbum que nunca vi. No me pareció muy extraño, pues no soy fanático de ver mis fotos. Sin embargo al ver las fotos las personas que aparecían eran desconocidas. Lo más importante era saber de dónde había venido tan extraño objeto. El miedo no me invadía aunque he de confesar me daba cierta intriga. Me puse a analizar, el objeto lo encontré al frente de la ventana. El ropero estaba al lado, así que podía ser una posibilidad que haya estado ahí. Pero el problema era que yo no puse eso encima del ropero. Pero, habían cosas ya encima de este que no me preocupe en revisar, es mas no lo limpie. Al mudarme a este cuarto este ropero ya se encontraba aquí, no era de extrañar que si nunca limpie la parte superior se encontrara algo en el. Al tener por lo menos una pequeña parte de mi duda aclarada, quise seguir revisando ese álbum. No tenía nada escrito en las tapas simplemente era de color azul. Era un diseño alargado. En el entraban unas cuatro fotos de tamaño normal. En el álbum había muchas fotos pero las que primaban eran las de una niña. Una niña relativamente normal con un cabello negro y con una piel de matiz trigueño, con alrededor de unos dieciséis años. Probablemente la misma edad que yo. Al seguir recorriendo el álbum habían unas cinco páginas que no tenían foto alguna. El pliegue que se formaba con la contratapa tenía algo, era de un volumen diferente al de las fotos. Había un pedazo de tela, una tela de color verde con un mosaico bastante llamativo, parecía ser de una corbata. Trate de sacarlo, pero el pliegue que empezaba desde muy arriba al entrar en contacto con mi mano empezó a rasgarse, fue por eso que me detuve. Al estar observando el pedazo de tela, divise una sombra. Tengo un campo visual normal, sin embargo al detectar un movimiento que probablemente este fuera de mi campo de visión le prestó atención. Escuche que este suele ser un reflejo involuntario en niños. Yo sentí que algo se movió. Así que lo más lógico sería una sombra. O al menos eso sería lo menos aterrador.

Esta fue una gran distracción, fue por eso que me dispuse a seguir estudiando. Mientras leía la literatura regional de mi prospecto sentí otro movimiento. Volteé rápidamente, pero no fue nada otra vez. Luego sentí otro movimiento pero desde otro lugar, era la cortina que estaba flameando por el viento. Tal vez estaba algo histérico. Cerré la ventana así no podría producir brisa y la cortina no se movería mientras cerraba la ventana, miraba la ventana. Veía mi reflejo como siempre suelo hacer cuando estoy solo y al ver mi reflejo empecé a hacer muecas infantiles. De pronto una figura apareció aparentemente detrás de mí. Lo repentino de la imagen me asusto, fue muy rápido como para poder captar que era el reflejo, o tal vez imagen en el vidrio. Por si acaso volteé para ver si era alguien tratándome de asustarme, son bromas bastante comunes entre hermanos.

La tarde discurrió sin más incidentes, el álbum estaba tirado sobre el escritorio, ya no me importaba mucho estaba echado en mi cama con un libro abierto. Pero en mi lectura empecé a cabecear y como suelo hacer apague la lamparilla y me eche dispuesto a dormir. Mientras conciliaba el sueño, escuche un sonido proveniente de la ventana. Se oía como piedritas tiradas a la ventana. Eso es lo que se suele hacer cuando uno no abre la puerta a pesar que se toque con insistencia. Prendí la lámpara que estaba a mi lado, aún adormitado me acerque a la ventana con la intención de abrirla para ver quien era, abrí la ventana y al ver hacia abajo no divise a nadie. Me dispuse a cerrarla. Mientras lo hacía.

Apareció otra vez una imagen, esta vez creo haberla reconocido. Era la niña del álbum de fotos. No quise confirmarlo. Con cierto temor fui y me acosté en mi cama otra vez dispuesto a dormir. Pero escuchaba el sonido como si piedras estuvieran golpeando el vidrio otra vez. Sentía que iba a ser peor si me paraba e iba a ver que era eso. Por eso simplemente mantenía los ojos cerrados y lo ignoraba. Luego se volvió un sonido diferente, era como si alguien golpeara la ventana con sus uñas pero alternadamente primero el anular, luego el medio y finalmente el índice, y terminada la sinfonía, la volvía a repetir. Era como un bucle. Simplemente me eche esperando que el sonido desaparezca. Sentía mucho miedo.

Abrí los ojos rayos del sol entraban por la ventana, la cortina estaba abierta. Un grito llegaba desde abajo era de mi mamá pronunciando mi nombre. Me quite la pijama y me vestí con la ropa que suelo utilizar para andar en casa. Bajé y ví a todos trabajando mi mamá me explico la situación el jefe de mi papá llamo temprano para confirmar su asistencia a un almuerzo del que mi papá le hizo proposición hace algún tiempo. Mi papá no pudo declinarla justo ahora. Debían causar buena impresión. Por eso decidieron llevar todas las cosas que pertenecían a su cuarto llevarlas al cuarto en el que yo estaba para que la sala quedara libre.

Segunda noche

Llevaron casi todo arriba, excepto la cama eso lo mandaron al cuarto de mi hermano. Pero por el aglomeramiento de cosas terminaron poniendo mi cama a espaldas de la ventana. No me sentía cómodo con tan poco espacio así que ese día no estudie. Ese día tuvimos que almorzar con el jefe de mi papá. Pasó lo que siempre suele pasar cuando viene alguien a quien quieren impresionar. Reprimendas para que no cometa errores pasados, y para que este presentable. Un día bastante aburrido. En mi cuarto provisional con una luz más tenue de lo normal, por el ropero posicionado a la misma altura del foco que impide el paso de la luz por la habitación. Me dispuse a ordenar al menos un poco de ese cuarto. Mientras pasaba por el escritorio, vi ese molesto álbum que tal vez me causo paranoia ayer en la noche. Lo bote a la basura.

Mientras leía un buen libro de Jhon Katzenbach quise echarme en mi cama. Así lo hice, aún con el libro, sentí un gran sueño. Me paré y deje el libro en el escritorio. Pero algo me hizo detenerme a medio camino, con mi somnolienta actitud me fue difícil notarlo. El álbum estaba en el escritorio. Yo lo había botado antes. Volteé y al ver ahí el álbum el miedo me invadió, con la tenue luz ví claramente una sombra moverse. Luego ví el vidrio y ahí estaba ella la niña, pero esta vez no se me apareció como para mirarme. Era una imagen de ella en el suelo al parecer en la pista, estaba en un charco de sangre. Ese no era un reflejo, era una visión ¿Estaba otra vez paranoico? De pronto vinieron unos paramédicos la cubrieron con un manto negro y se la llevaron. Pero, lo único que quedo en el suelo fue ese pedazo de tela verde. Era parte de su vestido, pero en la visión estaba en el charco con sangre. Busque el álbum. Busque el pedazo de tela. No me importo romper el pliegue con tal de sacar el pedazo. Cuando lo saque vi una parte con sangre. En ese momento apareció una niña en el vidrio era la de las fotos, pero esta vez por el reflejo podía ver los roperos, los veladores, incluso me veía a mí mismo. Eso no era una visión, era un reflejo. Solté un suspiro, ella estaba detrás de mí. De pronto la ventana se abrió. Mi razonamiento solo me indicaba una cosa. Ella planeaba aventarme por la ventana.

Pero ¿Por qué? No lograba imaginar alguna respuesta por lo menos verídica. Un pensamiento ilumino mi mente. El pedazo de tela estaba con sangre. Ella murió, ella quería que yo muera de la misma forma que ella. Justo cuando sentí manos en mi espalda. Mi mamá abrió la puerta. Desapareció, solo estaba yo ahí parado mientras veía el álbum. La mitad de mi cuerpo estaba fuera. Mi mamá me pregunto “¿Qué haces?”, yo le respondí “Nada”. Salió de mi cuarto. Estaba con mucho miedo, tiritando tal vez por el frio ¿Fue todo eso mi imaginación? Hasta el día de hoy no lo sé, lo que hice fue quemar el álbum. Al ver algo de humo saliendo de mi cuarto, mis padres pensaron que estaba fumando y me castigaron. Pero, dormí muy bien esa noche. Al siguiente día desperté a mis papás muy temprano para que terminaran de pintar. Yo personalmente les ayude para que terminaran más rápido. Así yo volví a mi cuarto.

Aún no sé si lo que vi fue real, pero aún siento miedo. Cuando entró al cuarto de mis papas a oscuras. Y veo el vidrio. Mi papá decidió pintar su cuarto, fue por eso que bajo todas sus cosas a la sala. Mi cuarto se conecta con un estrecho y corto pasadizo al cuarto de mi papá y mientras él no está en su cuarto. La puerta siempre está abierta, yo siempre la cierro cuando la veo. Pero esa sensación desde la primera vez que se convirtió en mi cuarto momentáneo, sigue aflorándose a flor de piel. Que veo el cuarto abierto cuando salgo de mi cuarto. Esta experiencia no se la he contado a nadie. Y tengo mucha intriga de que fue lo que le paso a esa niña del álbum que parecía muy feliz en las fotos. Por ahora no pienso investigar mucho sobre el tema, pero siempre les guardo un espacio especial a esos momentos en mi memoria, que estén calificados como traumáticos.

La escribí yo

Iskandar

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