Tragedia en la Guarnición Militar

Esta es una historia real, de un crimen que realmente ocurrió, recopilada y escrita según lo que aún se cuenta en la localidad de Sarmiento, Chubut.

Corrían los primeros días de verano de 1978 en la flamante Guarnición Militar de Sarmiento, Chubut, Argentina. Eran épocas de flagelos políticos y represión militar en el país, azotado por la dictadura militar más violenta de la historia nacional. Pero poco le importaba esto al joven y enamorado recluta Patricio M. Carboni, este joven muchacho oriundo de Buenos Aires había llegado a la guarnición en los últimos días de abril del 78′ trasladado desde alguna brigada porteña. Este soldado había conocido a una joven sarmientina en un bar del pueblo algún par de meses atrás de aquella funesta catástrofe, esta muchacha, llamada Carolina, de apellido nunca trascendido, era una joven hermosa, alta, de pelo rubio ceniza de origen galés, con quien mantuvo un noviazgo de esos de antaño, con visitas a ferias, helados, largas caminatas nocturnas y películas, de esos romances típicos de militares.

El soldado Carboni, nuestro protagonista, en los campos de la Guarnición.

Esta adorable historia da un vuelco y pasa a la posteridad de la mano con la creciente tensión diplomática que mantenía en ese entonces Argentina y Chile, por la posesión de unas islas al sur del país, que casi desencadena en una guerra. Pero esto quizá tome sentido más adelante. Ahora nuestro protagonista cambia de trabajo, y es enviado a hacer guardias y revistas en un extremo de la guarnición donde pasaba noches enteras de patrulla, estas patrullas dificultaban el encuentro de estos enamorados, y la mejor solución era que la joven novia lo visitara por las noches en su guardia y así pasar más tiempo juntos, obviamente esto era ilegal y estaba prohibido pero al recluta simplemente no le importaba, el procedimiento era siempre el mismo, la joven novia se escabullía entre los campos de la guarnición de noche y a escondidas llegaba al puesto de nuestro recluta que estaba  destinado en una garita al ala oeste de la Guarnición donde pasaban la noche juntos.

Estas visitas se dieron durante muchas noches seguidas, hasta que, quizá por mala suerte o por  esos nefastos azares del destino nuestro soldado enamorado es llevado de instrucción a otra ciudad cercana por una semana, Carboni sabía que no tenía tiempo, pues el camión salía en 1 hora, y todavía no sabía quién era el soldado que iba a tomar su puesto de guardia el cual frecuentaría su novia esa noche; con el tiempo agotado el soldado partió diciéndole a sus amigos que corran la voz de lo que iba a suceder, quienes al no saber quién era el reemplazante, y restándole importancia no hicieron nada.

El reemplazante de nuestro soldado estaba de guardia, fumando y escrutando la fría y solitaria noche en la puerta de su garita, cuando pudo observar la silueta negra de un cuerpo que se acercaba semi agachado y sigiloso a través del campo, quien obviamente era la novia de nuestro desafortunado protagonista, el soldado de guardia se quedó frío observando, asustado quizá, y con fusil en mano se aprestó a gritar un «Alto ahí, ¡¿Quién vive?!»; a lo que no escuchó otra respuesta más que una risita femenina que venía de aquello que avanzaba, el asustado soldado se posicionó para disparar. La tranquilidad de la fría noche patagónica y su imponente firmamento fue ultrajada durante unos segundos, cuando la silente noche fue testigo de los dos disparos que acabaron con la vida de la joven muchacha.

Quienes viven en Sarmiento le conocen como «la dama de la noche» y los militares simplemente como «Carolina», un espíritu que algunas noches se puede ver o sentir deambulando por los grandes campos de la Guarnición y del pueblo, la desafortunada muerte de la novia del soldado fue escondida y caratulada como «muerta por insubordinación» por autoridades del Ejército de la época, y los datos de la chica nunca trascendieron. Se cuenta que el soldado que mató a Carolina fue asesinado en la Guerra de Malvinas 4 años después , y que el fantasma de la novia no es un espíritu maligno sino un espíritu protector; pero quienes molestan su presencia, aquellas personas deshonestas, con malas intenciones, con pasado oscuro, serán maldecidas igual que el soldado que la mató y tendrán años de mala suerte, o encontrarán la muerte tempranamente como lo hizo aquel soldado.

 

Mi Creación.

E.M.

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