Devastación

Estoy triste…

Mi pequeña hermana se encuentra a mi lado, lleva mas de dos horas gritando que no quiere alejarse de mi, e incluso ahora, continúa sollozando y aferrándose con fuerza a mi pierna.

Llevamos ya tres años en este orfanato, durante este tiempo, hemos vivido las mas atroces situaciones, hemos sido torturadas físicamente durante mucho tiempo… aun ahora mantengo muchas cicatrices a lo largo de mi cuerpo… nos han arrebatado todo lo que teníamos, han destruido todo lo que considerabamos preciado…

O al menos, casi todo…

Y por eso, exactamente la noche anterior, yo quería salvar a mi pequeña hermana, salvarla del peor trauma que podría haber experimentado en su vida…

Apenas dos días atrás, me encontraba en la cama, el dolor no me dejaba descansar adecuadamente, así que mi atención se encontraba dispersa hacia cualquier sonido a mi alrededor… fué en ese momento que lo escuché… una conversación entre dos de los hombres a cargo del orfanato:

-¿No esta ya madura, la pequeña de la habitación 52?
-Pues si, pero no me llama en absoluto la atención… si te soy sincero… su hermana no fué tan satisfactoria como yo deseaba…
-Mmh… no se… posiblemente sea el momento de hacer a la pequeña madurar un poco mas
-Hay que tener un poco de cuidado, posiblemente de aquí a máximo una semana llegará el inspector a controlar el lugar
-Esta bién, será en mi habitación, mañana mismo, si es asi no hay problema, ¿cierto?
-Bueno, solo asegurate de cerrar la puerta antes de comenzar con tu diversión, sería un problema si alguien la encuentra en tu habitación
-Tranquilo, lo mantendré todo bien controlado…

En ese momento desapareció la poca cordura que había podido mantener hasta entonces…

Desde el instante en que imaginé su rostro totalmente devastado, cubierto por lágrimas de dolor… su cuerpo siendo tomado por un bastardo del orfanato… no pude soportarlo, solo la imagen mental de ella sufriendo semejante tormento me provocaba nauseas, una repugnancia total… sentía en mi garganta un sabor amargo… y mi cuerpo dejó de sentir dolor… Solo podía sentir el deseo de proteger a mi hermana, salvarla de esa tragedia… pero ¿que podía hacer alguien como yo?

Alguien como yo, que ni siquiera pudo detener a esos hombres de tomar su cuerpo… no era rival para su fuerza, ellos se entrenaban diariamente, mientras que mi cuerpo se dedicaba, sobre todo, a curar las heridas que ellos me dejaban en mi cuerpo… fue entonces que pasó la solución por mi mente.

De mi habitación hacia la sala eran solamente dos minutos… solo debía levantar el teléfono, y así, llegaría a la única y perfecta solución… Me pareció hasta ridículo no haber resuelto todo esto antes, no haber salvado mi cuerpo de lo que me hicieron, todo era tan claro en mi mente, tanto que hasta tenía ganas de reirme, pero no debía, debía permanecer callada e ir hacía la sala…

No solo la salvaría de esos hombres, la alejaría de ellos para siempre… y así, nunca nadie la torturaría de nuevo, nunca nadie la golpearía de nuevo… era perfecto… simplemente perfecto…

En un sigilo total, salí caminando rumbo a la sala, para mi suerte, no había nadie en mi camino, tomé el teléfono del orfanato, y en menos de diez minutos, tomé el objeto que salvaría a mi hermana de su destino…

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Pero ahora, ella no para de llorar y gritar, tiene miedo, pero intento convencerla de que irá a un lugar mucho mejor que nuestro orfanato, que nunca mas tendrá que preocuparse por hombres malos que le hagan daño, le repito esto una y otra vez, mientras que clavo nuevamente el cuchillo en su estómago… me cuesta atinarle al corazón…

Al escuchar los gritos, mucha gente viene a la habitación, pero cuando llegan… ya la he salvado… ya no pueden hacerle mas daño… esto esta bién, así su cuerpo permanecerá puro… y no sufrirá nunca más…