El Hombre De Cristal

Ya eran las 5 pm y Andrés no llegaba. George de vez en cuando vacilaba con el pensamiento de que tal vez, su hermano menor se habría distraído jugando con otros niños. George era tan o mas inocente que su hermano, aun creía que el era un niño y que se comportaría como tal. Andrés, joven de 14 años, salió de su casa hacia el supermercado a comprar los alimentos que mensualmente consumían el y su hermano mayor George. Este último de 25 años, se hizo cargo de su hermano menor desde que termino su carrera profesional de Publicidad, exactamente a los 22 años. Ambos hermanos, huérfanos, siempre organizaban las tareas del hogar, así pues, Andrés debía ir a comprar los víveres con una lista elaborada y facilitada por su hermano.

El supermercado quedaba a  10 minutos de la casa, tomando en cuenta que quizás, su hermano se demoraría en elegir los productos, buscarlos, e inclusive tomando en cuenta una larga cola, no debería demorar más de una hora. Pero 2 horas preocupaban demasiado a George, preocupación que se veía condicionada al típico miedo que sentía George de perder a alguien más de su familia, y es más, al único integrante que quedaba de su familia cercana.

George entonces empezó una búsqueda exhaustiva de su hermano Andrés, búsqueda que no solo se quedo en un simple papeleo policial, sino que se corrió la voz en todo el vecindario para que se solidarizaran con la búsqueda de su hermano Andrés. Así pues, la pequeña urbanización empezó a colocar carteles de »se busca», e inclusive propaganda por internet (aprovechando la extensa proliferación de redes sociales). George no podía permanecer un momento solo, la sola ausencia en la casa de su hermano le provocaba un dolor y una angustia superior a la perdida de sus padres.

Fue entonces que mientras George esperaba sentado en el sofá alguna noticia en TV que le diera información sobre lo que le sucedió a su hermano, sonó el teléfono. George se abalanzo sobre el mismo y contesto rápidamente:

-Alo!?

-¿George?

La suave y temblorosa voz de Andrés calo en lo más profundo de George, quien aun no creía lo que sus oídos escuchaban. Su hermano, Andrés, estaba bien.

George colgó rápidamente el teléfono para dirigirse a la comisaria en donde se encontraba su hermano, pero antes de salir por la puerta el teléfono volvió a sonar.

-Alo!

-Buenas ¿noches me comunico con George Vasquez Ulianov?

-Si el habla, por favor que sea rápido, estoy por salir.

-Bueno señor Vasquez, no se como decirle esto, pero bueno, intentare ser lo mas breve posible, tengo a su hermano Andrés escondido, llámelo secuestro o no, estoy seguro de que se olvidara de lo que tenga que hacer y hará lo que yo digo si no quiere que algo le pase a su hermano.

-Muy bien… váyase al carajo.

George colgó el teléfono y salió de inmediato a la comisaria donde se hallaba su hermano, realmente no tenia tiempo para bromas telefónicas. Era muy probable, pensó, que el sujeto de la llamada haya visto las propagandas de búsqueda y se haya querido aprovechar de la situación haciéndole creer que tenía a su hermano secuestrado. Es mas, George pensó que si esa llamada hubiera ocurrido primero que la de su hermano, la hubiera creído, pero gracias a Dios recibió la llamada de su hermano antes que la del estafador.

Finalmente George encontró a su hermano en la comisaria. El encuentro fue muy emotivo, algo que se plasmo inmediatamente en los semblantes de los presentes. Entonces George se dirigió con su hermano a su casa para atenderlo como se merecería.

Ya después de cenar y entretener a su hermano con dos grandes regalos que le compro en el camino a casa, George no pudo evitar preguntarle que fue lo que sucedió, y en donde había estado.

Su hermano no cooperaba con la solución a la duda que tenia George, Andrés solo se limitaba a sonreír y de vez en cuando a soltar una pequeña y muy chirriante risa.

Al día siguiente George decidió hacer las compras el mismo, aun era muy pronto para despegarse de su hermano, e incluso estando el en el supermercado, llamaba cada 5 minutos a Andrés para asegurarse de que no le haya pasado nada.

Las cosas iban bien.

-¿Alo?- dijo George contestando el teléfono.

-¿Me comunico con el señor Vasquez Ulianov?

George reconocía esa voz, era nuevamente aquel estafador.

-El habla, le diré algo, deje de llamar y no le avisare a la policía de usted, mi hermano esta conmigo, aquí, sabes deberías usar otros métodos, este no te funcionara mas.

-¡Jajajaja!, escucha no se si realmente quieras a tu hermano, pero si no me escuchas empezaras a lamentarlo co—

George colgó el teléfono al suponer que el estafador seguiría con su palabrería barata. Así pues decidió no contarle a su hermano sobre las llamadas.

Durante esa noche, George se levanto alrededor de las 4 AM a causa de un molestoso ruido.

George escuchaba un ligero chirrido, un sonido suave, pero a causa del silencio de la noche se escuchaba claramente. Eran tan o quizás mas molestoso que un raspar de uñas contra una pizarra de tiza.

En el momento que George abrió la puerta de su habitación para buscar el origen del molestoso ruido, este mismo dejo de sonar, dejando a George con una sensación aun mas molesta.

Al día siguiente George volvió a recibir la llamada del estafador:

-Revisa tu buzón y te llevaras una gran—

El estafador solo le pudo proferir una frase antes de que George le cortara de nuevo, realmente molesto.

A la hora del almuerzo George mantenía aun el pensamiento fresco sobre la llamada de aquel estafador, ¿que estaría planeando hacer? ¿Acaso estará mal de la cabeza? entonces mientras divagaba, George volvió a escuchar ese molestoso sonido una vez mas.

Fue ahí que se dio cuenta que el sonido lo hacia su hermano Andrés, mientras rechinaba sus dientes.

-No hagas eso- dijo George, sintiendo una punzada en toda su piel a causa de aquel molestoso sonido.

Andrés entonces le mostro una extensa y amplia sonrisa a su hermano.

George, quien estaba comiendo, soltó la cuchara y se alejo rápidamente de la mesa, haciendo un movimiento brusco el cual casi le hace caer de la silla.

Los dientes de George estaban completamente rotos, unos pedazos incluso, incrustados en las mandíbulas de su hermano.

Andrés seguía sonriéndole a su hermano mientras este pudo notar como la sangre cubría los restos de los dientes en la boca de su hermano.

George salió de la casa rápidamente para tomar un poco de aire. ¿Que era lo que había visto? ¿Acaso esa era la dentadura de su hermano?

Entonces, George sintió un olor nauseabundo, el cual solo coopero con las ganas de vomitar que le había provocado ver a su hermano afilar sus dientes de esa manera tan grotesca.

El olor nauseabundo venia del buzón de correo de la casa de George.

Entonces escucho ese molesto sonido nuevamente, su hermano volvía a rechinar sus dientes, mientras George se acercaba lentamente a su buzón.

Fue entonces que al abrir el buzón ensangrentado, no le basto mucho para reconocer la pertenencia de aquel »cuerpo» a pesar del descuartizamiento provocado.

Entonces George cogió un enrome trozo de madera y rápidamente entro a su casa de nuevo.

Andrés, estaba sentado mirando la televisión, haciendo rechinar sus dientes de una forma más fuerte y más molesta de lo habitual.

George corrió rápidamente y le asesto un certero golpe en su cabeza, con el enorme trozo de madera que cargaba. Fue grande su sorpresa al ver que una parte de la cabeza de Andrés se quebró, dando la impresión de que su piel y sus huesos estaban hechos de un material solido.

El golpe también distorsiono parte del rostro de Andrés desde la mitad de su cráneo, envolviendo el hemisferio este de su rostro, incluyendo parte de su ojo izquierdo.

Los pedazos de su cráneo permanecieron esparcidos por el suelo de la casa mientras George levantaba el pedazo de madera de forma amenazante ante Andrés.

-Quien eres- le dijo George.

Andrés solo se limito a sonreírle nuevamente, mostrando unos dientes mas afilados que los de la otra vez.

George apretó intensamente el trozo de madera, y tomando fuerza arremetió contra Andrés.

Antes de recibir el contundente golpe, George pudo escuchar claramente que Andrés dijo con una voz chirriante:

-SORPRESA.

En tan solo un segundo, el certero golpe reventó la cabeza de Andrés, haciendo llover una lluvia de pequeños pedazos brillantes y punzantes, lo más parecido a cristales rotos.

El cuerpo de Andrés no se movía, y a pesar de la extraña estructura de su cuerpo, Andrés sangraba por todos lados.

Un acercamiento al cuerpo decapitado de Andrés, hizo notar que dentro de su cuerpo se encontraban los órganos comunes en todo cuerpo humano, solo que estos se veían incrustados con grandes pedazos de material cristalino.

George no sabia que pensar, era algo complejo, pero a la vez tan sencillo como que hubieran cristalizado el cuerpo de un humano.

Aun así, George sabia que no era el cuerpo de su hermano, el suyo aun estaba en el buzón.

creacion propia

Escante

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6 comentarios

Buena Creepy pero ¿Quién fue el que hizo la copia cristalizada del hermano de George? Acaso fue el hombre de la llamada misteriosa que tenia su hermano verdadero o lo ¿hicieron algo en el supermercado?

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