La niña artista

La investigadora paranormal Clemence Smith era una de las mejores investigadoras, sin excluir que trabajaba sola. Sin duda alguna, jamas dejo un trabajo a medias, siempre los resolvía. Pero siempre pedía ciertos datos: el lugar, los daños y las evidencias físicas.

Cierto día, quizá un martes a la tarde con el clima nublado, la investigadora se tomaba un tiempo libre en su casa, con un café en una mano y su atención en su laptop. Tuvo la idea de investigar sobre Rusia, el país natal de su abuela, la cual siempre le contaba una de sus famosas «historias» a su nieta.

Entro a cierto sitio web de Rusia y se encontró con una historia peculiar de la tradicional «niña loca asesina personas». Obviamente, ella tuvo muchas experiencias con ese caso, por lo cual quiso ignorarlo. Como si algo la controlara, clickeo en la pagina. Ella no podía creerlo, pero se quedo leyendo la historia como si estuviese atrapada en ella.

No tenia los datos suficientes para comprobar la existencia de aquel caso. Pero eso no la cayo, al contrario quiso viajar a Yekaterinburg- Alemania para comprobarlo por ella misma.

En el transcurso del viaje, la investigadora estaba perdida en sus propios pensamientos, como si estuviese en un barco (la palabra) y navegase en un profundo río (las dudas). En ultimo momento, el viaje en el avión tuvo dificultades, pero aterrizaron por milagro en casi perfectas condiciones.

La investigadora con un solo vistazo pudo ver que el clima se torno totalmente nublado, con nubes muy grises. Tomo un taxi directamente al hospital siquiatrico en donde presuntamente, la niña cometía sus actos atroces.

El hospital siquiatrico era sin duda una antigüedad: las paredes estaban llenas de moo, el significado limpieza no existía en aquel lugar y la seguridad era escasa. Clemence lo tomo encantador, pues, le daban nostalgias de su infancia. Quiso preguntar, en donde se encontraba el cuarto de niña, entonces acerco su mirada a la anciana gerente de aquel edificio

Disculpe, señora- con un paso se acerco mas a la anciana-  ¿puedo hacerle algunas preguntas sobre la ni…?

¡No hace falta que me lo digas!- respondio sin dejar terminar la pregunta- buscas a la niña artista

S-si- brevemente miro a sus pies- es verdad

No le puedo dar muchos datos, muchacha- afirmo- ¡solamente que usted, esta bien loca!

¿Usted lo cree?- pregunto de inmediato- quizá, de tantos años que trabajo en esto, no negaría pueda estarlo

No me refiero a eso, muchacha- sonrió con los labios- me refiero a su valentía, eso la perjudica

En efecto…- guardo silencio por durante varios segundos- ¿podría decirme en donde estaba?

ohm, – de inmediato cambio la expresión de su rostro a uno terrorífico- ¡segundo piso, cuarta habitación!

Oh, gracias señora- dio media vuelta hacia atrás, despegando su mirada a la de la anciana-…

¡Solo lo hace por el, solo por el!- grito la anciana-…

La investigadora no presto mucha atención a la ultima oración de la anciana, siguió su camino, acompañada de un guardia. Las direcciones de la anciana parecían cortas, pero no. El trayecto a la habitación bastante largo, con la asquerosa compañía de un olor a muerto, en realidad a muertos.

Clemence, miro varias veces atrás, queriendo saber el porque del olor. También escucho un ruido incesante, parecían movimientos de pequeños metales, cayendo al suelo. Sospecho que eran las llaves del guardia, pero el las tenia en un bolsillo cerrado en su pantalón.

El ruido se hacia cada vez mas incesante, hasta que por fin se detuvo, al igual del olor. Ya habían llegado a la habitación. El guardia insistió en quedarse con ella, pero fue en vano. La investigadora entro al cuarto, miro rincón a rincón y lo encontraba… en las peores condiciones.

El papel tapis que antes cubría aquel cuarto, era nada mas que papel pegado y rasguñado a duras penas. Miro a su alrededor y se encontró con supuestos «signos» en la pared, en la cual no había papel tapis, sino un color marrón.

Con mucha intriga, miro a su atrás y vio aparecer lentamente a un espectro de color blanco. Pestañeo varias veces. La figura de aquel espectro tomo el cuerpo de una niña encantadora, pero sin ojos.

Clemence, intento hablar con ella, con las típicas charlas entre humano y espíritu, pero no dio resultado. Acercándose mas a aquella niña, intento hacerle saber que no le haría nada malo, como una madre ante su hija aterrorizada.

Pero ella dejo de ser la dueña de sus actos. Se elevo en el aire, como si la controlaran o el simple hecho de ser dominada. Su cráneo empezó a abrirse, dolorosamente, dando a conocer sus sesos que cayeron al suelo. Ella seguía viva, pero sin poder respirar, ni hablar. Sus miembros de las manos se rompieron como tal muñeca de trapo, su pierna izquierda también pero con mayor dificultad. Su pierna derecha, se traslado al medio, en donde se separaba de la pierna izquierda, ya sea formando a una L

Poco a poco su cuerpo se fue volviendo un dibujo, trasado a lápiz, pegándose a la pared. La niña desapareció lentamente, con una risa macabra. El guardia de seguridad entro a la habitación, mas solamente encontró palabras escritas en la pared: Para Servirlo a el. Sintiendo un alma, siendo liberada.

Creación propia

Dulty12

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2 comentarios

Omg ._. , NUnca volvere a pintar ni que mierda y menos ir a ver a mi amiga (es una completa artista pero casi mata a su familia) bueno soy la primera asd :3

Omg ._. , NUnca volvere a pintar ni que mierda y menos ir a ver a mi amiga (es una completa artista pero casi mata a su familia) bueno soy la primera asd :3

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