Tierra & Niebla: Parte II

Es extraño como las cosas pasan a veces.
De un día para el otro la vida deja de tener sentido, y nos recluimos en el interior de nosotros mismos buscando un escape del mundo actual en nuestro mundo, gris y frágil como las cenizas de un cigarrillo.
¿Por qué escribo esto? se lo he preguntado a cada hoja de papel de mi cuaderno durante cada uno de todos estos días tan oscuros.
Tal vez es mi manera de huir al putrefacto mar infernal de muerte en vida que se agita ahí afuera con oleadas de muerte que devoran la tierra.
Perdí la esperanza cuando vi madres arrancarles los intestinos a sus bebes y devorar sus entrañas como perros sedientos por la sangre de un niño.
Se que estoy muerto, como todos, como todo…
«Quiero ir a casa» Siempre recordaré esas palabras que oí decir a una niña de tan solo once años mientras el sadismo vicioso hecho cuerpo le arrancaba la lengua y dejaba que se ahogara en su propia sangre mientras devoraba sus ojos.
Yo también quiero ir a casa…Amelia… agradezco que no vivas para ver esto.
Estoy tan cansado de correr. Siento que fueron años desde que abandoné el pueblo y me escondí en el granero de esta granja. Años de dolor, años de suplicio mientras el mundo se devora a sí mismo y los cielos regurgitan llamas sobre el.
Tal vez nos merecíamos esto… Después de todo, nosotros creamos esa cosa, enviciados en nuestra avaricia por conquistar todo el mundo, Condenamos a todo ser vivo sobre esta tierra. Fue tan fácil como escupir hacia arriba y esperar a que nos cayera en la cara.
Pero… no puedo con mi naturaleza optimista, y espero que alguien, en algún lugar, de alguna manera, logre encontrar la solución a todo este desastre.
Sé que alguien lo hará, estoy seguro.
Recuerdo cuando todo empezó, hace dos semanas.
Mucha gente corrió a saquear almacenes y supermercados y tiendas de armas y hasta bancos. Al final nada de eso les ayudó a vivir.
Otros corrieron y se encerraron en sus iglesias, a esperar a que la muerte llamara a las puertas de la casa del Señor.Y el Señor no los salvó.
Hubo quienes corrieron a sus hogares a abrazar a sus familias, a abrazarlas fuerte y a esperar el inevitable final, juntos, como una familia.
Papá… Mamá… ¿Ya les dije que los quiero? jamás pude decirles cuanto los amaba y ahora solo me quedan fotos y recuerdos que no durarán por mucho.
Yo corrí a casa, a abrazar a mi pequeño Banyo, lo acaricié por última vez, le dí comida por última vez y le quite la correa, dejándolo irse libre por la calle. Sabiendo que no volvería a verlo nunca más.
Ahora estoy solo yo, mi cuaderno y aquél pobre sujeto que he visto sentado en la entrada de la pequeña casa meciéndose con somnolencia en una mecedora disfrutando del que estoy seguro, es el último de sus cigarrillos.
La espesa niebla que ha descendido sobre el pueblo ha venido a buscarnos.
Las huestes de muertos han llegado hasta nosotros siguiendo nuestras almas solitarias y desconsoladas.
Tengo una sola bala en mi revolver, ojalá pudiera compartirla con el tipo de la mecedora. Pero viendo sus ojos, sé que está muerto por dentro desde mucho antes que esto comenzara.
Falta poco para verte de nuevo Amelia. A tí y a Banyo…
Tal vez podríamos ir de picnic al campo, como en los viejos tiempos. Eso me gustaría… me gustaría mucho.
Nunca pensé que el metal de un arma fuera tan helado.
Puedo escuchar los gemidos de esas cosas hambrientas aproximándose… no falta mucho tiempo.
Estoy tan cansado.
Y solo… solo quiero ir a casa…

Creacion Propia

Kuraca

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3 comentarios

Una secuela que no aporta nada a la historia original. Prefiero verlo como otra versión del mismo argumento, claro, primero dejando a un lado las referencias al primer texto. Pero no es mejor. Y en serio no aporta nada.

Innecesario.

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